Haciendo patria musical por otros lares anda Sofía Rei. Es que un día, hace más de veinte años ya, decidió partir hacia Nueva York y quedarse allí. Anidar afectiva y musicalmente, al punto de convertirse en una destacada referente de la música experimental latinoamericana. Con tal bagaje se presentará entonces, durante una nueva incursión por la Argentina, este sábado 24 de septiembre a las 20.30 en Niceto (Niceto Vega 5510). “Esta visita es muy especial para mí, porque va a ser la primera vez que haremos una gira por el país con mi banda neoyorquina”, dice ella en referencia a una tríada de músicos conformada por su socio estético Jean Christophe Maillard, Jorge Glem y Federico Peña que en Niceto ensamblará con Manu Sija y Vivi Pozzebón. “Cada vez que vuelvo al país, el recibimiento es hermoso, entusiasta… Además, hay códigos en mis letras y músicas que audiencias en otros lugares del mundo tal vez no registren, pero aquí son ineludibles”, sostiene la cantautora, cuya última visita musical al país había sido en 2017, cuando presentó El gavilán, un homenaje contemporáneo a quien considera la heroína de su infancia: Violeta Parra.
Ahora, lo que trae de nuevo Rei es un disco llamado Umbral –el quinto en su cosecha solista- que ya lleva varias millas recorridas entre su país adoptivo y varios de Europa. Y que porta en sus entrañas sonoras, el reflejo de un viaje de mochila y montaña que la cantautora realizó por el Valle de Elqui, ubicado en Coquimbo, Chile. “Este disco representa un nuevo reto para mí, una nueva exploración en términos de sonido respecto del encuentro entre la música de raíz y la electrónica, entre el pop experimental y el neo soul, el funk, el jazz y hasta el hip hop”, racconta. “También implica un encuentro de diferentes voces y experiencias mías, y su condensación, su posibilidad de convivencia pacífica en un mismo conjunto de canciones. De hecho, algo muy importante para mí siempre ha sido la exploración constante y el intento de presentar mi música de la forma más auténtica posible, sin quedar atrapada en jaulas estilísticas”.
-Lo que hiciste durante al viaje al Valle de Elqui en siete temas, al cabo.
-Sí. Empiezo por el nombre del disco. Lo de Umbral tiene que ver con justamente con el hecho de estar parada en ese umbral que te lleva del lugar donde estás hacia lo nuevo, lo desconocido. El período de transición y gestación de este disco fue el más largo de toda mi carrera, de hecho. Fue un gran aprendizaje desde lo musical y personal, y tuvo muchas encarnaciones... Me llevó siete largos años de muchas pruebas, cambios de rumbo, de tecnología, y de formato, hasta que con mi productor (Maillard, pianista, guitarrista y arreglador francés afincado en Nueva York) logré encaminarlo.
-¿En qué aspectos la geografía del Valle impregnó las músicas de las que hablás?
-Bueno, en principio quise ir ese sitio para desconectarme de Nueva York y de la intensidad de muchos viajes. Quise estar sola en un lugar para descansar y componer. Había escuchado que era un lugar con una energía muy especial y no me defraudó. Incluso, cuando llegué al valle me enteré de que Gabriela Mistral era de ahí, de Vicuña, y me dio mucha curiosidad leerla en su propio contexto. De ahí surgió la canción “La otra”, por ejemplo, basada precisamente en su poema del mismo nombre, donde ella describe ese mismo paisaje que tenía enfrente mío: los cactus, las montañas, las águilas, el sol radiante… y una mujer que intenta liberarse de sus propias trabas, de su pasado, de las imposiciones para resurgir, renacer.
-Chile, Mistral, Parra, ya que estamos en área. ¿Cómo tomaste la derrota del apruebo a la nueva constitución allí?
-Pienso que se perdió una oportunidad que hubiera permitido el reconocimiento de importantes derechos sociales y ambientales como el derecho al agua potable, a la vivienda, a la naturaleza, y además el avance hacía una justicia de género por la que mujeres como Violeta pelearon tanto.
Rei vive en Brooklyn, lugar que considera intenso, vibrante y multicultural, con miles de facetas que la sorprenden constantemente. “Siempre hay algo nuevo para descubrir. Yo viajo mucho, soy bastante nómade, por lo tanto todos los días son distintos para mí. Muy poca rutina, muy poca repetición, perfecto para mí”, puntualiza la vocalista formada de muy niña en el coro del Colón. “Para abordar otro tema recurrente cuando se habla de Estados Unidos como es la violencia, hay que tener en cuenta lo multidimensional del ejercicio de ella. Algo particular en el caso de este país tiene que ver con el problema de la violencia por el uso de armas, la fascinación absurda que una parte de esa sociedad tiene por ellas y lo difícil que es resolver este problema. Pero a la vez hay que tener en cuenta también que cada estado es un mundo diferente, con valores sociales y reglas muy distintas”, sostiene.
Y continúa: “Las grietas políticas, sociales y culturales son mucho más grandes que en la Argentina. Sin embargo, Nueva York es por lo general un estado con mucha tolerancia por la diversidad cultural, de género o religiosa. Quiero decir con esto que generalizar que el conjunto de la sociedad estadounidense es violenta no me parece correcto”.