La edición de Los caminos de la vida que se ofrece el domingo con Página/12 tuvo una presentación marcada por la emoción y el peso simbólico del lugar en el que se hizo, el Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi), el lugar de arte y educación que las Madres sostienen en el sitio de memoria de la ex ESMA. Fue el momento para que Hebe de Bonafini repasara, en un marco muy íntimo a pesar del numeroso público, su infancia, su vida, su transformación de Kika (así le decían en la intimidad), madre de casa adentro, a Hebe, Madre de la Plaza.
La acompañaron les periodistas Victoria Ginzberg, secretaria de Redacción de Página/12, Cynthia García y Fernando Borroni, de AM 750 y, entre el público, la Madre Visitación (próxima a cumplir 98 años), y Carmen, que lleva el pañuelo de su madre, las directoras del ECuNHi, Verónica Parodi y Chiqui Ledesma, el gerente de este diario, Carlos "Gandhi" González, y el procurador del Tesoro, Carlos Zannini, entre otros y otras.
El recuerdo de cuánto le gustaba la escuela y cuánto le hubiera gustado seguir estudiando ("pero en casa no había plata y fue el varón el que tuvo la oportunidad", rememoró), de un padre que comenzó a trabajar en una fábrica a los nueve años, de la casilla de El Dique, en Ensenada, en la que vivían, de cómo tuvo que aprender a escribir cartas cuando sus hijos desaparecieron y de lo que significó comenzar a viajar por el mundo llevando el Pañuelo de las Madres, marcó las palabras de Hebe. También el presente: "Hoy falta que el Estado llegue a los de abajo, pero a los de abajo de verdad. Porque hoy los niños de los barrios populares ya no sonríen, y casi no juegan", analizó.
"Para Página/12 y el grupo Octubre es un honor editar esta historia de lucha, de amor, de resistencia que es la transformación de Kika en Hebe de Bonafini. Los que trabajamos con la palabra sabemos de su la potencia transformadora, por eso valoramos poner en palabras esta vida ejemplar", expresó Victoria Ginzberg.
Y observó: "En este momento que vemos cómo algunos discursos de odio son caldo de cultivo de situaciones alarmantes y peligrosas, estos discursos que son hermanos del negacionismo, es urgente difundir este trabajo. Porque al odio lo combatimos con esta historia de vida, de amor, de lucha y de esperanza".
"El libro, además de bellísimo y bien escrito, con esa calidad y cantidad de registros fotográficos, es también la intensidad de la vida de Hebe. Una puede vislumbrar el umbral de la reconstrucción y la transformación de esa Madre parida por sus hijos", observó Cynthia García. Destacó también el profundo significado de la idea de "socialización de la maternidad" que levantan Hebe y las Madres.
"Hebe es política y ontológicamente revolucionaria. Haber tomado la decisión de no nombrar a su hijos, pero no para borrarlos o suprimir sus nombres propios, sino para transmitir lo que siente que generaron esos hijos sobre ella, que la parieron a otra vida, es profundamente revolucionario. Es una inteprelación muy fuerte. Y es también una construcción de legado hereditario. Por eso también somos nosotres hijes de las Madres", analizó.
"Hebe es una tremenda mujer, es un norte y un horizonte de solución de conflictos. El legado de las Madres es enorme: sus consignas durante la dictadura siempre han sido muy claras y han abierto caminos: Aparición con vida, por ejemplo. Sigue siendo así", sumó Fernando Borroni.
El final fue con milonga y tango a cargo de la cantante Lucrecia Merico. Y, a pedido del público que lo había escuchado en la radio, con una versión de "Historia de una silla", de Silvio Rodríguez, por Borroni.