Organismos de derechos humanos de Salta se congregarán hoy en el abra El Gallinato, en el departamento La Caldera, a casi 30 kilómetros de la ciudad de Salta, para homenajear a "las compañeras y compañeros que lucharon por una sociedad más justa".
Se cumplen 46 años del "Septiembre Trágico", el de 1976, cuando los grupos de tareas que funcionaban en la dictadura cívico militar secuestraron a cinco personas y mataron al joven Martín Miguel Cobos, algunos de los secuestrados fueron luego asesinados en El Gallinato, lugar de exterminio ya señalizado como sitio de memoria.
El acto será a partir de las 16, en el ingreso a El Gallinato, en la intersección del camino vecinal que conduce a General Güemes con la ruta nacional 9, donde ahora existe un puesto policial y donde se erige el cartel de señalización.
"Durante septiembre de 1976 se sucedieron distintos secuestros y asesinatos en la provincia de Salta, elegimos homenajear a todas y todos en el Sitio de la Memoria El Gallinato que fue utilizado por la dictadura para dinamitar y desaparecer personas", recordó la Mesa de Derechos Humanos de Salta en la convocatoria a la actividad de hoy.
En ese septiembre fueron secuestradas Silvia Benjamina Aramayo y Gemma Ana María Fernández Arcieri de Gamboa, también fueron secuestrados Héctor Domingo “Guilo” Gamboa, Daniel Loto Zurita y Carlos Estanislao Figueroa Rojas. Y fue asesinado el estudiante secundario Martín Miguel Cobos.
El operativo criminal comenzó a las 4 de la madrugada del 24 de septiembre de 1976, cuando un grupo de tareas secuestró de su casa a Silvia Aramayo, que había estudiado y era docente en la Universidad Nacional de Salta, donde militaba en la Juventud Universitaria Peronista (JUP).
Otro grupo de tareas atacó a Martín Cobos, acribillado a tiros alrededor de las 2.30 del 25 de septiembre de 1976 por policías de la provincia que en realidad buscaban a Enrique Cobos, hermano mayor militante peronista que esa misma madrugada debió huir.
Alrededor de las 4 de esa misma madrugada del 25 de septiembre, fueron secuestrados el también militante peronista Daniel Loto Zurita; el matrimonio integrado por Gemma Fernández Arcieri y Héctor Gamboa, y el estudiante universitarioi Carlos Estanislao Rojas. Todos militaban en el peronismo.
Gemma Fernández y "Guilo" Gamboa vivían en el barrio Santa Lucía. De esa casa los arrancó un grupo de tareas en el que había policías de la provincia. La patota los sorprendió descansando, con su hijita de seis meses, Mariana Gamboa, que la abandonaron en la vereda de la casa de un vecino, Florencio Figueroa, quien venció el temor para entrarla a la casa y luego negarse a entregarla cuando otros represores intengaron llevarla. Más tarde la entregó a su tía, Lucía Madozzo, y a su tío, Julio Gamboa.
Gemma era antropóloga y militaba en el peronismo. Además de enseñar en la Universidad Nacional de Salta, colaboraba con el programa de alfabetización de trabajadores del Ingenio San Martín del Tabacal.
Héctor Gamboa alfabetizaba obreros tucumanos, e integró las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y luego pasó a Montoneros, cuando estas organizaciones se fusionaron. Era parte de la organización de Montoneros en el NOA, había vivido en Tucumán y luego en Santiago del Estero antes de venir a Salta.
Se sabe que Gemma y Guilo fueron dinamitados en El Gallinato, la madrugada del 2 de octubre de 1976. La Policía de La Caldera tuvo que actuar ante el aviso de campesinos que escucharon las explosiones y habían visto los restos de los cuerpos. Estos restos fueron llevados al Hospital San Bernardo y dos días después, enterrados como “NN Masculino” y “NN Femenino”, en una fosa común en el Cementerio Municipal de la Santa Cruz.
Casi un año después, Julio Gamboa identificó en esa fosa un maxilar y cuero cabelludo de Gemma, una vez en el circuito judicial, estos restos fueron desaparecidos nuevamente.
Daniel Loto Zurita militaba junto a Guilo Gamboa y ambos trabajaban juntos en la zapatería de este último en la ciudad de Salta. Loto Zurita era santiagueño, tenía el oficio de carpintero, también había sido camionero y era empleado de comercio. Había venido a Salta en 1974, con su mujer, María Beltramino, también militante y sobreviviente de la dictadura.
Carlos Estanislao Rojas era oriundo de Tartagal, en 1973 había llegado a la ciudad de Salta para estudiar contaduría pública en la UNSa, donde militaba en el Centro de Estudiantes de Ciencias Económicas y en la JUP. Fue secuestrado de su casa en la calle Santa Fe al 900, donde vivía con su madre y su hermano.
En la convocatoria a recordarlos, la Mesa de DDHH de Salta reivindicó: "Más que nunca memoria, verdad, justicia y amor como respuesta política a la crueldad y el odio de quienes niegan los crímenes y reabren las heridas".
La Mesa de Derechos Humanos de Salta está integrada por las organizaciones Familiares de detenidos desaparecidos, Asociación Coca Gallardo, Asociación Lucrecia Barquet e HIJOS Salta.