Es tal la fiebre por el álbum del Mundial que llenarlo se convirtió en una cuestión de Estado. Esta semana, los representantes de la Unión de Kiosqueros de Argentina (UKRA) se reunieron con el Secretario de Comercio, Matías Tombolini, con el objetivo de que el gobierno interviniera para regularizar la situación.
El argumento de UKRA es que Panini privilegia la elección de otros canales de venta, como supermercados y estaciones de servicio; y, como resultado, desabastece a los kioscos con entregas que no superan los 50 paquetes a la semana. “Más allá de que los adultos se divierten con las figuritas, no deja de ser un artículo que tiene que ver con la ilusión de los niños y las niñas. Será un tema menor para muchos, pero ciertamente el Estado debe garantizar que no haya tanta concentración”, apunta el coleccionista y referente Rafael Bitrán.
El asunto en disputa, además de político, es matemático: si se comparan las mismas semanas de lanzamiento con lo que ocurrió en 2018, ya se comercializó un 42 por ciento más de álbumes y un 18 por ciento más de figuritas. En este escenario, si la empresa produce la misma cantidad y un puñado de actores las acaparan, es muy difícil que los kioscos puedan acceder a venderlas.
“Tenemos que pensar que los kiosqueros no dejan de ser trabajadores que durante cuatro años se encargan de vender figuritas y esperan el Mundial para hacer una diferencia. Ahora aparecen como invitados de cola y no reciben la cantidad que deberían recibir para poder comercializar”, destaca Bitrán. También refiere al “acaparamiento de ciertos actores” y a la responsabilidad de Panini “al derivar a supermercados y puestos de venta no tradicionales”. De esta manera se crea una competencia desleal con los kioscos, en la medida en que los distribuidores se vuelcan a venderle directamente al público, salteando a los comercios.
En las últimas horas, un particular denunció a la empresa encargada de fabricar las figuritas porque “incumple las leyes de defensa de la competencia, abastecimiento y derechos del consumidor”. A las pocas horas, Guillermo Marijuán, el fiscal a cargo, consideró “la inexistencia del delito”. En el escrito que presentó, aclaró: "Cabe destacar que las normas legales invocadas por el denunciante al encuadrar las presuntas maniobras ilícitas llevadas a cabo por los responsables de la empresa Panini, no prevén conductas delictuales sino que contemplan infracciones de naturaleza administrativa que no forman parte de la normativa del Código Penal. Sumado a ello, no debe soslayarse que las sanciones previstas en las leyes de abastecimiento (20.680), competencia desleal (25.156) y defensa del consumidor (24.240) son aplicadas por las autoridades administrativas competentes previstas en cada una ellas, en donde se estipula además un determinado tipo de procedimiento especial para su tratamiento”.
Será cuestión de días ver cómo sigue. Mientras tanto, desde Panini aseguran que habrá un mayor abastecimiento y que “todo el mundo podrá llenar su álbum”.