El sábado pasado Antonio Lima, un hombre de 39 años, fue asesinado a puñaladas en un bar en el noreste de Brasil por otro que ingresó al lugar en busca de votantes de Luiz Inácio Lula da Silva, lo que significó el tercer ataque político mortal en el país antes de las elecciones.
Edmilson Freira da Silva, el principal sospechoso del crimen, fue detenido este lunes por la Policía Civil e informó que el asesinato se produjo tras una discusión por temas políticos, pero no confirmó la filiación política del agresor, según el diario local O Povo.
El ataque ocurrió el sábado en un bar de la región metropolitana de Fortaleza, en el estado Ceará, en el noreste de Brasil. El agesor entró al bar en Cascavel, en el Gran Fortaleza, preguntando: "¿Quién de acá va a votar a Lula?". La víctima le respondió desde su mesa: "Yo voto a Lula", de acuerdo con el relato de una fuente de la Secretaría de Seguridad Pública de Ceará citadas por O Povo. En ese momento, el agresor lo atacó y lo acuchilló en el pecho. La víctima no tenía antecedentes criminales y murió cuando recibió atención de paramédicos llamados por los parroquianos del bar.
En la recta final para las elecciones del domingo, este es el tercer caso de homicidios de electores de Lula. El 9 de este mes fue asesinado en una fábrica en Confresa, estado de Mato Grosso, un elector de Lula por parte de un compañero que era un activista bolsonarista que intentó decapitarlo con un hacha y que se encuentra detenido.
En julio pasado, en Foz do Iguazú, ciudad fronteriza con la provincia de Misiones, el dirigente del PT Marcelo Arruda, que festejaba su cumpleaños 50 con una remera con la cara de Lula, fue asesinado a tiros por un agente penitenciario federal que irrumpió con su arma en la fiesta al grito de "Acá manda Bolsonaro".
En el debate del sábado pasado, Bolsonaro dijo no tener responsabilidades por los casos de violencia política en el país.
El coordinador de la campaña de Lula, el senador Randolfe Rodrigues, dijo la semana pasada que uno de los motivos por intentar vencer sin necesidad de balotaje es la tensión y violencia política que el entorno del candidato del PT ve si es que hay otras cuatro semanas hasta la segunda vuelta del 30 de octubre.