Imputado por cometer "lesiones graves agravadas por el contexto de violencia de género y amenazas coactivas", el agresor de Maite, la joven que lleva 11 días internada con el 13% del cuerpo quemado, quedará preso en domiciliaria. Así lo resolvió el juez Carlos Leiva, tras escuchar la acusación de la fiscal y la defensa de Nicolás R., quien aseguró que su esposa se quemó sola. La familia de la joven, que ayer sería operada por cuarta vez para que le hagan injertos de piel en las zonas más afectadas, manifestó "temor" y pedirá custodia para la chica de 26 años. Desde Ademur, la organización de mujeres que acompaña a la familia, Fernanda Serna denunció que fue amenazada por la familia del agresor, cuando entraba a Tribunales. "¿Así que vos sos la que salió en televisión? Ya vas a ver lo que te va a pasar", dijo que le espetaron.
Durante la audiencia de ayer, el fiscal Alvaro Campos acusó al imputado y pidió que quede en prisión preventiva sin plazo; mientras que la defensa del agresor solicitó la libertad. El juez entendió el planteo de la fiscalía, pero ordenó que cumpla prisión en la casa de su hermana. Enseguida, la angustia se hizo visible en el rostros de Noelia, hermana de la víctima, que esperó afuera.
"Estábamos por sentarnos a comer y él me llamó a la cocina y empezó a decirme que era una puta, una zorra, a insultarme y yo me enojé porque el día anterior charlamos y habíamos quedado que (la relación) no sería así", fueron las únicas palabras que Maite habló con Rosario/12, desde una cama del sanatorio Parque. Su cuello, torax, axilas y parte de los labios y el mentón fueron las áreas afectadas por el fuego provocado la noche del lunes 26 de junio, en su casa de Pérez, cuando fue atacada por Nicolás R., de 28 años.
El resto del relato lo hizo su hermana, y fue coincidente con lo descripto ayer por el fiscal Campos. En medio de las agresiones, R. rompió un plato con comida y ella lo sacó al patio, pero él la persiguió, golpeándola con un trapo, para que limpiara. Como un vecino encendió la luz, volvieron a meterse a la casa y allí siguió la pesadilla. Según consta en la denuncia, Maite relató que fue a la pieza, abrió la ventana por si necesitaba que la oyeran gritar e intentó ir a bañarse, pero su pareja le apagaba el calefón. "Bañate con agua fría", contó que le gritaba. Cuando ella entró al baño -expresa la acusación- él le tiró alcohol y le iba tirando fósforos prendidos. "Ahí me prendió fuego", relató ella al fiscal. Entonces, el imputado la ayudó a quitarse la ropa, tomó la regadera de la ducha y la empezó a mojar, tenía el cuello y el pecho rojos. "El me decía que no era mucho, que me quede". Cuando vio que Maite estaba convencida de ir al sanatorio le preguntó: "¿Qué vas a decir?".
El bebé se quedó con su padre y luego con los abuelos paternos, hasta que la Justicia de Familia actuó una semana después y la madre lo pudo volver a ver. "Yo le mandaba audios y hacía que el nene la llame. No es cierto que la amenacé. Todo empezó porque ella me escribió esa tarde para acusarme de que yo le había roto el secador de pelo y le dije que no fui yo", quiso defenderse el imputado, además de asegurar que Maite se roció sola el alcohol. Cuando la Fiscalía le preguntó si alguna vez ella se había autolesionado, él dijo que no; pero quiso acusarla de tener problemas psicológicos.
Entre las amenazas que recibió la joven durante los días que lleva internada, Noelia relató que el agresor, "le decía que se iba a matar con el nene". Incluso la hostigaba desde un perfil falso de Facebook y le tiró un trapo con fuego a una vecina de la casa de su familia.
La joven llevaba tres años en pareja con el imputado y ya tenía dos denuncias anteriores, que no avanzaron en la Justicia. Una vez la dejó encerrada en la casa.
Aunque el juez escuchó los relatos de las partes con atención, le dijo a R. que ese tipo de hechos se da en un contexto de privacidad y que "quien aparece como víctima merece atención". En ese sentido, entendió que la apariencia de responsabilidad contra el acusado está "solventada" en la investigación.