El presidente Alberto Fernández retomó la agenda política luego de su viaje a Estados Unidos y recibió la noche del lunes a parte de la CGT en la Quinta de Olivos para una cena de más de tres horas en la que estuvo Héctor Daer y Carlos Acuña pero no estuvo Pablo Moyano. También participó el ministro de Trabajo, Claudio Moroni. Según supo este diario, si bien desde el sindicalismo aclaran que se trató de un encuentro a "agenda abierta", el Gobierno les adelantó en la previa que podría implementar un bono de fin de año a cobrar en el mes de diciembre. El ministro de Economía, Sergio Massa, había dicho al comienzo de su gestión --hace casi dos meses-- que había que "asegurar un mecanismo que permita la recuperación de ingresos" de los trabajadores del sector privado que ganen entre 50.000 y 150.000 pesos. Esta medida podría ir en esa línea, aunque aún no hay confirmación oficial desde Casa Rosada desde donde prefieren guardar silencio sobre el tema.
La discusión dentro del Gobierno gira en torno a si lo que se aplica antes de fin de año es un bono o una suma fija. Desde el sector mayoritario de la CGT, sin embargo, rechazan la segunda opción y por eso el gobierno optaría por entregar un bono. La reunión, según contaron cerca del Presidente, fue propuesta por la CGT hace dos semanas, pero recién pudo concretarse este lunes.
Desde el sindicalismo crece la preocupación por los niveles de inflación y el impacto que tiene sobre los salarios de los trabajadores. Aseguran que ese fue uno de los ejes centrales de la cena que compartieron la noche del lunes con el Jefe de Estado donde analizaron la coyuntura política y económica. Además del Presidente, Héctor Daer y Carlos Acuña, entre los comensales estuvieron Gerardo Martínez de la UOCRA; José Luis Lingeri, de Obras Sanitarias; Gerardo Martínez de la Unión Obrera de la Construcción y Andrés Rodríguez, de UPCN, entre otros.
Hasta las nueve de la noche el ministro de Economía, Sergio Massa, se encontraba en las oficinas del edificio de Hacienda trabajando junto con su equipo sobre cuestiones del presupuesto 2023 que ya fue enviado al Congreso de la Nación, por eso no estuvo en Olivos.
La CTA, en tanto, no fue invitada a la cena. Para la CTA de los Trabajadores, según explicaron en diálogo con este diario, sería bueno que el gobierno implemente una suma fija, algo que rechazan desde algunos sectores de la CGT, como el que representan Héctor Daer y Carlos Acuña. Ambos triunviros reniegan de la suma fija porque argumentan que ese mecanismo achataría la pirámide salarial y consideran que perjudicaría a las paritarias sectoriales.
Pablo Moyano, en tanto, en reiteradas ocasiones se mostró a favor de esa opción. Varias veces dijo "estoy totalmente de acuerdo y no voy a impedir que un trabajador que tenga salario bajo tenga la posibilidad de cobrar un bono o una suma fija". Uno de los participantes de la cena del lunes comentó a este diario en la previa del encuentro, sin embargo, que con el gobierno "no hablamos de suma fija, sino de que puede ser un bono a cobrar en diciembre".
Esta cena entre el gobierno y la CGT se dio en un escenario de tensión por la huelga que se desarrolla frente al ministerio de Trabajo que conduce Moroni por parte de los trabajadores del neumático, nucleados en el sindicato SUTNA que, sin embargo, no forma parte de la CGT. En ese sector, como en tantos otros, los salarios están quedando por debajo de la inflación y por eso la revisión de los acuerdos paritarios también fue parte del menú entre los sindicalistas y el Presidente. Las negociaciones en el Ministerio de Trabajo con el Sutna pasó a cuarto intermedio hasta el miércoles, mientras el gremio continúa con las medidas de fuerza y un paro por tiempo indeterminado. El conflicto entre el gremio y los fabricantres locales de neumáticos por demandas salariales y mejoras laborales incluye el bloqueo algunas plantas y la decisión de las tres principales compañías de suspender temporariamente la producción en el país.