El 44 por ciento de los trabajadores ocupados de la Argentina se desempeña en puestos de trabajo precarios. El 26 por ciento son asalariados informales y el 18 por ciento son cuentapropistas precarios. Los segmentos más afectados son las mujeres, los jóvenes y los ocupados en las ramas de construcción, servicio doméstico, comercio y alojamiento y servicio de comidas.
Los datos se desprenden del último informe del Centro de Estudios Metropolitanos y ponen en evidencia que la recuperación del empleo en el país es traccionada por puestos de trabajo informales y precarios.
“En el marco de la recuperación económica pospandemia, el mercado laboral presenta un crecimiento de las tasas de actividad y empleo, que se explican principalmente por el crecimiento del trabajo por cuenta propia precario durante 2021, y por un importante aumento del trabajo asalariado informal durante 2022”, indicó el relevamiento, al que accedió Página/12.
El empleo formal también crece, pero corre de atrás, y lo hace de una manera “más lenta y paulatina”. Entre los primeros trimestres de 2021 y 2022, la cantidad de trabajadores formales creció un 2 por ciento, mientras que la cantidad de asalariados informales creció el 18 por ciento.
Esto tiene consecuencias en los datos vinculados al salario. Si bien la tasa de desocupación está en el 7 por ciento —el dato más bajo de los últimos seis años— “el mayor problema que afecta a los trabajadores en la actualidad tiene que ver con la caída en los ingresos”. Hay que tener en cuenta que se trata de un sector con salarios más bajos y sin negociaciones paritarias que sirvan de válvula ante el aumento de la inflación.
A nivel federal, el informe señala que la Ciudad de Buenos Aires, “a pesar de ser el núcleo urbano con más recursos del país, expone indicadores de precariedad laboral significativos”. Esto se ve en un tercio de los ocupados porteños se encuentran en situaciones precarias, ya que se desempeñan como asalariados informales o cuentapropistas precarios.
“Las principales brechas pueden observarse a partir de la distribución territorial de la población. Así es que los vecinos de los barrios de la Zona Sur evidencian condiciones de vida muy desfavorables en relación con los de la Zona Norte”, puntualiza, además, el informe.