Cochecama existió mucho antes que Cochecama y a miles de kilómetros de donde se despliega en la actualidad. ¿Cómo fue eso? "Efectivamente, así se llamó la primera canción con letra que compuse después de un largo tiempo, porque me encontraba muy metido en la música instrumental y psicodélica", explica Federico Caivano, quien estaba viviendo en Londres y les mandaba composiciones a sus amigos "como postales musicales".
Fede es voz, guitarra, pluma y espíritu de la banda que este viernes presentará Partido de la Costa, su tercer disco, en La Tangente (Honduras 5317). Todos nombres que remiten, y no por casualidad, al viaje. Al sonoro, que su líder define como "una mezcla entre la psicodelia, el rock y los géneros populares", pero también el poético.
"La Costa es ese lugar al que íbamos a veranear en nuestra infancia, y nos evoca ese espacio al que retornamos en distintas etapas de nuestra vida, en el que el mar, las calles y los negocios se mantienen igual, pero el que cambia es uno", explica. "También la Costa como lugar, como paisaje, nos sirvió de disparador para plantear escenarios por donde se mueven los personajes del disco, en una historia a la vez apocalíptica y romántica."
► Concept-cama
Después del disco debut epónimo de 2015 y su sucesor Edad Media (2018), este nuevo álbum es, ante todo, la cristalización de una travesía que la pandemia amenazó con dejar sin pasaje: "Para comienzos del 2020 teníamos reservados los estudios Ion, pero el confinamiento nos obligó a grabar cada uno en su casa, mandándonos los audios entre nosotros y luego a Fer Taverna, el ingeniero de sonido. Recién cuando se fue abriendo todo comenzamos a ir a su estudio. El proceso duró dos años", explica Caivano.
Si bien este álbum los abre ante la posibilidad de llenar una sala interesante del circuito porteño como La Tangente, la historia del grupo que completan Horacio Bonansinga (batería), Andrés Smith (bajo), Juan Braver (guitarra) y Maxi Basso Gold (percusión) venía en ascenso desde 2018. En ese año subieron la apuesta con Edad Media y sus siete canciones, al que se montaron para animarse a salas como Niceto Club o el Centro Cultural Richards.
El año siguiente lo completaron con tres singles, aunque, claro, la cuarentena les frenó el bondi. No obstante, para fines de aquel 2020 pandémico ya habían mostrado De la mano y Quequén, a las que luego le fueron en saga Al bosque y casi todas las otras que terminarían en el disco que presentarán este viernes. El único "estreno" por fuera de esa liberación digital de tracks sería El rati.
Mientras intentan insuflarle una sonoridad distinguiblemente rockera al disco, y con canciones sucedidas como postales de un mismo viaje, el concepto orgánico toma entidad final con el arte de tapa a cargo del dibujante Guillermo Meza. Porque, como todo trip, éste también necesita una cartografía que lo mojonee.
"Él eligió para esa portada una ilustración por cada tema, que sugiere una historia, con un hilo conductor para quien esté atento, que es un elemento que se repite entre canción y canción", asegura Caivano, invitando a agudizar ojos y oídos para descubrir el detalle en común. "Con Guillermo trabajamos casi telepáticamente: le dimos unas referencias de imágenes, palabras y música, y al toque captó ese mundo para poder meterse y darle su data."
► La ruta alternativa
Aunque el nombre del disco parece prefigurar un itinerario, el viaje no necesariamente implica un largo desplazamiento como el que ofrece el Partido de la Costa, con sus 45 kilómetros por la ruta 11, desde San Clemente del Tuyú hasta el faro de Punta Médanos. Y ni siquiera refiere exclusivamente a las vacaciones.
"La canción El tren, por ejemplo, se me vino a la cabeza casi toda junta una mañana en la que estaba yendo al laburo como lo hago siempre, tomándome el Belgrano Norte, un tren diésel al que en invierno se le abren las puertas y hay que levantarse a cerrarlas porque entra todo el frío", explica Fede. "En la letra se transmite esa sensación de familiaridad y cariño con lo cotidiano, pero a la vez hastío por el desgaste que eso mismo produce, ese ida y vuelta."
En Partido de la Costa no todo es goce, como tampoco todo es rezongue. De hecho, Federico sostenía desde hace unos años la idea de que vivíamos en una "era de deshumanización" (por eso el nombre de Edad Media al segundo disco), noción que ahora complementa con una propuesta de salida que quizás entonces no observaba con tanto énfasis. "El neoliberalismo necesita del odio para poder perpetuarse y se puede ver que ya no le alcanza con los organismos oficiales para legitimarse: para multiplicar su discurso se vale de herramientas como las redes, el lawfare o las fake news", expone Caivano.
Aunque ahora agrega: "Igualmente creo que hay que seguir apostando a la vida; por eso mismo hacemos música. Nuestras herramientas, sin querer sonar hippie, son el arte, la amistad, los lugares donde poder desarrollar el espíritu y buscar algo trascendente frente a la máquina".