La líder de extrema derecha Giorgia Meloni y sus aliados políticos comenzaron este martes complicadas negociaciones para formar un nuevo gobierno en Italia, que deberá encarar una serie de retos, tanto económicos como diplomáticos.
El partido posfascista Hermanos de Italia de Meloni, gran triunfador en las elecciones del domingo, no tiene experiencia en la gestión del poder y tendrá que contar con el aporte de personalidades del pasado.
La próxima jefa de gobierno deberá formar un equipo con todos los partidos de la coalición de derecha vencedora para hacer frente a la inflación, al creciente precio de la energía y a las delicadas relaciones con la Unión Europea por la guerra en Ucrania.
Meloni, de 45 años, la primera mujer que llega a la jefatura de gobierno en Italia, tendrá que contar sobre todo con el partido de extrema derecha Liga de Matteo Salvini y los conservadores de Forza Italia de Silvio Berlusconi, con más experiencia en la gestión de ministerios y cargos públicos.
La elección de ministerios claves, como el de Economía, de Relaciones Exteriores, de Defensa y del Interior, figura entre los primeros escollos.
"Se necesita gente muy especializada", reconoce el diario de los industriales La Stampa.
Como el resultado de las elecciones fue neto, ya que la coalición de extrema derecha y derecha cuenta con una holgada mayoría en las dos ramas del Parlamento, Meloni deberá recibir el encargo a mediados de octubre.
La líder posfascista cuenta con relativo poco tiempo para las negociaciones, ya que tendrá que presentar y aprobar la ley de Presupuestos para 2023 antes de final de año.
La ley de presupuestos será "como escalar el Everest sin tanques de oxígeno", advierte el diario Corriere della Sera.
Meloni trató de tranquilizar a los inversores durante la campaña electoral y sus discursos fueron menos radicales respecto a los pronunciados en el pasado en los que defendía con virulencia su credo ultraconservador y antieuropeísta.
Por ahora los mercados reaccionan con cautela, aunque la tasa de los bonos italianos a diez años aumentó el martes a su nivel más alto desde octubre de 2013 y la brecha entre las tasas de interés alemanas e italianas, el diferencial, superó los 250 puntos por primera vez desde la pandemia de coronavirus en 2020.
La futura jefa de gobierno ha mantenido hasta ahora un perfil bajo y desea una transición con el gobierno saliente pacífica y responsable.
"Las condiciones en las que Italia y la Unión Europea se encuentran son particularmente complejas, necesitamos la contribución de todos y un clima sereno, así como el respeto mutuo", dijo en su breve discurso pronunciado la madrugada del lunes tras la victoria. "Esta es la hora de la responsabilidad", añadió.
Este martes, la Comisión Europea aprobó la segunda entrega de dinero proveniente de los fondos de recuperación pospandemia, por valor de 21.000 millones de euros (casi la misma cifra en dólares).
Un aporte delicado ya que Meloni quiere volver a negociar las condiciones del acuerdo con la Unión Europea, lo que podría poner en peligro el acceso a todo el monto de cerca 200.000 millones de euros.
Berlusconi y Salvini
Los aliados de Meloni además exigen puestos importantes. Salvini quiere recuperar su controvertido rol de ministro del Interior y Berlusconi apunta a la presidencia del Senado, pese a que fue expulsado en 2013 del Parlamento por fraude fiscal.
Sin embargo, para los analistas políticos Meloni ya ha excluido como ministro del Interior a Salvini, muy cuestionado por los barones del partido por sus malos resultados en estas elecciones, ya que no superó el 9 % y con un importante desplome respecto al 28 % en las generales de 2018.
El líder de la Liga querría aplicar de nuevo su ley de seguridad y la mano dura contra la inmigración, a pesar de estar sentado en el banquillo por haber impedido durante más de 20 días la llegada del barco de la ONG española Open Arms con un centenar de inmigrantes.
Las fricciones con Salvini y Berlusconi no faltarán, sobre todo por el enfoque que tienen sobre la guerra en Ucrania y el presidente ruso Vladimir Putin.
Antonio Tajani, ex presidente del Parlamento Europeo, entre las personalidades más cercanas a Berlusconi, figura entre los candidatos a ministro de Relaciones Exteriores, un nombramiento que podría disipar los temores internacionales sobre el euroescepticismo del nuevo gobierno.
El respeto del programa político de la coalición, elaborado en agosto, será clave para la convivencia entre esos partidos, que deberán garantizar la permanencia de Meloni en el gobierno.