“Por favor, ¡ayudadme! ¡Ayudadme!”: la estadounidense Bethanie Mattek-Sands protagonizó la imagen más dura del jueves en Wimbledon con su terrible lesión en la rodilla derecha, por la que gritó de dolor en el césped, abandonando en la segunda ronda del torneo londinense. La dramática escena se produjo en el inicio del tercer set de su partido ante la rumana Sorana Cirstea. Los gritos de Mattek-Sands en la pista número 17 dieron rápidamente la vuelta al mundo en las redes sociales y la televisión. “Me dio pánico. Nunca había visto una lesión así antes, su rodilla estaba realmente en un estado horrible. Es algo que sólo ves en las películas”, explicó Cirstea. “Intenté reconfortarla, pero me dio miedo. Me sentía impotente (...) Si hubiera podido hacer algo... No le desearía eso ni a mi peor enemigo”, añadió. “El tiempo hasta que llegó la atención médica me pareció una eternidad”, afirmó Cirstea.

Cirstea no cree que la lesión esté relacionada con el estado del terreno, aunque varias tenistas se han quejado de ello. “Todos sabemos que la hierba es más peligrosa que las pistas duras o la tierra batida, pero lo que pasó fue mala suerte. Le podría haber pasado a cualquiera”, estimó.

La compañera de dobles de Mattek-Sands, la checa Lucie Safarova, lloró también por la lesión de su amiga. “Se trata de una lesión seria en la rodilla y fue llevada directamente al hospital”, comentó la WTA en Twitter.