La peor persona del mundo - 8 PUNTOS
Verdens verste menneske, Noruega/Francia/Suecia/Dinamarca, 2021
Dirección: Joachim Trier
Guion: Eskil Vogt y J. Trier
Duración: 128 minutos
Intérpretes: Renate Reinsve, Anders Danielsen Lie, Hebert Nordrum
Estreno en la plataforma Flow.
Julie está confundida. No sabe si seguir estudiando Medicina, hace un paso breve por Psicología, después piensa que tal vez fotografía o escritura. Y se aproxima a los 30 años. Y vive con la mamá. Y sus relaciones de pareja, si bien no pasajeras, terminan abruptamente. Julie está buscando. Está buscándose a sí misma, y está buscando también un hombre del que no se sienta a la zaga, o que no invada su privacidad. “Me siento como una espectadora de mi propia vida”, dice. Y quiere dejar de serlo, aunque más no sea diciéndole no a lo que no le gusta. Julie es una mujer en tránsito. En tránsito a una Julie que se adivina en su sonrisa, en sus alegrías, en sus reacciones más maduras, aunque esa Julie todavía no termine de aparecer.
Protagonizada por una luminosa Renate Reinsve, ganadora de la Palma a Mejor Actriz en Cannes 2021, La peor persona del mundo es un film clásico y moderno. Clásico por su respeto del punto de vista de la protagonista, por su estructura en tres actos, por su continuidad narrativa. Moderno por la inestabilidad de la heroína, que desestabiliza el relato entero, y por su planteamiento de las relaciones heterosexuales, que no son de perfecta complementación. Aunque no lo parezca, su primera pareja, Aleks (Anders Danielson Lie, magnético), le lleva quince años, y sí se nota. Aleks, que es autor de una serie de comics underground protagonizado por una suerte de Fritz el Gato noruego, quiere tener hijos, y aunque se amen, aunque Julie se haya mudado con él, ella no está para eso. Eivind (un atractivo Herbert Nordrum) le gusta desde que lo ve, sintonizan muy bien y tienen muy buen sexo. Pero Eivind comete un error capital, el día que busca entre las cosas de Julie un texto que ella escribió. Privacidad invadida: final.
Hay algo muy notable en el film dirigido por Joachim Trier y es su permanente estado de ambivalencia con respecto a todos sus personajes. El comic de Aleks es terriblemente sexista (puras fellatios y mujeres de tetas grandes), pero en su relación con Julie él jamás lo es. Respeta sus tiempos, la respeta e ella, incluso cuando Julie le comunica un brusco final para la relación. Sin embargo, él es famoso gracias a sus comics, y ella se siente siempre en segundo plano, tal como muestra la escena en que lo ve posando para las cámaras, él dentro de la galería vidriada donde presenta el nuevo ejemplar de Bobcat, ella afuera con una copa de champagne, como si fuera una invitada. Con Eivind todo parece estar bien, salvo que él trabaja en el mostrador de una cafetería (un espejo de Julie, que lo hace en una librería estilo El Ateneo). Y que comete el error fatal de meterse en sus cosas, algo que ella cuida con celo.
La peor persona del mundo es tan engañosa como su título. En algún momento, dada la relevancia de los personajes masculinos (el padre de Julie también es todo un tema), podría pensarse que Trier pisa el palito, dándoles más importancia a ellos que a la heroína. Pero sucede que todo está visto a través de los ojos de ella -aunque narrado por una voz femenina que da la impresión de estar contando un cuento de hadas, algo que La peor persona… quizá sea, a la larga-, y es ella la que les da ese lugar a sus compañeros.
Igualmente
ambivalente y engañosa es la condición genérica de La peor persona… (hete aquí otro rasgo de modernidad). Por cierta
iconografía y ciertas escenas (Julie y Eivind se conocen oliéndose las axilas,
en medio de una fiesta; cuando Julie va corriendo en busca de su príncipe azul
todo se inmoviliza, un segundo se convierte en varios minutos, y lo único que
se mueven son ellos dos), el film de Trier, hábilmente planteado, parece una
comedia romántica. Pero tal vez en el fondo sea más un relato de iniciación
postergada, un film existencial en la tradición nórdica, un cuento de hadas sin
príncipe azul.