Desde San Pablo
Las primeras lluvias de primavera caen sobre esta capital donde el tránsito es una trituradora de paciencias. Un viaje desde el aeropuerto de Guarulhos hacia el centro acaricia los cien reales (casi 7 mil pesos). Víctor, el conductor del Ford K que nos lleva, dice que no apoya a Bolsonaro ni le gusta el PT, y que ve en el horizonte una segunda vuelta. Descree de las encuestas, no se le mueve un músculo por las autopistas cargadas y anticipa un pronóstico del tiempo con cuatro días de lluvia sucesivos. “Tal vez el agua apacigüe los ánimos”, le decimos. Sonríe y sigue su camino.
En esta ciudad donde el presidente intenta una remontada al volante de su moto (motociata le dicen en portugués a estos recorridos del militar), la pelea es voto a voto. La preocupación por eventuales incidentes violentos – ya hubo tres asesinatos de simpatizantes del PT a manos de bolsonaristas – se percibe en actividades mucho más distendidas que un mitin electoral. Hay personas que temen participar en actividades al aire libre vestidas con indumentaria de ciertos colores políticos.
Democracia tutelada
“Al presidente no le temblará el pulso para hacer cualquier cosa” le dice a este enviado un quiosquero paulista que a su vez coincide con un periodista que tiene muchos años de trabajo en Brasil. La democracia tutelada que pregona el militar tiene recursos para hacerlo. La Policía Federal, que depende del ministerio de Justicia y Seguridad, utilizará drones para controlar las elecciones. El despliegue será a lo largo y ancho del extenso territorio brasileño.
“El objetivo de la justicia federal es garantizar elecciones limpias, transparentes, seguras y pacíficas. Lo que no queremos es que ocurran hechos de violencia” declaró el presidente del Tribunal Regional Federal, Roberval Belinati.
Los drones que se usan mucho con fines bélicos servirán para “identificar a las personas, capturar imágenes para que nosotros luego, en tierra, busquemos a quienes estén delinquiendo”, comentó el funcionario. Por cada equipo habrá dos o tres agentes encargados de manejar o receptar la información. Serán estas unas elecciones rigurosamente vigiladas como los trenes de la célebre película del checo Jiri Menzel filmada en 1966.