Desde Santa Fe

Los dos directivos de Colón detenidos esta semana por el apriete a los jugadores del club el 20 de setiembre durmieron anoche en su casa. El vicepresidente Horacio Darrás y el vocal Lucas Paniagua se declararon culpables de los delitos que les imputó el Ministerio Público, esto es haber “facilitado la formación de grupos destinados a cometer delitos en espectáculos deportivos” y “encubrimiento” y aceptaron una pena de ejecución condicional a cambio de quedar libres. Darrás fue condenado a dos años y seis meses de prisión, inhabilitación por el doble de ese plazo para asistir a espectáculos deportivos y una multa de 700 mil pesos. Y Paniagua, a un año y seis meses de prisión, inhabilitación por el doble de ese lapso y una multa de 100 mil pesos.

El acuerdo entre el defensor de ambos imputados, Néstor Oroño y los fiscales Laura Urquiza y Federico Grimberg fue homologado ayer a la tarde por el juez Leandro Lazzarini, en un juicio abreviado, en Tribunales.

Después de la audiencia, Darrás y Paniagua recuperaron su libertad tras un proceso súper exprés. El lunes fueron detenidos –en el marco de doce allanamientos en Santa Fe y Santo Tomé en el que también cayeron ocho barras de Colón. El miércoles, los fiscales los imputaron por “la formación de grupos violentos” y “encubrimiento”. Y ayer, en un juicio abreviado se declararon culpables, aceptaron la condena de ejecución condicional y se fueron a la casa. Otra accesoria es que Darras y Paniagua deberán renunciar a sus cargos en la mesa directiva de Colón.

En la audiencia imputativa del miércoles, los fiscales les atribuyeron a Darrás y a Paniagua haber cometidos los delitos –por los que fueron condenados- “en forma continua desde octubre del año pasado hasta el lunes último”.

“En función de sus cargos, los dos dirigentes facilitaron la formación y mantenimiento de grupos destinados a cometer delitos, lo cual está penado por la ley nacional 13.184 de Espectáculos Deportivos”, reveló el MPA. Paniagua “mantuvo comunicación y trato directo permanente con los líderes” de dos facciones de barra brava (Los de Siempre y La Negrada) y esa relación era conocida y aprobada” por Darrás.

Los dos condenados “proveyeron de indumentaria deportiva oficial del club para su reventa; carnet de socios y entradas para los miembros de la barra y la reventa previa a los partidos”. “De esta manera, pusieron a disposición (de ambas facciones de la hinchada) medios económicos que permitieron la formación, mantenimiento y financiamiento de actividades delictivas”.

En la audiencia también se indicó que “al líder de Los de Siempre”, Orlando “Nano” Leiva, que es otro de los detenidos en la redada del lunes “se le pagaban periódicamente 150 mil pesos en concepto de ‘sueldo’ sin que hubiere contraprestación alguna”.

La Fiscalía reveló también la conducta de Darrás cuando fue citado a declarar en la causa el director deportivo de Colón Mario Sciacqua. Le recomendó que “de ninguna manera podía identificar a las personas que habían estado presentes” en el apriete a los jugadores el 20 de setiembre y que “tampoco decir que había escuchado amenazas”. “Además, Darrás hizo hincapié en que, puntualmente, no mencionara al líder de Los de Siempre, “Nano” Leiva”.

Paniagua incluso “se comunicó telefónicamente con el otro líder de Los de Siempre” Juan “Quique Leiva, que cumple una condena a 24 años de prisión por homicidio en la cárcel de Coronda. “En ese contacto, el detenido le dijo a Paniagua que hable con los jugadores y personas citadas a declarar y les manifieste que si no identificaban a los hinchas en el ‘apriete’ a los jugadores, la barra los dejaría tranquilos”. “También se le planteó que si los citados a declarar sí identificaba a los autores de las amenazas, Los de Siempre se encargarían de tirar bombas en cada uno de los partidos para que Colón no juegue más de local. Asimismo, le dijo que sabían donde viven las familias de los jugadores y a qué escuelas van sus hijos”.

Finalmente, según relató la Fiscalía en la audiencia, “se contactó con el capitán del plantel profesional de fútbol con el objetivo de ayudar a los autores de las amenazas coactivas”.