Cristina Fernández de Kirchner reclamó "celeridad" en la investigación sobre el intento de asesinarla en un escrito que entregaron sus abogados a la jueza María Eugenia Capuchetti, donde piden profundizar algunas líneas de investigación y remarcan que a casi un mes del atentado todo indica que "el plan criminal habría sido mucho más extenso, complejo y sofisticado de lo que podía pensarse". Entre miércoles y jueves a la madrugada hubo dos allanamientos en la provincia de Buenos Aires con secuestro de celulares y otros dispositivos producto de esta presentación: uno a una mujer llamada Joana Colman que, como reveló Pagina/12, aparece en un grupo de WhatsApp vinculado a Gabriel Carrizo --detenido como alguien con un papel clave en plan de magnicidio-- y les pasa información a él y a los "copitos", les baja línea y les dice que Fernando Sabag Montiel, atrapado tras intentar disparar, lo hizo por plata. El otro procedimiento estuvo dirigido a un hombre que aparece como "Jony White" en el celular de Carrizo, y a quien este le dice dos horas después del atentado a CFK que ahora planteaban "matar al jefe de La Cámpora", en alusión a Máximo Kirchner. También le anunciaba que estaban por tener "una reunión grupal" en Barracas que habría existido pero todavía no fue investigada, por lo que la vicepresidenta pide pruebas cuanto antes.
El documento de la querella, presentado por José Manuel Ubeira y Marcos Aldazabal, al que accedió este diario, le pide a la jueza que no deje ninguna pista sin explorar e insiste en marcar el peligro del paso del tiempo: "Estamos ante una causa de enorme relevancia institucional y ante un tipo de delito para cuya investigación el tiempo es clave". Junto con esto enumera una serie de cuestiones a profundizar. Hasta ahora, es conocido, hay cuaro personas detenidas: Sabag Montiel, Carrizo, Brenda Uliarte y su amiga Agustina Díaz.
Dinero y enigmas
Joana Colman, quien figura como "Joa" en el celular de Carrizo, podría ser alguien relevante en la trama según plantea la querella, que se opuso a su citación como testigo, por lo que Capuchetti suspendió la audiencia prevista y ordenó allanarla, medida que concretó la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). El operativo fue en Monte Grande y se llevaron celular, discos rígidos y computadoras. Habrá que ver qué encuentran en sus dispositivos a casi un mes del ataque. La lógica es que se haga un análisis también de sus llamadas, como pidió la querella. "Puede tener un involucramiento activo en la planificación del atentado y en su encubrimiento. Además, es evidente que puede estar en posesión de información muy relevante", plantearon los abogados de CFK. Hicieron notar que ciertos mensajes recuperados de Sabag Montiel en grupos de WhatsApp se deben leer en conjunto con comentarios de "Joa", en especial en lo que atañe al posible pago por el intento de magnicidio o financiamiento del grupo.
El 15 de agosto, Sabag Montiel comenta en un grupo en alusión a CFK: “Yo quisiera hacerme el vendedor de copos y meterle un corchazo”. Después se refiere a su novia, Uliarte: “Yo a ella la trato de bajar, pero a mi me importa la plata, si nos compran o le dan un laburo, ya está salvada, bienvenido sea”. Es decir, no sólo ella hablaba de la intención de asesinar a CFK --como lo muestran sus conversaciones con diferentes personas-- tiempo antes del 1 de septiembre. Cuando Sabag fue detenido, Uliarte doblaba la apuesta en conversaciones con Carrizo y con Díaz, y decía que si ella disparaba no iba a fallar, y que estaba dispuesta a hacerlo.
La misteriosa "Joa", que según los abogados aparenta ser alguien con acceso a "datos privilegiados", aparece en un grupo donde además de Carrizo estaban sus amigos supuestos vendedores de copos de azúcar y, tras la detención de Uliarte, les indica que no borren los mensajes, les decía que Sabag estaba "negado a declarar" pero que los había nombrado a ellos "así que fíjense bien", les advertía en un audio. Luego les decía: "Por otra fuente sé que lo hizo por plata, por acomodo, así que el chabón en cuatro años ponele que sale y sale re acomodado mal eh… a ver, como les vuelvo a repetir, uno por plata se vende ¿si?". Por si fuera poco agregaba suspenso: “Hay alguien que ya estaba al tanto de todo, mucho antes que los medios, que todo je… Que loco, la que menos pensás, es, pero bueno no voy a dar detalles”.
Reunión en Barracas
De las conversaciones que aparecieron en el celular de Carrizo salió mucha información que lo compromete y que abre otras pistas. Además de contarle a su hermanastra, Andrea, que él había entregado un arma para el magnicidio que finalmente no se utilizó ("un 22 corto", dice) también le comenta un rato después del atentado y la detención de Sabag Montiel, de quien se manifiesta orgulloso, que manejaba un grupo de unas 90 personas y que se estaban juntando "para ver cómo solucionar este problema", pero le decía "estamos decididos a matar a la puta esa". Era en la noche del 1 de septiembre. El intento de asesinato fue cerca de las 21, y hablaron poco antes de las 23.
Casi en paralelo Carrizo hablaba con alguien agendado como "Jony White", a quien también le dice que se estaban por reunir en Barracas, donde él vivía con Sergio Orozco (un integrante del grupo de los copos de azúcar). Le cuenta: "Estamos pensando matar al jefe de La Cámpora esta vez", "están llegando todos", "si querés venir", "vamos a tener una charla grupal". El tal Jony, cuyo nombre es Jonathan Emanuel Posadas, y también sería hermanastro, le responde: "Los sicarios de los copos de nieve". También fue allanado este miércoles por la PSA e incautado su celular y otros dispositivos para ser peritados, según allegados a la causa. El procedimiento fue en Morón.
El escrito de los representantes de CFK señala que ese chat apenas dos horas después del ataque revela que: "Carrizo evidentemente sabía lo que había sucedido y era parte"; "la alusión a 'los sicarios de los copos de nieve' muestra que todos los supuestos vendedores organizados por Carrizo sabían lo que pasaba y que eran una organización criminal"; "la existencia de la charla grupal aparece en otras conversaciones"; y "la referencia a 'matar al jefe de La Cámpora' da cuenta de que la extensión de los planes criminales aquí investigados puede ser mucho mayor que la vinculada a lo sucedido el 1 de septiembre".
La querella llama la atención porque hasta ahora no se investigó esa reunión. Si existió y quiénes fueron. Señala que habría sido en el inmueble de la calle Montes de Oca, en Barracas, de Orozco. Por eso pidió las filmaciones de las cámaras de las zonas aledañas desde el 1 al 5 de septiembre y que se rastreen otras posibles imágenes tomadas por locales privados. Por los chats entre Carrizo y Uliarte surge que él la convocaba también con insistencia y que ella habría ido a la madrugada. Una de las ideas era descartar u ocultar el arma que no se había usado, pero además seguían hablando de matar a CFK. El escrito también pidió la indagatoria de Orozco y de otros dos integrantes del grupo: Lucas Acevedo y Leonardo Volpintesta. "Hay muchos indicios de que todos ellos sabían lo que iba a pasar y de que participaron del atentado y su encubrimiento", afirma el escrito.
Carnets truchos
Si bien la jueza Capuchetti incluyó en las imputaciones y en los procesamientos de Sabag Montiel y Uliarte el uso de certificados truchos de discapacidad, la querella de CFK señala que es una línea poco analizada que no debería ser subestimada. De los chats surge que Carrizo se ocupaba de conseguir los carnets pero también estaban implicados "Acevedo y Orozco, quienes conversan sobre la situación con Carrizo y entre ellos" así como Volpintesta. ¿Para qué podrían usar esos certificados falsos? "Una explicación altamente plausible es que estos carnets permiten usar el transporte público con sólo mostrarlos. La ventaja no es sólo económica: es que moverse en el transporte público de esa manera no deja rastros georreferenciales (a diferencia de lo que pasa con la SUBE)", dicen Ubeira y Aldazabal. La adquisición de los carnets estaría ligada a los hechos investigados si se observa una línea de tiempo. El 4 de julio Sabag Montiel le manda a Carrizo los datos para hacer el carnet de Uliarte. Ese día y el siguiente ella habla de su plan de matar a la vicepresidenta con Díaz y con alguien que aparece como "Nacho".
En la misma tónica de sospechas, todo indica que cambiaban de celulares a menudo y que habrían buscado otras formas de evitar se rastreados. Todavía no está claro quiénes y cómo participaron en la inteligencia previa en la zona. Hay cuestiones del antes y el después poco claras, como también las conversaciones de Uliarte con alguien que figura como "David", con quien no habría contactos anteriores. Él le dice a ella que le va a confiar algo "ultra secreto", le manda una foto poco clara, y ella le dice "¿Sos poli de la DEA? Tranqui no le cuento a nadie". El responde "no digas nada, ja, paso informes e investigo narcos pesados". Este diálogo ocurrió tres días después del intento de magnicidio y luego la joven fue detenida. En suma, lo que pide la vicepresidenta es "la mayor premura posible" en las medidas reclamadas y ante tantos enigmas.