Pese a la innumerable cantidad de veces que la niña Arcoiris relató, dibujó y señaló los abusos sexuales por parte de su abuelo paterno, desde los 2 años hasta los 6 que tiene ahora, pese a las denuncias de su madre, a los informes y pericias que dan cuenta de abusos y agresiones históricas, la Justicia de La Rioja ordenó la restitución por la fuerza pública a su progenitor, la privación de responsabilidad parental contra su madre, Delfina Silva Zarranz y su imputación por impedimento de contacto, desobediencia a la autoridad y sustracción, y la aplicación de una multa económica. La autora del mazazo sobre las espaldas de Arcoiris y Delfina es la jueza de la Cámara IV en lo Civil, Ana Carla Menem, que a esta altura de los acontecimientos repone preguntas urgentes: ¿Por qué demonios el Poder Judicial no escucha a las infancias? Con tantos protocolos, convenios internacionales, áreas específicas, interés superior y cámaras Gesell, ¿por qué las palabras de una niña son puestas en duda durante años? ¿Por qué un sector cada vez más amplificado del sistema judicial argentino elige seguir abrevando en el falso SAP? ¿Por qué niegan con obstinación corporativa a niñas, niños, niñxs y adolescentes su condición de sujetxs de derechos? ¿Por qué al final del camino, obsequian con crudeza y sin pifiarle a quiénes benefician y a quiénes perjudican?
“Sobre esta situación gravísima en la que el Poder Judicial de La Rioja ubica a mi hija y a mí como su madre protectora, solo puedo decir que está clara la tortura a la que nos someten. A ella, por obligarla a vincularse con sus agresores, y digo obligarla porque se ha cansado de expresar su voluntad, pese a que siempre quisieron doblegarla montones de actores del Poder Judicial de La Rioja que intervinieron”, explica Delfina, que espera con ansiedad la movilización bajo el lema “Basta de torturar a Arcoiris. No permitiremos que se lleven a la niña”, esta tarde en Buenos Aires, frente a la Casa de la Provincia de La Rioja. Remarca, sin embargo, que “fueron los menos quienes colaboraron para que Arcoiris sea escuchada. El resto actuó en connivencia para hacer lo que hasta hoy, más de cuatro años después, sigue haciendo, que es torturarla vulnerando sus derechos e intentando condenarla a una vida de abusos sexuales”. Es el horror, describe con la voz quebrada por el llanto. “Y no somos el único caso, esto es moneda corriente en La Rioja. Creo que la persecución, el hostigamiento y la criminalización hacia mi persona tiene que ver con esa situación. ´¿Le creés a tu hijx? ¿Vas a denunciar a su abusador? Fijate, porque vas a terminar así´. Por eso vale la pena luchar, porque somos nosotras y nosotres, les adultes protectores, quienes tenemos que proteger a las infancias.”
En la causa de Arcoiris intervinieron ante la Justicia de La Rioja el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (SeNAF), la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de Justicia, que evaluó la situación como de alto riesgo y dispuso medidas de protección para ambas, y la Defensoría Nacional de Niños, Niñas y Adolescentes (DNNyA) dirigida por Marisa Graham, que este mes fue rechazada por el Tribunal Superior de Justicia provincial para poder constituirse como amicus curiae en el proceso judicial tramitado en el fuero penal. La decisión del tribunal alarma, ya que plantearía un precedente respecto de quiénes o de qué organismos pueden intervenir apelando a esta figura, y reforzaría la biblioteca patriarcal, que sigue valorando códigos procesales provinciales machistas y misóginos, aplicados en procedimientos eternos y revictimizadores, además de que no existe la escucha directa obligatoria de jueces y juezas a niñas, niñxs y niños, ni está reglamentado el patrocinio de personas menores de edad. Solo en cinco provincias existe la figura del Defensor de Niños, Niñas y Adolescentes. La Rioja no es una de ellas.
“Todas las instituciones que tengan que ver con protección de las infancias y derechos humanos deberían estar igual de preocupadas o más que yo, y en el mismo estado de alerta”, advierte Delfina, que se encuentra acompañada y sostenida por la red transfeminista de JusticiaxArcoiris. “En su momento tuvo intervención la DNNyA y la SeNAF, pero si hoy estamos así, claramente no fueron efectivas sus intervenciones. Estoy esperando que hagan algo por mi hija. Porque ante un poder judicial como el de La Rioja, y los organismos de la provincia, que son serviciales a este avasallamiento, les corresponde velar por ella."
Diferentes sectores judiciales y del poder riojanos parecen aplaudir la resolución que arrincona a Arcoiris contra un peligro que la lastimó por años, y criminaliza a su madre por protectora. No son pocas las columnas publicadas en algunos medios locales que celebran y fundamentan los rechazos y dictámenes de Menem y sus pares variopintes. “El Poder Judicial de La Rioja es consciente del aparato que conforma, por eso nos lleva a vivir siempre en el miedo y en la angustia. Para ese poder no podemos llevar una vida normal porque cuando mi hija empieza a hacerlo, aparece una jueza como Ana Carla Menem y se extralimitan”, señala. “Evidentemente no leyó los expedientes, entonces suceden cosas como éstas, y la vida queda en suspenso.” Que una niña que hace más de cuatro años diga lo que sufre y se encuentre en la misma situación, lamenta Delfina, “es sumamente injusto y cansador para ella.”
¿Quién se atreve a ignorar a esta altura que Arcoiris pasó la mayor parte de su vida judicializada?
-Mi hija pasó la mayor parte de su vida siendo torturada por el Poder Judicial para que no contara, para que no dijera o para hacerle entender que estaba mal decir lo que le hacía mal, decir quién era el que la lastimaba. Quisieron hacerle creer que eso que le hacían estaba bien, porque en un punto eso hace el Poder Judicial. Está bien que te abusen, está bien que te maltraten. Afortunadamente no lo lograron.
¿Qué le dice su hija?
-Es una niña que sueña con tener un espacio donde pueda ayudar a otres niñes, y que cuando tengan que contar las cosas que les hacen mal, no existan jueces como Ana Carla Menem o José Luis Magaquian, ni asesores de menores como Paulo Cubillo, y que a les niñes se les garantice un espacio de escucha donde sean creídes y amades. Si ése es el sueño de una criatura de seis años, que lo piensa así porque entiende que las infancias merecen ser respetadas y libres, vale la pena luchar.
A lo largo de estos años quedaron al descubierto la falta de perspectiva de género y las violencias judiciales sistemáticas, que se producen en un trasfondo criminalizador y de adoctrinamiento contra las madres y las infancias, que favorecen a adultos abusadores o cómplices. “No me cabe ninguna duda de que el fin es adoctrinarnos”, afirma Delfina. “Después del intento de femicidio de mi mamá por parte del progenitor de mi hija, cuando la atropelló con el auto para secuestrar a Arcoiris, pasé seis meses sin saber nada de ella por decisión judicial. Entonces el mensaje es ´aprendé sí o sí que tenés que dejar de creerle a tu hija y que tenés que dejar de denunciar lo que sufre´. Seguiré pidiendo justicia, para que alguien pueda ver la violencia institucional que ya no solo es la violencia de los agresores, sino la violencia de todo un aparato organizado para torturarnos.”
En ese reclamo que vuelve a gritarse hoy con furia feminista, Delfina levanta la bandera para que su hija “y tantas otras Arcoiris” puedan vivir infancias libres de abusos y revinculaciones que las destruyen de a poco. “Tienen que entender que el abuso sexual en las infancias y las vinculaciones forzadas con progenitores violentos o abusadores, significan tortura. Pido que protejan a mi niña ante un poder judicial tan ensañado en callar a las niñeces y en criminalizar a las madres protectoras.”
Y que dejen de favorecer a abusadores y cómplices.
-¡Claro que los favorecen! Cuando nosotras denunciamos, el Poder Judicial pone todo el tiempo la duda y el foco en nosotras, las mamás, e incluso en les niñes, pero nunca en la persona denunciada, nunca en el abusador, en los violentos ni en los cómplices. De hecho, la mayoría de las madres estamos imputadas, como yo, o algunas incluso con elevaciones a juicio por impedimento de contacto, cuando todes sabemos que éste es el mecanismo que utilizan los abusadores y los violentos para seguir perpetuando las agresiones en les niñes. Ocurre que el Poder Judicial claramente avala, porque pareciera que es más fácil proteger a un abusador que creerle a un niño.
La movilización se realiza hoy, viernes 30 de septiembre, a las 15, en la Casa de la Provincia de la Rioja. Callao 754, CABA .