Con un acto en la esquina porteña de Cerviño y República Árabe Siria, a pocos metros del lugar de su muerte, se conmemoró este viernes el 48º aniversario del asesinato del general chileno Carlos Prats y su mujer, Sofía Cuthbert, en manos de la policía secreta del dictador Augusto Pinochet. La ceremonia estuvo encabezada por la embajadora de Chile, Bárbara Figueroa, y participaron diplomáticos extranjeros, autoridades nacionales y representantes de organizaciones de derechos humanos como las Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Taty Almeida y Vera Jarach.
El homenaje, a los pies de una placa que recuerda a Prats y su esposa, se inició con la lectura de una carta enviada por las hijas del excomandante en jefe del Ejército, Sofía y María Angélica Prats Cuthbert, quienes agradecieron el recuerdo al tiempo que describieron lo que fue "un hecho tremendamente doloroso para nuestra familia y a la vez trágico para nuestros países, Chile y Argentina".
"La participación de miembros del alto mando del propio Ejército chileno de la época quedó demostrada y hoy gran parte de los autores cumplen condena. Ambos países hemos compartido el esfuerzo en conservar la memoria para que hechos como estos no se repitan nunca más", destacaba la misiva que fue leída por la segunda secretaria de la delegación chilena, Catalina Barceló.
A continuación, Figueroa resaltó la importancia de defender los derechos humanos cuando falta menos de un año para que se cumplan los 50 años del golpe de Estado que el 11 de septiembre de 1973 derrocó al presidente Salvador Allende. "Si hay algo de lo que tenemos profunda admiración por Argentina, es esa posibilidad de haber hecho carne la necesidad de una memoria activa. No es sano para nuestros países olvidar. No necesita ser esto una confrontación permanente, pero es siempre importante mantener la memoria viva", sostuvo la embajadora chilena.
Una ofrenda floral sobre la placa recordatoria fue el cierre elegido para una ceremonia en la que Taty Almeida manifestó el "apoyo total" de todas las Madres de Plaza de Mayo - Línea Fundadora. "Yo no diría que esto un acto, es un encuentro con personas que demuestran tener memoria. Y justamente lo asesinaron al general Prats y a Sofía creyendo que de esa manera los iban a desaparecer a ellos y a sus ideales. Por supuesto no lo lograron ni lo van a lograr mientras haya personas que justamente tengan memoria", advirtió Almeida.
¿Qué pasó con el general Prats?
Durante su mando en el Ejército a partir de 1970, Prats encabezó un profundo proceso de modernización. Despues del golpe del 11 de septiembre de 1973, se transformó en una figura incómoda para la dictadura de Pinochet. El 30 de septiembre de 1974, cuando el general y su esposa se preparaban para guardar el auto en un estacionamiento de la calle Malabia, una bomba accionada a control remoto y puesta bajo la caja de cambios generó una fuerte explosión por la que ambos ocupantes perdieron la vida.
En Chile la justicia se demoró 29 años para iniciar el proceso legal, pero condenó a nueve personas como autores intelectuales y materiales del delito, además de los cómplices. Por su parte, la justicia argentina fijó cadena perpetua para el agente de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), Enrique Arancibia Clavel.
En una declaración realizada el nueve de noviembre de 1999 a la jueza argentina María Servini de Cubría, el estadounidense y agente de la DINA, Michael Townley, confesó su participación como autor material del atentado. Townley fue expulsado de Chile en 1978 a pedido del gobierno de Estados Unidos por su participación en los asesinatos del ministro del Interior chileno, Orlando Letelier, y la activista de izquierda estadounidense Ronni Moffitt. Fue sometido a juicio y condenado, pero a cambio de la información otorgada fue liberado bajo el programa de protección especial de testigos estadounidense, donde vive actualmente bajo otro nombre.