El jefe de la junta militar de Burkina Faso, el teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba, quien llegó al poder por un golpe a fines de enero, fue destituido por militares el viernes por la noche, según una declaración leída en la televisión nacional.
Los golpistas también anunciaron el cierre de las fronteras terrestres y aéreas a partir de medianoche, así como la suspensión de la Constitución y la disolución del gobierno. Tras una jornada caracterizada por tiroteos en el barrio de la presidencia en Uagadugú, unos quince soldados, algunos con el rostro cubierto, hablaron por la radiotelevisión nacional.
"El teniente coronel Damiba fue destituido de sus funciones de presidente del Movimiento Patriótico para la Salvaguarda y la Restauración" (MPSR, órgano dirigente de la junta), declararon los militares en un comunicado leído por un capitán.
El nuevo hombre fuerte del país, designado presidente del MPSR, es ahora el capitán Ibrahim Traoré, agregó. Damiba tenía experiencia de primera mano con la brutal insurgencia yihadista, a la que citó como pretexto para tomar el poder.
Sin embargo, fue insuficiente para aplacar la rebelión entre los militares, quienes cuestionaron su gestión de seguridad al anunciar su salida del poder. Los golpistas también anunciaron el cierre de las fronteras terrestres y aéreas del país a partir de medianoche, así como la suspensión de la Constitución y la disolución del gobierno y de la Asamblea Legislativa de transición.
Fue también declarado un toque de queda de 21H00 a 05H00 horas. Los militares invocaron "la degradación continua de la situación de seguridad" en el país. "Hemos decidido asumir nuestras responsabilidades, animadas por un único ideal, la restauración de la seguridad y la integridad de nuestro territorio", añadieron.
Preocupación internacional
El golpe de Estado realizado en enero por el teniente coronel Damiba derrocó al presidente elegido Roch Marc Christian Kaboré. Al asumir el poder, Damiba prometió que haría de la seguridad una prioridad, en un país socavado desde hace años por sangrientos ataques yihadistas. Pero estos se multiplicaron en los últimos meses, sobre todo en el norte.
Estados Unidos dijo estar "profundamente preocupado" por los eventos en Uagadugú y pidió a sus ciudadanos limitar sus movimientos. "Llamamos a todos los actores a volver a la calma y la moderación", dijo un portavoz del Departamento de Estado.
Igualmente, el Ministerio francés de Relaciones Exteriores llamó a sus ciudadanos en la capital a permanecer en casa. En Bruselas, la Unión Europa expresó su preocupación por los eventos en Burkina Faso y señaló que la situación permanece "particularmente confusa".
En horas de la mañana se escucharon disparos en el barrio Ouaga 2000, donde se encuentran las sedes de la presidencia y de la junta militar, indicó un periodista de video de la AFP. La televisión estatal fue interrumpida durante varias horas antes del anuncio militar.
Al igual que sus países vecinos, Burkina Faso vive inmersa en la violencia de grupos insurgentes afiliados a Al Qaeda y el grupo Estado Islámico. Miles han muerto y unos dos millones han sido desplazados por los combates desde 2015 cuando la insurgencia se extendió a Burkina Faso, que desde entonces es el epicentro de la violencia en el Sahel.
Más de 40 por ciento del territorio de Burkina Faso, una excolonia francesa, está fuera de control del gobierno.