Poco y nada. A un mes del intento de asesinato de Cristina Fernández de Kirchner hay cuatro personas detenidas y procesadas por este atentado: Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte, coautores de tentativa de homicidio calificado, agravado y con alevosía; Gabriel Carrizo y Agustina Díaz, como cómplices, es decir, partícipes secundarios. Los textos de los procesamientos exhiben pocos avances, no mucho más que lo que surgía de tener a los autores materiales del ataque el mismo 1 de septiembre. Se conoce bastante de las conversaciones que mantuvieron entre ellos que dan cuenta de la pretensión de matar a la vicepresidenta, de cierta planificación y de la intención de borrar huellas y rastros que pudieran delatarlos. Sin embargo, son muchos los puntos oscuros o enigmas pendientes, empezando porque no se establecieron las dimensiones de la organización que actuó ni si hubo alguien detrás para ejercer influencia y/o brindar financiamiento. Las detenciones tardaron varios días, demasiados días. Los atacantes tuvieron días para borrar mensajes y pruebas y ni siquiera está claro si utilizaron otros celulares. No están identificados quienes estuvieron varios días antes haciendo inteligencia en Juncal y Uruguay, la identidad y el perfil de otros integrantes del grupo que figuran con mensajes (algunos de ellos llamativos) pero que no se sabe qué papel jugaron, qué ocurrió con otra pistola que mencionan en los diálogos, el plan de alquilar un departamento en Recoleta para hacer inteligencia e incluso para disparar desde allí y la actuación de las policías (Federal y de la Ciudad), antes y después del ataque. La pérdida del contenido del celular de Sabag fue un golpe tremendo para la investigación: ahora afirman que se están recuperando, a partir del chip, los whatsapp y los mensajes de Telegram, pero nada se analizó. A Brenda Uliarte tardaron tres días en detenerla, hubo una demora de la Policía Federal en el seguimiento y todo derivó en que casi se escapa y, efectivamente, en su celular aparecen numerosos mensajes borrados.
1 ¿Quiénes estuvieron en Juncal y Uruguay los días previos al atentado haciendo inteligencia?
El carrito y el palo de los copos de azúcar aparece allí el 23 de agosto, pero no está claro quiénes son las personas que están ahí. Fue el día posterior al final del alegato del fiscal Diego Luciani en el juicio por la obra vial en Santa Cruz, donde pidió 12 años de prisión e inhabilitación perpetua para la vicepresidenta. Cientos de manifestantes se acercaron a la zona de su casa para darle respaldo. No parecía un contexto interesante para vender algodón de azúcar. En ese momento hubo también una suerte de contra movilización de grupos violentos y agitadores, entre quienes estaba Leonardo Sosa, uno de los referentes de la agrupación Revolución Federal. Al policía que intentó aprehenderlo cuando revoleaba vallas y maderas lo agarró del cuello, desde atrás, otro hombre, llamado Natanael Reinstein Menin, que tenía una bomba molotov en su mochila. Poco antes había arrojado una aparentemente igual. Hay imágenes en que se ve al menos una tercera persona que hablaba con Sabag y Brenda.
2 ¿Cómo y quienes hicieron inteligencia policial el 27 de agosto?
El 27 de agosto, cuando el gobierno porteño mandó a poner vallas en la cuadra de la casa de CFK, había convocatorias en distintas plazas de la ciudad, pero terminó yendo todo el mundo a Recoleta. Apareció una legión de policías porteños con carros hidrantes y un gran despliegue de violencia. Ese día quedó en evidencia que hacían inteligencia desde balcones y otros ángulos: sacaban fotos y filmaban. ¿Por qué no se conoce qué imágenes recababan? Los agentes marcaban a funcionarios y dirigentes kirchneristas. Avisaban que no tenían inmunidad, como pasó con el gobernador Axel Kicillof y su ministro Andrés “Cuervo” Larroque. A Máximo Kirchner la policía directamente lo golpeó e insultó. Pero, además, esas imágenes seguro registraron también al grupo vendedor de copos. ¿Dónde están esas tomas?
3 ¿Hubo una real tentativa de homicidio el 27?
Del grupo de “los copitos”, se determinó que quien estaba ahí el 27 era Sabag Montiel. Incluso le mandaba mensajes a Brenda desde el lugar y le decía que le había rozado la espalda a Kicillof. Por lo que le escribe, es claro que estudiaba el terreno. Incluso da la impresión de que guardaba alguna expectativa de disparar en ese momento a la vicepresidenta. En un momento le dice a Brenda: “no, no es que se dé cuenta (CFK), el tema es que hay una cámara de C5N, y hay poca gente, y la gente se está yendo, y el momento es ese, ahora ya es tarde”; no creo que salga así que ya fue”. Se ve que Sabag quería un tumulto, disparar y que el estupor le diera la chance de huir. Por eso no convenía que hubiera poca gente o un canal filmando. Esa misma noche Brenda le decía a Agustina Díaz: “hoy me convierto en San Martín, mandé a matar a Cristina”. Luego le avisa que el plan falló.
4 ¿Y los demás que participaron?
Los “copitos” solían meterse entre la gente con barbijo y gorro, para evitar ser reconocidos. Entre la multitud destacaban por eso, porque ya nadie usaba barbijo. Es más, después del atentado, cuando Carrizo le pide a Brenda que vaya a verlo le recomienda que viaje con barbijo para camuflarse. El 28 de agosto aparece Sabag Montiel otra vez en la zona y, cerca, un hombre con gorro negro barbijo. Todavía no se sabe quién es. El 1 de septiembre estuvieron, seguro, Sabag Montiel y Uliarte. Ella se fue después que lo atrapan a él, haciéndose la distraída. En principio hay indicios de que integrantes del grupo estuvieron el 23, 26, 27, 30 y 31. No hay nadie identificado.
5 ¿Qué se sabe sobre el alquiler de un departamento en Recoleta?
Poco. Brenda Uliarte y Fernando Sabag Montiel planeaban alquilar un departamento cerca de la casa de CFK. El 23 de agosto él le contó a ella: “me contestó el tipo del alquiler de Recoleta para el sábado tenemos que verlo y dice que no tiene… Eh… No sé, tiene que coordinar varias entrevistas y que le dejen una seña viste que se yo, así que le dije que íbamos a tener plata para dejarle una seña”. Brenda le responde: “¿No te gusta el depto?”. El dice: “no me gusta el depto, el pelo sí. Cristina y la gente está reunida en Recoleta. Para pegarle un corchazo”. Después Brenda le manda un audio donde le dice: “No amor, laburamos esta semana y el sábado vamos y le dejamos una seña, ya fue…Alto depto ese de Recoleta amore, si vieras donde vive Cristina entendés, Cristina vive en Recoleta, estamos re cerca de la mina. La podemos hacer pija, eh…Si, hay que ir y pegarle un corchazo ¿Sabes que hace falta? Un francotirador, viste que la mina se pone en el balcón, hace falta ahí y pimba, un tiro en la cabeza, hacerla mierda…” Según dijo en C5N esta semana José Manuel Ubeira, uno de los abogados de la querella de CFK, el inmueble en cuestión quedaba sobre Callao, una ubicación que les serviría para estar cerca, pero no está claro que les diera una buena visión. La otra duda es ¿Cómo juntarían dinero suficiente para alquilar en esa zona? ¿O era por pocos días? Aún así, implicaba una cifra que no manejaban quienes vivían en un monoambiente desastroso.
6.- ¿Alguien los influia?
Una coincidencia temporal que podría tener relevancia es que ese mismo 23 de agosto Uliarte y Carrizo tuvieron una conversación vinculada con el plan de matar a CFK. El le dice: “Ya se les acabó la joda”. “Si, que la saquen a la mierda, No puede creer que hay gente que todavía la defiende”. “Hace falta alguien que vaya con un fierro y le pegue un corchazo a Cristina”. Carrizo le propone, como en código: “Decile a Nando (Sabag Montiel) que invente una bebida”.
Los diálogos llaman la atención por lo obsesionados que estaban con Cristina. Algunos mensajes y la antigüedad de la pistola Bersa 32, hacen pensar que no había una gran estructura detrás del grupo, pero que alguien los influía: les daba análisis y les sumaba a la indignación y el odio. Una hipótesis de la investigación es que la violencia y los escraches le resultaban funcionales a fuerzas o personajes opositores y, con ese enfoque, los alentaban a ir contra Sergio Massa, Pablo Echarri, la Casa Rosada, el Instituto Patria y todo lo que consideraban vinculado al kirchnerismo. Nada se sabe de esa posible influencia política.
7 ¿Alguien les pagó a Sabag Montiel y Uliarte? ¿El grupo tenía algún financiamiento?
Algunas conversaciones que están en el expediente hacen suponer que Sabag Montiel tenía un interés económico en cometer el crimen. El 15 de agosto en un grupo de whatsapp donde habla de la posibilidad del magnicidio, Sabag dice: “Yo quisiera hacerme el vendedor de copos y le meto un corchazo”. Después sobre Brenda dice: “yo a ella la trato de bajar (de la idea de matar a Cristina), pero a mí me importa la plata, si nos compran o le dan un laburo, ya está salvada, bienvenido sea”. En conversaciones con Agustina Díaz, Brenda le decía que si se tenía que escapar después del homicidio que planeaba, cambiar de identidad e irse del país, tenía de dónde sacar dinero. Y en un chat que manejaba Carrizo –en apariencia el dueño de la máquina de hacer copos—una mujer por ahora misteriosa llamada Joana Colman, les decía a los demás, cuando “Nando” y Brenda ya estaban detenidos, que sabía por una “fuente” que “él lo hizo por plata, por acomodo, así que el chabón en cuatro años ponele que sale y sale re acomodado mal eh”. Les advierte que estaba “negado a declarar” pero que a ellos los había nombrado.
Capuchetti pidió el levantamiento del secreto fiscal y bancario, pero por ahora no se conocen novedades que aporten luz a la causa. Son personas que además, se movían con ciertos llamativos cuidados que complican el esclarecimiento: es posible que hayan usado varios números de teléfono distintos, por ejemplo.
8 ¿Quién es Joana Colman y qué papel jugó?
Todavía nadie sabe quién es exactamente esa mujer ni cuál era la relación con el grupo. Lo que sí se sabe es que tenía información: “Fernando estuvo totalmente negado a declarar. Los nombró a ustedes, eso sí, fíjense bien. Y no sólo a ustedes cinco porque nombró a más personas”. Más grave todavía: “no voy a decir quién, pero hay alguien que ya estaba al tanto de todo mucho antes que los medios. Qué loco, la que menos pensás es, pero bueno, no voy a dar detalles”.
A esto se agrega que la mujer afirma convencida: “si vamos al caso, (Sabag) lo hizo por plata, por acomodo, pero ahora están todos ustedes involucrados. Asi que el chabón en cuantro años ponele que sale y sale re acomodado mal”. O sea, alguien les pagó o los influyó para intentar el asesinato porque después, cuando salga en libertad, le darían una recompensa ubicándolo en algún lugar supuestamente privilegiado.
La casa de Colman fue allanada -casi un mes después del ataque- y se secuestró su celular. La pericia todavía no se empezó a hacer.
9 ¿Qué función cumplía Carrizo?
La jueza lo proceso como cómplice, pero parece tener más relevancia que ésa. Por ejemplo, en los mensajes afirma que el plan se iba a concretar en siete días, que Sabag se adelantó, que no entiende por qué no funcionó la pistola si andaba bien, de entrada pensó que el ataque se ejecutó con otra pistola, calibre 22, conseguida por él. Es decir que son todos elementos que lo ponen bastante como organizador, más que como cómplice. El afirmó en la indagatoria que todos esos diálogos con su hermanastra, Andrea, fueron en chiste. Eso es insostenible. De manera que no encaja demasiado el papel menor que le adjudica la magistrada.
10 ¿Quiénes estuvieron y qué pasó en la reunión de Barracas?
La misma noche del ataque, hubo un encuentro en la vivienda de la avenida Montes de Oca, en Barracas. Carrizo ahí menciona que en el grupo eran como 90 personas, pero no se sabe cuántas estuvieron allí ese 1 de septiembre a la medianoche. Las cámaras de la Ciudad de Buenos Aires, tan rápidas para otras cuestiones, aquí no proveyeron todavía imágenes de quiénes pueden haberse acercado al lugar.
11 ¿Qué pasó con el celular de Sabag Montiel?
Como adelantó Página/12 el domingo 4 de septiembre, el celular de Sabag apareció reseteado de fábrica, o sea vacío. Fue manipulado por la Policía Federal la noche misma del ataque y aparentemente se perdió el contenido por errores en la utilización del software para desencriptar el aparato. En los últimos días, según dicen, se recuperaron los whatsapp y los mensajes de Telegram, pero todavía no se hizo un informe sobre el sentido de los chats y si hay alguna información de importancia. Sabag usaba varios celulares, al punto que se encontraron numerosas carcazas en el allanamiento de su vivienda en San Martín. Pasó un mes y todo parece en pañales.
12 ¿Por qué la Corte y la Procuración no refuerzan esta investigación?
En una enorme cantidad de causas, se suma personal y hasta se forman equipos de fiscales. Para Vialidad, por ejemplo, pusieron dos fiscales. En la causa García Belsunce, hay tres fiscales. En el parricidio de Vicente López lo mismo: actúa un equipo de tres fiscales. Acá se trata de la tentativa de asesinato contra la vicepresidenta de la Nación y se mueve el caso como si fuera un intento de matar a un vecino cualquiera. No hay ningún refuerzo de equipo. En el Poder Ejecutivo afirman que entregan numerosos informes, pero que la investigación es lenta.
13 ¿Hay relación con Revolución Federal o algún otro grupo o fuerza?
En verdad es el punto clave. La vicepresidenta ha dicho que tiene claro que Sabag, Montiel y el grupo que los rodea son autores materiales, pero que existen autores intelectuales del ataque. Por ahora no hay nada de nada. El hecho puntual de que Brenda haya estado frente a la Casa Rosada en una marcha de Revolución Federal, al menos por ahora, no deriva en ninguna conclusión.
A un mes, todo lo que surge es que actuó un grupo de marginales, odiadores, neonazis, antiperonistas, antikirchneristas, todo mezclado con pornografía, zoofilia y prostitución. Parece poco creíble. Muy poco creíble.