El fútbol y la literatura están estrechamente ligados. Comparten historias, vehiculizan dilemas sociales y enriquecen la vida de las personas a través de sus obras. Son muy pocos los que dudan de sus lazos y más lo que arriban a uno u otro universo por intermedio de sus distintos disparadores.
Si bien su detractor más destacado fue nada más y nada menos que Jorge Luis Borges – "Once jugadores contra otros once corriendo detrás de una pelota no son especialmente hermosos”– , numerosos escritores han encontrado la emoción o la fuerza de sus personajes al cruzarlos con una pelota.
Dentro de ese contexto en el que el fútbol llena páginas y páginas de libros, y con cantidad de escritores que continúan el legado que comenzaron en las plumas de Osvaldo Soriano, Roberto Fontanarrosa y Eduardo Galeano, a Hugo Levin (editor, librero y actual Consejero Honorario de la Fundación El Libro) se le ocurrió armar un ciclo de charlas con autores que piensan y escriben sobre este deporte.
El evento se llama “Letras en la cancha” y el lugar elegido para llevar a cabo estás conversaciones es el Estadio Diego Armando Maradona en La Paternal. La primera edición contó con la presencia de Eduardo Sacheri y un buen número de lectores, aficionados, inquietos, se acercaron a la platea Bichi Borghi para escuchar y preguntar.
“Al principio fue una idea vaga. Creí que iba a ser difícil que se pueda concretar porque quería vincular la charla con la cancha, pero finalmente con el apoyo de la Fundación de Argentinos Juniors y la colaboración de todos sus voluntarios, más la gente del rincón del vitalicio, lo pudimos concretar”, le dice Levin a Página / 12, acerca de la organización.
Por su parte, Sacheri introdujo su relación con el fútbol y la charla por momentos dejó a un lado su costado literario. Al autor de Esperándolo a Tito, La pregunta de sus ojos o Los dueños del mundo, entre otros títulos, se le hizo inevitable saltear su pasión por el juego y entre los detalles de la construcción de sus personajes o de algunas decisiones literarias, dejó en claro que este deporte lo ayudó a comprender la vida.
Consciente de que sus últimas novelas habían tomado otro camino, sin el fútbol como temática, se sonrío al momento de pensar que de todas maneras nunca se pudo correr ese telón del todo y que alguna escena o personaje lo llevaba de nuevo al universo del balón.
“Yo creo que la literatura futbolera toma sobre todo el aspecto más amateur del asunto: el placer de jugar y el placer de mirar”, dijo el propio Sacheri, hace mucho tiempo, en una entrevista. “Lo que más me gusta del fútbol es la permanente posibilidad de regeneración que te propone. La perpetua chance de redención que tiene desde el momento en que empieza un partido nuevo, cuando lo jugás y cuando lo ves. En ese sentido es como un símil de la vida, pero sin la cosa irreversible que tiene la vida, que muchas veces no te da segundas oportunidades, no te ofrece revanchas y no te proporciona nuevos renacimientos. El fútbol sí”.
Este ciclo de charlas que cuenta con el apoyo del Departamento de Cultura, la Fundación Social, el Museo y el Rincón del Vitalicio de Argentinos Juniors, tiene previsto más ediciones y entre los nombres que resuenan en esta selección de grandes figuras de la literatura, están Alejandro Apo, Vicente Battista, Andrea Bollof, Daniel Divinsky, Inés Fernández Moreno, Liliana Heker, Juan Sasturain, Ana María Shua y Carlos Ulanovski.
“Hacerlo en la cancha me pareció original. Y teniendo en cuenta la nueva estructura del estadio, que tiene esa platea muy próxima al campo de juego, me pareció adecuado hacer esto. Lo único, había que esperar que el tiempo estuviera bien para que esto se pudiera realizar un día soleado”, explicó Levin.
Sacheri fue el que inauguró y cautivó a la audiencia presente, sobre todo cuando le preguntaron por la muerte de Maradona (“así como lo dejé en paz con su vida, también con su muerte”), o cuando un joven de 17 años le contó que conoció más sobre Diego por intermedio de su texto "Me van a tener que disculpar".
"Así que señores, lo lamento. Pero no me jodan con que lo mida con la misma vara con la que se supone debo juzgar a los demás mortales. Porque yo le debo esos dos goles a Inglaterra. Y el único modo que tengo de agradecérselo es dejarlo en paz con sus cosas. Porque ya que el tiempo cometió la estupidez de seguir transcurriendo, ya que optó por acumular un montón de presentes vulgares encima de ese presente perfecto, al menos yo debo tener la honestidad de recordarlo para toda la vida. Yo conservo el deber de la memoria", dice sobre el final de este relato que integra su libro Esperándolo a Tito.
Sobre el final del encuentro, Levin invitó a pasar el boca a boca de este ciclo, fortaleció su mensaje de transmitir cultura en los barrios y dejó abierta la invitación a la próxima charla, que seguiría con Alejandro Apo o Juan Sasturain. “En mi vida la literatura y el fútbol están absolutamente ligados. Como hombre que estuve toda mi vida en la industria editorial en el rol de editor, librero, presidente de la cámara del libro y presidente de la feria del libro, tuve mucha vinculación con gente de la literatura a la que también le interesaba mucho el fútbol, por eso los convocados tienen todos algo que ver: todos han escrito, han pensado o expresado sobre el fútbol. Me parece que es un deporte importante desde el punto de vista cultural”, concluyó.