El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, reconoció este domingo que las elecciones probaron que hay una "voluntad de cambio", pero aseguró que en la segunda vuelta ante Lula da Silva le mostrará al país que "no puede ser para peor".
Aunque no terminó de admitir la victoria de Lula, Bolsonaro tampoco puso en duda el resultado y aseguró que "mucho voto fue por la condición del pueblo", que "sintió el aumento de los precios de los productos", que atribuyó a la inflación que dejó la pandemia de covid-19, que se agravó con la invasión rusa a Ucrania.
"Tenemos una segunda vuelta por delante y podremos mostrarle a la población que la inflación está bajando" y que el Gobierno "no ha dejado de atender a los más pobres" mediante diversos subsidios que fueron aprobados en los últimos meses, afirmó.
"Entiendo que hay una voluntad de cambio, pero ciertos cambios pueden ser para peor", dijo el mandatario, en declaraciones que dio a periodistas a la puerta de su residencia oficial en Brasilia.
Sereno, el líder de la ultraderecha se mostró convencido de que en la campaña para la segunda vuelta tendrá más tiempo para explicarles a los brasileños que "un cambio por la izquierda siempre es peor".
Citó como ejemplos los casos de Argentina, Chile y Colombia, países en los que la derecha fue desplazada por líderes progresistas en los últimos tiempos, e insistió en que los brasileños "no pueden correr el riesgo de perder su libertad".
Según Bolsonaro, con un posible regreso de Lula al poder que ejerció entre 2003 y 2010, "los brasileños no ganarán nada y, por el contrario, tendrán mucho que perder".
Entre lo que pudiera tener que "resignar" la sociedad en caso de una victoria del líder progresista, Bolsonaro aseguró que estarían "la libertad religiosa" y el "respeto" que su Gobierno tiene por "la familia" y los "valores tradicionales".
Lula se impuso en las elecciones celebradas este domingo con un 48,3 % frente al 43,2 % que obtuvo el mandatario y líder de la ultraderecha que aspira a una reelección que se mostró "plenamente confiado" en que la logrará el próximo 30 de octubre.
Al término de un conteo agónico que empezó dándole a Bolsonaro una ventaja de hasta siete puntos, pero que luego se fue reduciendo a cuentagotas, los resultados situaron al expresidente Lula con 48% de los votos, frente a 43% para el mandatario, con el 99% de los colegios electorales escrutados.