Juan Román Riquelme no sabía que sabía todo de periodismo cuando afirmó para referirse a su estilo: “Correr, corre cualquiera; jugar al fútbol es más difícil”. El de Don Torcuato podría haber conceptualizado aquello para referirse al voraz consumo de la prensa actual, en la que “cualquiera escribe una noticia, mas hacer periodismo es más difícil”.

Hoy, los redactores deportivos corren como esos mediocampistas por afuera, que van y vienen de dónde sea a dónde sea, pero que casi nunca se detienen a pensar. Riquelme, tal vez el paradigma de lo que significa ser “Enganche”, ofreció durante casi 20 años la alternativa de darle a su equipo un lugar para conceptualizar. Lo acusaron de lento y de previsible. Tiempo después, esos mismos se dieron cuenta que el deporte necesita más espacios en los que intelectualizar al juego, incluso durante el desarrollo del mismo, y que sin alguien que piense, el fútbol es un sitio más aburrido. Lo mismo va a pasarle al periodismo.

“Enganche” es un lugar que se funda en aquellas tradiciones cada vez más escondidas en los medios. Todos los equipos, en la escritura o en el deporte, necesitan ocasiones en las que pensar y en las que pensarse. En las que elaborar, por ejemplo, que los diarios de papel necesitan historias, entrevistas y análisis, ya que su inmediatez, aquella extinta velocidad llamada “primicia”, ha muerto a manos del minuto a minuto de las redes sociales, la tecnología, la televisión, la radio y los sitios de internet.

“Enganche” podría ir a la cola de esas mismas noticias, presentadas de un modo conocido, como ocurre en la mayoría de las publicaciones de los diarios. Pero “Enganche”, como Riquelme, tiene las convicciones de ser distinto. Aquí, el lector encontrará un lugar en el que descansar cada fin de semana, mediante páginas que le durarán todo el día, con enfoques novedosos, entrevistas a corazón abierto a grandes protagonistas, investigaciones punzantes, relatos ocultos, crónicas llenas de vida y la idea de defender al deporte como lugar en el que contar a la vida. Como esos diez que imaginaron el pase que nadie vio, “Enganche” será un lugar en el que soñar con algo mejor.