Bosques milenarios, lagos, hielos y nieves eternas, especies en peligro de extinción. La biodiversidad del Parque Nacional Los Alerces fue inscrita por la Unesco como Patrimonio Mundial, lo cual eleva el estándar de protección de uno de los paisajes más impactantes de la Patagonia argentina.

 

La decisión fue tomada por el Comité del Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), que incorporó este mediodía al Parque Nacional Los Alerces, ubicado en la provincia de Chubut, como Sitio de Patrimonio Mundial en la 41° Sesión que se desarrolla en la ciudad de Cracovia, Polonia.

La distinción de la Unesco se basó en que el Parque alberga un bosque milenario con valor universal excepcional, por ser el alerce la segunda especie viviente más longeva del planeta. “Los Alerces es una pieza clave y fundamental para conservar los ecosistemas boscosos de la porción más austral y oriental de los Bosques Templados Valdivianos, una ecorregión considerada por los científicos como prioritaria y sobresaliente para la conservación a escala mundial”, resaltaron desde la Administración de Parques Nacionales.

 

 

La propuesta aprobada comprende 188.379 hectáreas de un total de 259.570  que posee el Parque Nacional Los Alerces, de las cuales más de 7000 protegen Bosques Milenarios de Alerces, con ejemplares que alcanzan 2600 años de existencia. El área protegida alberga especies amenazadas, como el huemul.

La Administración de Parques Nacionales estuvo representada por su vicepresidente, Emiliano Ezcurra, quien formó parte de la delegación argentina junto a Miguel Ángel Hildmann, representante permanente alterno ante el organismo internacionales, y Gladys Pérez Ferrando, integrante del Comité Argentino de Patrimonio Mundial.

Según la UNESCO, “la Lista del Patrimonio Mundial es un legado de monumentos y sitios de una gran riqueza natural y cultural que pertenece a toda la humanidad. Los Sitios inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial cumplen una función de hitos en el planeta, de símbolos de la toma de conciencia de los Estados y de los pueblos acerca del sentido de esos lugares y emblemas de su apego a la propiedad colectiva, así como de la transmisión de ese patrimonio a las generaciones futuras.”

Previamente fueron incorporados como Patrimonio Mundial el Parque Nacional Los Glaciares, en 1981; el Parque Nacional Iguazú, en 1984, y el Parque Nacional Talampaya, en el año 2000.