Las críticas de Facundo Manes a Mauricio Macri y las virulentas respuestas del PRO son apenas un nuevo capítulo de una serie de enfrentamientos en la tensa interna de Juntos por el Cambio por la próxima candidatura presidencial. Ya hubo otros episodios, como el que enfrentó a Macri con el gobernador jujeño y también aspirante presidencial Gerardo Morales por las descalificaciones del expresidente al rol histórico de la UCR, su principal aliado en la alianza opositora. Pero las disputas no son solamente entre el PRO y la UCR, sino al interior de sus propios partidos. Macri anticipó que está dispuesto “a jugar” si en el enfrentamiento entre los presidenciables del PRO, el alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta y la jefa partidaria Patricia Bullrich, alguno de ellos “no garantiza el cambio”. La UCR tiene sus propias peleas entre Morales y Manes y en los bloques en la Cámara de Diputados. Todo en medio de entrecruzamientos transversales que unen y enfrentan a dirigentes de ambos espacios y la postura oscilante del socio menor, la Coalición Cívica, que juega sus fichas de acuerdo a los personajes que se disputan cada episodio.
En el más reciente, Macri volvió a hacer gala de “gran elector” de la coalición opositora y dentro de la estructura amarilla, mientras coquetea con su propia candidatura y el soñado “segundo tiempo”. En declaraciones al diario español ABC, el expresidente afirmó que “yo voy a jugar, si veo que al final del camino uno garantiza el cambio y otro no. Si no estoy seguro que hay una marcada diferencia no voy a pedir el voto por uno, creo en la sabiduría de la gente. Mi trabajo es hoy ayudarlos a crecer”.
La referencia ineludible era para los (por ahora) dos aspirantes macristas a la presidencia: Larreta y Bullrich. Mientras que la pelea entre ambos se da en el terreno de ver quien se muestra más a la derecha ante su electorado mas fiel, donde la exministra de Seguridad acusa de “tibio” al alcalde por no ser mas enérgico para reprimir la protesta social y el jefe de Gobierno de la Ciudad demoniza a estudiantes y sus familias por la tomas de colegios sin dar respuesta a los reclamos. Ambos recorren el país y muestran sus alianzas cruzadas con la UCR. Bullrich se muestra con el senador radical y exgobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, quien no ocultaba sus propias aspiraciones aunque ahora parece resignado a un papel menor. Larreta fue a Corrientes en busca de alianzas con otro gobernador radical, Gustavo Valdés.
Morales, en cambio, está lanzado a su candidatura presidencial. En el papel de titular del Comité Nacional de la UCR fue quien salió a cruzar a Macri por sus descalificaciones al radicalismo. “El populismo se originó en Latinoamérica y tal vez en Argentina es donde arrancó, primero con (Hipólito) Yrigoyen y después con Perón y Evita", dijo Macri en una de las conferencias a la que acude para señalar al populismo como el gen de todos los males.
“Como presidente del radicalismo no puedo dejar pasar tu última descalificación sobre quién fue el primer presidente electo por el voto popular, dejando atrás décadas de fraude y corrupción", le enrostró Morales a Macri en una carta pública. "Si tu intención es romper JxC para buscar un acuerdo con sectores de la extrema derecha antidemocrática, lo mejor es decirlo concretamente", agregó el jujeño. Morales recorre cada vez con más frecuencia el conurbano bonaerense, donde Manes aspira a afianzar voluntades mientras recorre ciudades del interior en su nanocampaña presidencial.
La interna radical tuvo su primera fractura en la Cámara de Diputados tras la elección legislativa de 2021. El cordobés Mario Negri no pudo alinear a todos los boinas blancas detrás de su continuidad al frente del bloque partidario. Su principal adversario fue su coprovinciano Rodrigo de Loredo, quien lo venció en interna de la UCR de Córdoba y que junto a los porteños Martín Lousteau y Emiliano Yacobitti armaron su propio bloque disidente Evolución Radical.
En medio de la disputa radical en la Cámara baja, Elisa Carrió empujó a la CC para vetar que el macrista Cristian Ritondo asuma la presidencia del interbloque de diputados de JpC, que quedó acéfala y dividida en diez bloques partidarios que no siempre votan en el mismo sentido. Carrió volvió a endurecerse y señaló a todos los macristas que tenían relación política o de amistad con el oficialista Sergio Massa, cuando el tigresense asumió como ministro de Economía. En la lista estaban el propio Ritondo y hasta Larreta y desató otra crisis en JpC. “Se trata de una cuestión de purificación, de limpieza”, se justificó Carrió y la respuesta no se hizo esperar: “el agravio es el límite”, le respondieron desde todas las fuerzas que integran JpC y la CC quedó en soledad con su fundadora.