Oh, mandala, “dibujo complejo, generalmente circular, que en hinduismo y budismo representa las fuerzas que regulan el universo y que sirve como apoyo de la meditación” (Real Academia dixit): pintarte se ha vuelto obsesión moderna para contemporáneos que buscan el autoequilibrio, el autocontrol. Una relajante fijación que encuentra renovada versión en la obra del artista italiano Leonardo Ulian, creador de Technological Mandalas, donde componentes electrónicos de varias formas y colores son soldados para crear diseños intrincados y organizados que recuerdan a la imagen de los susodichos símbolos espirituales. “Estoy intrigado por el hecho de que la tecnología electrónica se ha convertido en una parte fundamental de nuestra vida cotidiana, casi algo para adorar”, se sincera el hombre, expreso aficionado a laberintos y “geometría sacra”, que encuentra especial deleite en convertir mecanismos velados en innovación artística. Y declara: “Con esta serie en curso, estoy mostrando lo que ha sido ocultado a los ojos del consumidor, los circuitos electrónicos, como objetos extraordinarios donde la perfección del diseño puede llegar a ser etérea. Claro que, en verdad, no funcionan como circuitos tradicionales: más bien, como disparadores efímeros de pensamientos e imágenes”. Por lo demás, aunque no suscribe Ulian a ninguna creencia religiosa en particular, sí rinde culto a la libertad de explorar diferentes caminos con sus simétricas creaciones.