Los líderes del frente 1País, Sergio Massa y Margarita Stolbizer y después el presidente del bloque de Cambiemos, Nicolás Massot, anunciaron que renuncian a los fueros parlamentarios como diputados nacionales. Más allá del estruendo mediático provechoso para su campaña electoral en este día gris y lluvioso, caben varias aclaraciones sobre el anuncio: Decidir sobre los fueros legislativos de un diputado o senador no es algo que le corresponda a cada integrante del Poder Legislativo sino al conjunto de los miembros de la cámara que integran. Es primero la comisión de Asuntos Constitucionales y luego el cuerpo en su conjunto el que decide quitar o no la inmunidad de arresto, a pedido de un juez. Pero más allá de esta "confusión" también hay otras cuestiones conceptuales relevantes que aclarar y que no sólo son reproducidas falsamente por el massismo: ninguna causa judicial detiene su avance por los fueros que tenga un acusado. La inmunidad de la que gozan los legisladores es simplemente una inmunidad de arresto. Pueden ser acusados, investigados, citados a declarar y hasta incluso ser condenados durante su mandato como legisladores nacionales. Esto es así gracias a la modificación de la ley de fueros impulsada nada más ni nada menos que por Elisa Carrió en año 2000, en pleno gobierno de la Alianza. El articulado es corto y puede entenderse fácilmente de su lectura: http://servicios.infoleg.gob.
Al igual que durante la campaña electoral de 2015, Sergio Massa hace electoralismo con temas sensibles para el conjunto de la ciudadanía. En aquel momento volteó con consignas falsas un anteproyecto consensuado entre las principales fuerzas políticas con representación legislativa (UCR, PRO, FpV y socialismo) para modificar el Código Penal, una actualización que todavía está pendiente y que constituye una de las tantas cuestionses a abordar para enfrentar el problema de la inseguridad.
Ahora el massismo usa la misma demagogia para obtener un rédito político con un tema altamente sensible para la opinión pública: la lucha contra la corrupción.
Es un nuevo acto de irresponsabilidad que lejos de contribuir al debate puede implicar un retroceso institucional. En medio de los gestos compungidos para las cámaras de televisión, algo de lo dicho es totalmente cierto: "Si algo necesita la política es ejemplaridad". La ejemplaridad es necesaria. Siempre.