Una de las mayores tragedias de la guerra de Siria es el destino no resuelto de las personas desaparecidas. Desde que inició el conflicto, decenas de miles de sirios y sirias han desaparecido o han sido objeto de desaparición forzada por parte del gobierno u otros actores involucrados.

La búsqueda de parientes detenidos expone a las familias a ser arrestadas, extorsionadas o abusadas. El Gobierno y los demás implicados en la guerra han prolongado deliberadamente el sufrimiento de cientos de miles de familiares al ocultar información sobre la suerte y el paradero de las personas desaparecidas.

El tiempo se acaba

La decisión de actuar ante esta dramática situación no puede esperar más, especialmente ahora que la comunidad internacional ya cuenta con un camino para abordar las preocupaciones prácticas y las implicaciones en la vida real de este terrible fenómeno.

Este mes, el Secretario General de la ONU, António Guterres, publicó un histórico informe sobre cómo impulsar los esfuerzos para esclarecer el destino y el paradero de las personas desaparecidas en la República Árabe Siria y brindar apoyo a sus familias, como lo solicitó la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Resolución 76/228.

Una nueva entidad

El informe recomienda que los Estados miembros establezcan una nueva entidad para ayudar a coordinar y aprovechar los esfuerzos existentes para abordar esta situación.

Damos una esperanzadora bienvenida a la recomendación del Secretario General, ya que es coherente con la enérgica defensa liderada por las asociaciones sirias de familias de desaparecidos. Durante años, nuestra Comisión ha señalado la necesidad de un organismo de este tipo para consolidar las denuncias presentadas ante una amplia variedad de organizaciones no gubernamentales y humanitarias, para rastrear e identificar de manera eficiente y efectiva a las personas desaparecidas, y para ayudar a sus familias, que corren muchos riesgos y enfrentan dificultades en su continua búsqueda. Siempre hemos enfatizado que la participación de la familia, la víctima y el sobreviviente debe ser central para su funcionamiento.

Con la publicación del informe del Secretario General, ya no debería haber un debate sobre la necesidad de tal entidad internacional. Su mensaje fue muy claro: cualquier progreso para abordar la tragedia continua de las personas desaparecidas en Siria requiere un enfoque coherente y holístico que vaya más allá de los esfuerzos actuales. La Asamblea General de la ONU debe actuar con rapidez, aprobar una resolución que establezca esta nueva entidad, establezca su mandato y enmarque sus prioridades.

La experiencia a nivel mundial, y en particular en América Latina, muestra que cuanto más se tarde en establecer un mecanismo de este tipo, más difícil será esclarecer la suerte y el paradero de las personas desaparecidas por la fuerza.

Acceso

El informe del Secretario General establece tres áreas principales para la nueva entidad. Primero, identificar formas para coordinar los esfuerzos existentes y minimizar la duplicación. En segundo lugar, desarrollar y asegurar un papel para las asociaciones de familias y todos los actores relevantes de la sociedad civil siria. Y, tercero, abogar públicamente por el acceso de esta nueva entidad o de otros actores humanitarios internacionales apropiados a todos los lugares de detención y otros relevantes controlados por todos los actores que son parte del conflicto.

Hemos tenido el privilegio de reunirnos en muchas ocasiones con las familias, madres, esposos, esposas, hijos, amigos y colegas de los desaparecidos durante la última década. Nosotros y nuestro equipo los hemos escuchado y, aunque las circunstancias individuales pueden diferir, su mensaje es coherente y claro: no se detendrán hasta que encuentren a sus familiares desaparecidos o descubran la verdad sobre su destino. Las familias tienen derecho a conocer la suerte de sus seres queridos.

La considerable riqueza de información que nuestra Comisión ha recopilado durante 11 años se pondrá a disposición del nuevo mecanismo de acuerdo con el consentimiento proporcionado por nuestras fuentes. La Comisión ya ha comenzado a prepararse para la transmisión de los datos que le han sido confiados y esperamos que otros actores hagan lo mismo.

El rol de Latinoamérica

No debemos olvidar a los principales responsables de esta situación y que pueden actuar con rapidez para resolverla. Pueden comenzar por permitir el acceso inmediato de organizaciones humanitarias internacionales, como el Comité Internacional de la Cruz Roja, a todos los lugares de detención y visitas de las familias. Saber quién está vivo y su paradero sería un gran paso adelante para romper el muro de silencio en torno al destino de las personas desaparecidas en Siria.

Las familias, los colegas y los amigos han esperado demasiado tiempo para que se tomen medidas a nivel internacional. El momento de actuar es ahora. Los Estados miembros de las diferentes regiones del mundo tienen una gran oportunidad de poner su peso detrás de este significativo esfuerzo humanitario que ayudará a abordar el sufrimiento causado por el flagelo de los sirios y sirias desaparecidas. Los países de América Latina pueden desempeñar un papel clave en el apoyo y la orientación de esta iniciativa.

Paulo Sérgio Pinheiro, intelectual brasileño. Fue enviado por la ONU como observador a Siria.