Convencidos de que no podían seguir esperando la definición del Partido Justicialista, que preside Alberto Fernández, la mesa chica ampliada de la CGT confirmó la realización de un acto propio, exclusivamente sindical, por el 17 de octubre en el estadio de Obras Sanitarias. Ese día no sólo se recordará el 77 aniversario del Día de la Lealtad. Este sector de la central obrera pondrá en funcionamiento una mesa político-sindical que tendrá como objetivo el generar un espacio dentro del peronismo que permita discutir el rumbo de la coalición gobernante. Pero sobre todo y fundamentalmente, la intención es poder discutir y conseguir una mayor presencia de sindicalistas en las listas de candidatos de 2023.
El encuentro se realizó en la sede de la Uocra que conduce Gerardo Martínez. Hasta allí llegaron los triunviros Héctor Daer (sanidad) y Carlos Acuña (estaciones de servicios) que participó acompañado de su jefe político, el gastronómico Luis Barrionuevo.
La reunión tuvo asistencia perfecta de los referentes de los sectores conocidos como Gordos e Independientes y que bien podría decirse que controlan casi dos tercios de las secretarías que conforman el consejo directivo de la CGT. De a poco fueron llegando Rodolfo Daer (Alimentación), Armando Cavalieri (comercio), Julio Piumato (judiciales), Andrés Rodríguez (UPCN), Guillermo Moser (Luz y Fuerza), María Ratto (espectáculos públicos), Sergio Romero (UDA), Guillermo Mangone (gas), Gastón Frutos (panaderos), Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento), Patricia Escobar (pasteleros), Carlos Bonjour (Utedyc), Nicolás Galeano (La Fraternidad), Mario Calegari (UTA), Rubén Sandoval (perfumistas), Daniel Vila (carga y descarga), Alejando Amor (municipales) y Mario Cejas (viajantes).
Los participantes se apresuraron a advertir que esta mesa no pretende reemplazar a las 62 Organizaciones Peronistas, que tenían un perfil más político y que sigue existiendo. Lo cierto es que lo que se busca --según confiaron asistentes al cónclave-- es generar un espacio más moderno y superador. De esta manera esa mesa, a la que bautizaron como "Corriente Político-Sindical Peronista", apoyará a la coalición gobernante, al Frente de Todos o lo que se decida para los comicios del próximo año.
Los consultados no quisieron identificar esta nueva corriente interna con el presidente Alberto Fernández, la vicepresidenta Cristina Kircher u otro dirigente del FdT. De todas formas por historia y acciones recientes, este grupo tiene más afinidad con el Presidente y con el ministro Sergio Massa que con CFK. Esta fue una de las razones por la que el sector de gremios que integran el Frente Sindical para el Modelo Nacional (FSMN), cuya cabeza visible es Pablo Moyano, no participó del encuentro a pesar de haber sido invitado. El que tampoco participó fue Sergio Sasia, titular del gremio Unión Ferroviaria.
Gordos e Independientes aspiran a poder tener una mayor representatividad en las listas legislativas del próximo año. Incluso definieron en el encuentro que esa representatividad no quedará solo a nivel nacional sino que quieren tener candidatos sindicales a nivel provincial y municipal. Y para esto quieren aprovechar el proceso de normalización de las regionales de la CGT que, dicho sea de paso, lleva adelante la secretaría de Interior que conduce Abel Furlán, el secretario general de la UOM que no participó de la reunión en la Uocra. Ahora bien, esto no implica necesariamente o de manera conveniente, dejar de lado a los sectores referenciados en el FSMN o en otros más cercanos a CFK porque también integran los triunviratos que conducen las regionales de la CGT.
Esta es la razón que llevará al grupo que se reunió en la Uocra a insistir con la participación del sector de Moyano porque consideran que, más allá de las diferencias internas, conviene estar juntos para poder reclamar los espacios en las listas de candidatos legislativos.
Por ahora el moyanismo declinó toda invitación y mantiene vigentes las diferencias que lo distancia de Gordos e Independientes, incluso las preferencias políticas dentro del FdT. Pero nada de estas divergencias implican una posible retirada de la CGT. Esto ya se conversó durante la semana pasada cuando Pablo Moyano amagó con pegar el portazo. En esos días se definió que lo mejor era quedarse y dar la pelea desde adentro.