Últimamente, Hollywood parece haber entrado en un espiral de decadencia donde los grandes estudios no tienen mucho más que ofrecer a la pantalla grande que historias refritadas de superhéroes, SpinOffs, remakes, remakes de las remakes (Charlie y la fábrica de chocolate tendrá su tercera versión próximamente), pasar a live action películas de Disney y las biopics. Dentro de esta última categoría caen las películas biográficas estrenadas en los últimos años de personajes como Elvis, Judy Garland, y Freddy Mercury, entre otras celebrities. Como era de esperar, solo era cuestión de tiempo para que a Marilyn Monroe, la mujer más icónica de la cultura pop del siglo XX, le llegara la suya.
Los medios de comunicación masivos tienen un ensañamiento sistemático en gozar viendo descender a los infiernos a mujeres jóvenes, presas de las dinámicas destructivas y patriarcales propias de esta industria. Le sucedió a Judy Garland, a Britney Spears, a Monica Lewinsky, a Meghan Fox, a Amy Winehouse, a Lindsay Lohan y, sin dudas, a Marilyn. Blonde, la película estrenada la semana pasada en Netflix dirigida por Adrew Dominik, producida por Brad Pitt e interpretada por Ana de Armas, no hace más que reproducir este discurso desde una mirada cuasi necrofílica, donde se mete el dedo en la llaga una y otra vez y se reveulve la herida de sus sombras.
La hostigaron estando viva y ahora también muerta, explotando su imagen en un filme de casi tres horas donde llora constantemente, sufre, es maltratada, abandonada, abusada, golpeada, forzada a abortar, humillada y manipulada como un commodity por los estudios y por quienes decían “amarla”. Parece como si no hubiese sido feliz nunca y que todos sus logros eran máscaras para ocultar su oscuridad. Cabe destacar que la película está basada en la novela FICCIONAL acerca de su vida redactada por Joyce Carol Oates y no está sujeta a datos históricos precisos. Sin embargo, no fue presentada de esta forma para la audiencia: un dato que, seguro, muchos habrán pasado por alto. Este estreno es una fantasía inspirada en su biografía pero, ¿una fantasía para quién?
Ellos la prefieren triste
La actriz de Ellos las prefieren rubias vivió tan solo 36 años, pero fueron suficientes para que pase a la historia como un mito trascendental y una figura eterna que redefinió la belleza de los años 50’s y 60’s. Aún así, durante su corta pero explosiva trayectoria fue señalada continuamente por ser demasiado sexual, demasiado gorda, demasiado vieja, demasiado tonta, demasiado inteligente (nada genera más sospechas que eso) y demasiado puta.
Se la criticó por ser mala actriz, por ser divorciada y por no haber sido madre y se le negaron roles más desafiantes que den cuenta del potencial de su talento actoral. Se la comparó con Audrey Hepburn, que era representada como su polo opuesto con más elegancia, clase y decencia. Fue despojada de su complejidad como persona para ser tranformada en una figurita manipulable: hasta el mismo Andy Warhol la puso en una serie a la misma altura que una LATA DE SOPA.
Sin embargo, Marilyn fue una mujer inteligente y sagaz, una característica que pocas veces se cuenta sobre ella porque es más cómodo mostrarla dentro del tropo de la rubia tarada, un lugar común conocido por todos. Además fue una gran actriz, sobre todo de comedia, y supo manejar con gran habilidad el timing del humor a través del doble sentido, un gag naif y sus potentes expresiones. Sin dudas fue una mujer ambiciosa y tenaz que, como les gusta decir a los yankees, se hizo a sí misma.
La película de Dominik podría haber sido una excelente oportunidad para explorar estas características de su personalidad y ofrecernos una mirada más compleja y tridimensional sobre su persona. Tratar de ver el mundo a través de su mirada. En vez de eso, él se recocija en mostrarla completamente desagenciada, fragil y victimizada. Una mujer que vive por y para el fantasma de su padre abandónico, al cual ve como una figura idealizada, una visión que traslada a sus parejas, a quienes llama “daddy”. Construye un morbo alrededor de los abusos que sufrió durante su infancia y la enfermedad mental de su madre (lo que suma un punto para la estigmatización alrededor de estos trastornos) y sus comienzos como modelo erótica.
Es notable cómo las escenas de violaciones parecen satisfacer a una mirada masculina que goza con ellas. También es perturbadora una imagen que se repite: Marilyn sola y angustiada, rodeada de una horda de hombres desesperados por comérsela cruda. O varones poderosos que recalcan que Marilyn es un invento de ellos y Norma simplemente un maniquí. Quienes dicen protegerla generalmente la usan y no tiene ninguna aliada mujer. Las únicas representaciones femeninas que aparecen son la de su madre internada, la secretaria del productor que la viola (y no hace nada para ayudarla) y la vecina que la abandona en un orfanato. Esto refuerza el tropo de que las mujeres lindas y sexys no tienen amigas, pertenecen al universo de los hombres y son vistas por otras mujeres como una amenaza.
¿Un aborto o un parto con un bebé precoz?
Sin embargo, esta narrativa cruel e injusta tiene su ápice en una escena rocambolesca en la que Marilyn es obligada a abortar de forma violenta. En ese escenario, hay un feto realista de un avanzado estado de gestación que la llama “mami” y le reclama que ella lo está matando. Este feto, que parece calcado de un flyer antiderechos de Cynthia Hotton, la persigue y atormenta durante todo el filme. De alguna forma, la moraleja es que su infelicidad y decadencia es producto de la interrupción del embarazo que ella se practicó para no perder papeles. ¿Qué lectura puede hacerse de eso en el año en el que Roe Vs Wade fue revocado? No hay que ser muy ingenioso para unir los puntos. Como si fuese poco -aún hay más- hay imágenes de su vagina por dentro…en color y en blanco y negro. ¿Qué lugar ocupa la mirada del espectador en ese plano? Seguramente, no la de Marilyn.
El tratamiento artístico del filme es acertado, Ana de Armas da lo mejor de sí en un papel complicado y hay un esfuerzo en reproducir sus fotografías más icónicas de la forma más precisa posible. Pero ese compromiso estético se hunde al estar al serivicio de una película que no solo no le hace justicia a Marilyn, sino que la explota e insulta. Las críticas hacia este filme estallaron en las redes sociales, donde se generó un contradiscurso para destacar los aspectos más admirables de su figura y cuestionar la narrativa patriarcal y anti aborto de Dominik.
“Todos los miembros del equipo escribimos un mensaje en una tarjeta. La dejamos sobre su tumba, en el cementerio, y de alguna forma le estábamos pidiendo permiso”, dijo Ana de Armas acerca de un ritual que hicieron sobre la lápida de la fallecida actriz, en el cementerio de Los Ángeles. Si los fantasmas existen, el de Marilyn tal vez considere perseguir a Dominik, como en las películas de casas embrujadas. O a Kim Kardashian, que compró uno de sus vestidos más hermosos en un remate para lucirlo en la MET Gala del 2022 y lo dejó destrozado para siempre.