El Gobierno se apresta a anunciar en las próximas horas la nueva canasta de Precios Cuidados, programa de referencia que rige en grandes supermercados y que esta vez es una apuesta fuerte en un contexto de inflación de alimentos muy elevada. La idea de la secretaría de Comercio Interior es establecer una canasta de productos representativos, menos numerosa, pero con aumentos menores a los que se venían dando. En este caso, si bien las negociaciones no están cerradas, se busca que las subas que se autoricen sean menores a la inflación general, que en estos meses caminó en la línea del 7 por ciento.
Según confirmaron fuentes oficiales a Página I12, la nueva etapa del programa regirá desde este viernes 7 de octubre y por un plazo de tres meses. Buscan evocar la canasta que supo armar en su gestión en Comercio Interior el ahora ministro bonaerense Augusto Costa. En ese momento, durante el Gobierno de Cristina Kirchner, Axel Kicillof era ministro de Economía, la inflación no era un problema tan serio pero se ideó el programa con la necesidad de mostrarle al consumidor que había una referencia de precios de productos básicos para que compare y elija.
Naturalmente, las empresas, nucleadas en la Coordinadora de Productores de Alimentos (Copal), quieren mayores márgenes de subas pero hubo un pedido especial del ministro de Economía, Sergio Massa, para negociar por debajo del IPC general que da el INDEC. El dato no es menor, porque todas las marcas vienen con remarcaciones muy por encima de esos números, en un contexto donde no hay mayores costos que ameriten semejantes subas. Muchos que conocen el paño atribuyen esos aumentos a presiones corporativas ante la inminencia del cierre de Precios Cuidados, que pone valores de referencia para el consumidor y les da a la empresas márgenes más bajos que los productos que están por fuera del programa.
El titular de la cartera, Matías Tombolini, viene manteniendo reuniones con los fabricantes de alimentos para llegar a un acuerdo contundente. En primer lugar, se especula con que la canasta tendrá 500 productos, bastantes menos que los que se venían acordando. Había hasta ahora 1200, en los cuales se incluían bienes que no eran de consumo prioritario para las familias, algunos de ellos premium y a un precio muy elevado.
Sólo cubre el 25 por ciento del consumo
Por fuera de Precios Cuidados, el Gobierno tiene un problema más serio. Cuidados va a operar sólo en grandes superficies comerciales, que representan el 25 por ciento del consumo masivo. El 75 por ciento restante está en comercios barriales, chinos y almacenes, donde las empresas fabricantes de canasta básica y distribuidores mayoristas tienen remarcaciones de entre 20 y 100 por ciento. Ese fenómeno se da por un proceso de recomposición de márgenes que las empresas hacen por fuera de los ojos del Estado.
En el Gobierno este tema preocupa particularmente. En el INDEC entienden, de hecho, que la inflación mensual de alimentos, que no baja de 6 puntos casi permanentes, está empujada por las fuertes remarcaciones que se dan por fuera de los grandes supermercados. El problema es que para el Gobierno el fenómeno es complejo de controlar desde los comercios: hay 210 mil locales barriales y chinos y sólo 3000 supermercados grandes en todo el país. Además, en los barrios, los comercios no compran directo a fabricantes, sino que se someten a la remarcación de las industrias y de los mayoristas y distribuidores.