Luego de la victoria de Fabián Doman en las elecciones y los poco felices -por llamarlos de alguna manera- comentarios del presidente electo sobre la continuidad del DT Julio César Falcioni, Independiente (30 puntos) perdió 2 a 1 como local ante Central Córdoba (31), que así aseguró su permanencia en Primera División.

A pesar de dos historias dispares en materia de vitrinas, el Rojo y el Ferroviario comparten un año muy similar: comienzos malos y presentes más que aceptables. El conjunto de Avellaneda llegaba a la cita con un invicto de siete partidos, con seis triunfos consecutivos en la Liga Profesional y seis vallas invictas en ese lapso. De su lado, los de Santiago del Estero habían sumado 10 de los últimos 12 puntos en juego.

Y este miércoles por la noche en Avellaneda, el buen momento que prevaleció fue el de equipo de Abel Balbo. Después de un primer tiempo bastante aburrido y sobre todo accidentado, con el pibe Javier Vallejo sufriendo una lesión en el hombro que lo obligó a ser reemplazado, Central Córdoba encontró el 1 a 0 a los 50 minutos en una jugada de origen curioso, con un lateral defectuoso de Lautaro Montoya. Pero Torres peinó, Martínez desbordó y sacó un buen centro para la entrada del capitán Soraire entre una defensa roja completamente dormida. Ante la atenta mirada de Insaurralde, Soraire le ganó a Lucas González y el uruguayo Elizalde para definir ante un Milton Álvarez que tardó en salir. Todo dentro del área.

Claro que el 2 a 0 fue mucho más excepcional. Luego de un cabezazo de Benegas que dio en el travesaño, Central Córdoba sacó una contra que terminó en córner. De ese tiro de esquina, Álvarez pifió el manotazo e Insaurralde, con su pierna menos hábil, la mandó a guardar en arco propio. Insólito.

Lo que siguió fue Independiente yendo al ataque desaforadamente con Soñora como conductor. Sin embargo, donde más energías gastó el Rojo fue en protestar contra Merlos, de mal arbitraje. Recién en el descuento se le abrió el arco al Rojo con un centro de Vigo y cabezazo de Elizalde... Pero ya era demasiado tarde.