Con un tosco quiebre de cintura, Mauricio Macri amaga para un lado, encara para el otro y elude definiciones sobre una eventual candidatura. Siempre perfilado hacia la derecha, posicionado cada vez más hacia el extremo, el exmandatario envía señales continuas a la interna de Juntos por el Cambio. Y ayer sumó una jugada más. "Uno nunca sabe en qué momento va a encontrar su verdadera vocación. Pero si hay algo que aprendí es a no aceptar lo dado y estar siempre abierto. Es como el amor, se trata de una vibración que sólo se siente en el corazón", comienza la edulcorada contratapa de su nuevo libro “Para qué”, una publicación que exhibirán las vidrieras de las librerías a partir del 18 de octubre y que enciende las alarmas opositoras. Qué rol ocupará el fundador de Cambiemos llegado el caso de un segundo tiempo, es una de las mayores preocupaciones que desvela a los principales socios de la coalición. ¿Irá por una revancha? ¿Oficiará de consultor de externo? Por el momento, todos inflan el pecho y aseguran que su desembarco no alteraría los planes. Después de su fallida presidencia, muchos también se preguntan para qué buscaría un segundo mandato.
Faltan 10 meses para las Primarias (si es que las hay). Macri sabe que en la cruda interna opositora los tiempos corren a su favor. Habrá que pasar el verano para conocer alguna definición concreta sobre su futuro electoral. En el texto anticipado ayer, el líder del PRO juega con la idea de volver a postularse para presidente, aunque en otras líneas le baja la espuma. “Está dedicado a los que me acompañaron en cada una de las etapas y a los que hoy están emprendiendo sus propios caminos”, sostiene y avala indirectamente las ambiciones ejecutivas de Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal.
Mientras tanto, Macri se esfuerza por hacer valer su liderazgo dentro de la alianza. Si bien asegura que no está pensando en una postulación, recorre el país para medir su figura, mantiene asiduos encuentros privados con los máximos referentes del espacio y lanza –ahora– su nuevo libro, un clásico recurso preelectoral de quienes buscan ganar visibilidad en la agenda. “Aprendizajes sobre liderazgo y poder para ganar el segundo tiempo”, es la leyenda que acompaña la tapa del libro que sucede a su anterior publicación, “Primer tiempo”. En clave de autoayuda y con frases que podrían estar estampadas en sobrecitos de azúcar, los exfuncionarios Pablo Avelluto y Hernán Iglesias Illia –que mediaron de ghostwriters– recapitulan la carrera del empresario devenido en presidente: su gestión en Boca, el arribo a la jefatura de Gobierno porteño y su paso por la Casa Rosada. “Este libro trata sobre este misterioso camino hacia la felicidad. Es sobre mi viaje personal y lo que aprendí en él. Es el para qué de tantas cosas hechas y vividas y de tantas que aún quedan por hacer”, sintetiza Macri, en modo Ravi Shankar, en otro de los fragmentos del texto que saldrá a la venta un par de horas después del día de la lealtad peronista.
El futuro de Macri
El rol activo del expresidente y el lanzamiento de “Para qué” alimenta las especulaciones sobre su futuro. De viaje por Madrid, señaló que “hoy no está anotado” en la lista para 2023 y que se siente "muy cómodo" en el apoyo a otras candidaturas. Sin embargo, hay quienes remarcan en Juntos por el Cambio que el “hoy” incluido en esa expresión deja la puerta abierta a un posible cambio de postura. “Nos llama la atención que no quiera ser candidato, pero salga a recorrer Ituzaingó”, sostienen y preguntan irónicamente “para qué lo hace”.
¿Qué pasaría si Macri quiere jugar? El jefe de Gobierno porteño no está dispuesto a bajarse de la carrera. “Es mi decisión y no depende de Macri”, repite. Larreta está convencido de que el exjefe de Estado tiene que acompañar al espacio desde el lugar de “mentor”. Dentro de su entorno también hay quienes se envalentonan y consideran que ganarle un mano a mano evitaría posibles condicionamientos en una eventual gestión y despejaría dudas respecto de que llegó “su tiempo”.
La posición de Bullrich es similar. "Mi decisión de ser precandidata presidencial tiene que ver con la lucha por el cambio profundo, contra el kirchnerismo”, señaló a principios de septiembre, al confirmar su postulación. La exministra de Seguridad ya se lanzó y no está dispuesta a dar marcha atrás como ocurrió en 2021. Incluso en su entorno sostienen que las encuestas la ubican en paridad con Larreta. En medio de la polarización entre la exministra de Seguridad y el alcalde porteño, Macri se ocupó en el último tiempo de resaltar la figura de Vidal. La exgobernadora, que a principio de año dudaba acerca de competir o dejar pasar el turno electoral, se sumó hace un tiempo a la larga lista de presidenciables y mantiene visitas metódicas por todo el país.
La advertencia
“El hecho de que lo hayan querido jubilar puede ser una de las razones de su alto perfil”, explican figuras cercanas al expresidente. Participe o no, Macri no quiere perder la centralidad que ostenta desde que fundó Propuesta Republicana en 2005. Es una postura que dejó en claro en España cuando le consultaron si apoyaría abiertamente a Larreta o Bullrich en la interna. “Si al final del camino un candidato garantiza el cambio y otro no, yo voy a jugar”, advirtió, y aclaró: “Si no estoy seguro que hay una marcada diferencia no voy a pedir el voto por uno”. Fue un mensaje directo al jefe de Gobierno porteño, pero dirigido también para la coalición en general.
El disciplinamiento interno Macri lo tiene trabajado. Una demostración de la docilidad del espacio fue la reacción mancomunada en contra del diputado Facundo Manes. Las críticas al expresidente por las prácticas de espionaje ilegal durante la gestión de Cambiemos, le valieron reprimendas de “halcones”, “palomas” y hasta del propio partido radical a nivel nacional. Lo acusaron de querer “romper” la unidad de la alianza opositora. "En una coalición debe haber disensos, de lo contrario es una dictadura", retrucó ayer el neurocirujano y volvió a tensar la cuerda.
Candidato o asesor a la distancia, Macri buscará ser el garante de la radicalización de Juntos por el Cambio y que en un eventual gobierno opositor se avance en un plan de ajuste más profundo al que él mismo ejecutó. "No podemos volver creyendo que se puede hacer un populismo light", sentencia el expresidente, a quien según su nuevo libro le quedan todavía "muchas cosas por hacer".