Una de las integrantes de la Policía de Mar del Plata, detenida tras ser acusada de torturar a dos adolescentes en un descampado de la ciudad balnearia junto a otros tres efectivos de la comisaría sexta, recuperó la libertad anoche, luego de ser indagada en el marco de la investigación, mientras que los demás imputados se negaron a declarar y seguirán detenidos, informaron fuentes judiciales.
El fiscal que interviene en la causa, Juan Pablo Lódola, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 12, dispuso que Micaela Estigarribia, una de las policías detenidas, recupere la libertad tras declarar durante más de dos horas en el primer piso de los tribunales locales, acompañada por su abogada Adelina Martorella.
Lódola consideró acreditado que Estigarribia, quien se desempeña en la Comisaría 6ta. al igual que los otros tres imputados, no tuvo participación directa en los hechos denunciados por dos adolescentes de 14 y 16 años, y pidió su excarcelación.
Según las declaraciones iniciales de las víctimas, la policía liberada había filmado con su celular las situaciones de tortura, y amenazado a uno de los adolescentes; “Ahora van a ver cómo los matamos y nadie se entera, como yo tengo un montón de muertos y nadie se enteró, dos más no van a hacer nada”, habría dicho según la primera versión.
Los otros tres efectivos, identificados como Ariel Estévez, Vanesa Cano y Jonathan Cabrera, se negaron a declarar y continuarán detenidos como acusados de torturar a los dos menores, a quienes interceptaron y trasladaron a un descampado en el que los golpearon, amenazaron y simularon que iban a ejecutarlos, mientras filmaban toda la secuencia.
Estévez, Cano y Cabrera están imputados del delito de "privación ilegítima de la libertad agravada y torturas".
Según la investigación del caso, los efectivos interceptaron y torturaron a los dos menores en la noche del pasado 17 de septiembre, en la zona oeste de Mar del Plata, y los liberaron tras simular "una ejecución".
Tras ser detenidos, los policías fueron desafectados por la Auditoría General de Asuntos Internos y alojados en el Complejo Penitenciario de Batán.
De acuerdo a la causa, Cano y Estévez detuvieron en Berutti al 9100 a los adolescentes, a quienes pidieron "que coloquen las manos contra el capot del vehículo oficial" con el "pretexto de identificarlos", y minutos después llegó al lugar un segundo móvil, en el que se desplazaban Cabrera y Estigarribia.
Según el expediente, "sin mediar palabra, Cabrera le propinó un golpe de puño" en la boca al joven de 14 años, y luego Estévez sacó su arma reglamentaria y se la apoyó en las costillas, "al tiempo que le ordenó que no gritara porque, de lo contrario, lo iba a matar".
Luego fue Cabrera quien "extrajo su arma reglamentaria e hizo lo propio sobre la cabeza" del adolescente, "comenzando a gatillarla".
Los adolescentes fueron trasladados luego a un descampado ubicado en Strobel al 10500. La causa estableció que, una vez en el terreno, el menor de los jóvenes fue obligado a "ponerse de rodillas" y a pedirle "perdón a Estévez", quien a su vez "le colocaba el arma en la sien izquierda procediendo nuevamente a gatillar".
De acuerdo a la investigación, otro de los efectivos le advertía en ese momento al chico: "Te vamos a enseñar a respetar, porque los que mandamos somos nosotros".
Tras hacer descender al mayor de los adolescentes del otro patrullero y colocarlo "de rodillas" junto al menor, "los dos oficiales de sexo masculino les ordenan que se levanten" a ambos, y Estévez indicó con una escopeta en la mano que "empiecen a correr", mientras aseguraba: "Tienen tres segundos, tres, dos, uno".
La escena fue descripta en la causa como "si se tratase de una ejecución mortal, lo que hizo que los menores corrieran atemorizados a campo traviesa en el intento de ser alcanzados por los proyectiles de goma".
"Con ese mecanismo tortuoso, el personal policial interviniente en un procedimiento ilegítimo por donde se lo mire, procedieron a aplicarle tormentos físicos y sufrimientos psíquicos de gravedad a los menores", indicó la jueza de Garantías marplatense Rosa Frende al ordenar la detención de los acusados.
La investigación del hecho se inició luego de que la madre de uno de los menores denunciara la misma noche que su hijo se encontraba herido tras haber sido golpeado por policías.
A partir de un reconocimiento médico dispuesto por el fiscal Alejandro Pellegrinelli, de turno al momento del hecho, se inició una investigación por "vejaciones y/o apremios ilegales", remitida a la UFI 12.
Con los elementos reunidos, Lódola pidió al Juzgado de Garantías 3 que dispusiera la aprehensión de los cuatro efectivos, tres de los cuales continúan detenidos.