El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva se confirmó este miércoles como el favorito en las elecciones de Brasil al obtener el 51 por ciento de intención de voto en la primera encuesta realizada tras la primera vuelta de las elecciones de este domingo. Sin embargo, especialistas afirman que, si Lula gana, deberá enfrentarse con un Congreso bolsonarista.
El presidente Jair Bolsonaro, que lo enfrentará en la segunda vuelta de las presidenciales el 30 de octubre próximo, aparece con el 43 por ciento de la intención de voto, según el sondeo del Instituto Ipec, perteneciente a la cadena de medios Globo, que entrevistó a 2.000 electores entre el lunes y el miércoles de esta semana en 129 ciudades del país.
Teniendo en cuenta tan solo los votos válidos, es decir excluyendo los nulos y blancos como lo hacen las autoridades electorales, el exlíder sindical puede obtener el 55 por ciento de los votos válidos y el ultraderechista el 45. En la primera vuelta de las presidenciales, el dirigente progresista venció con el 48,4 por ciento de los votos válidos y el líder ultraderechista quedó segundo con el 43,2. El trabajo tiene un margen de error de más o menos el dos por ciento, de modo que, en el escenario más ajustado, Lula se impondría con 53 punto a 47, según la intención de voto detectada por Ipec.
El Ipec también midió el índice de rechazo de los candidatos y estableció que el 50 por ciento de los electores brasileños asegura que de ninguna manera votará por Bolsonaro en la segunda vuelta, porcentaje que es de 40 puntos para Lula.
El apoyo a Lula y la censura de Bolsonaro
Los candidatos que quedaron en tercer y cuarto lugar en las elecciones, la centroderechista Simone Tebet y el laborista Ciro Gomes, ya declararon su apoyo a Lula en la segunda vuelta. Por su parte, el presidente recibió el respaldo de los gobernadores de los tres mayores colegios electorales del país: Rodrigo Garcia, en San Pablo; Romeu Zema, en Minas Gerais; y Cláudio Castro, en Río de Janeiro.
Los sondeos previos a la primera vuelta subestimaron la fuerza de Bolsonaro, ya que concedían una ventaja de 14 puntos a Lula. Bolsonaro ha criticado las encuestas desde que comenzaron a mostrar a Lula como favorito y las ha acusado de intentar manipular a los electores, por lo que sus aliados aprovecharon el desfase con los resultados para proponer medidas para restringir la actuación de estas firmas e incluso investigarlas y multarlas. Este martes, el gobierno brasileño ordenó a la policía que investigara la conducta de las consultoras de sondeos electorales. Por su parte, el vocero del oficialismo en la Cámara de Diputados, Ricardo Barros, prometió presentar un proyecto de ley que aplique multas o penas de cárcel para las encuestadoras que se equivoquen más allá del margen de error.
Un Congreso bolsonarista en contra de Lula
Profesores y especialistas en política latinoamericana advirtieron este miércoles que, en caso de que Lula Da Silva asuma como presidente en Brasil, deberá disputar su agenda para lograr derechos materiales y sociales ante un nacionalismo autoritario, representado por el mandatario Jair Bolsonaro, con mayor bancada en el Congreso.
"El Partido Liberal (PL) va a tener la mayor bancada en la Cámara de Diputados con 99 escaños. Ese movimiento negacionista de la pandemia, violento con las mujeres y con los periodistas", dijo el presidente de la Federación de Periodistas de Latinoamérica y el Caribe (Fepalc), Fabián Cardozo, al describir el escenario post primera vuelta en Brasil, en la que el candidato del Partido de los Trabajadores (PT), Lula Da Silva.
"¿Que agenda puede traer Lula con una bancada con ese perfil? ¿Y cómo disputarle la agenda a los medios de comunicación?", evaluó Cardozo, durante un panel virtual del Observatorio del Sur Global, sobre el "Centrao", el bloque parlamentario que apoya a Bolsonaro y que, pese a la victoria de Lula, fue uno de los vencedores de las elecciones.
En ese sentido, Cardozo destacó que la gran discusión es qué agenda podrá tener el eventual nuevo gobierno del PT y si podrá disputarla ante la bancada evangélica y la de los productores agropecuarios, sectores emparentados con el actual mandatario. "Lo que pasa en Brasil es la disputa por el centro, que le puede dar la victoria", indicó y ejemplificó con la decisión de Lula de trazar alianzas con su exrival político Geraldo Alckim, al elegirlo como compañero de fórmula. Esa decisión de correrse hacia el centro, según Cardozo, tiene que ver con ganar e implicará luego disputar la agenda frente al conservadurismo de los principales actores.
El encuentro virtual denominado "Pensar el Desorden Mundial desde América Latina" fue moderado por la politóloga Mariana Vázquez y organizado por el Observatorio del Sur Global y el Instituto Nacional de Formación Política.
Los gobiernos progresistas tienen que funcionar
Por su parte, la profesora de la Escuela Schar de Política y Gobierno en la Universidad de George Mason, Guadalupe Correa Cabrera, expresó que si el líder metalúrgico y dos veces presidente logra retornar al Palacio del Planalto, deberá avanzar hacia los derechos materiales, sin olvidar los derechos de las minorías. "El avance de los derechos civiles llega con el logro de los derechos materiales", subrayó Correa Cabrera y ponderó esas demandas sociales por sobre la agenda ambientalista que se enraíza en las grandes ciudades, pero no en todo el país.
En esa línea, la especialista en política internacional detalló que, si la ola de nuevos gobiernos progresistas en la región no tiene resultados en las clases trabajadoras, probablemente puedan fracasar y dar lugar a otros personajes peligrosos. "En América latina hay liderazgos que parecieran ser muy exitosos de forma mediática pero que al final son represores que segmentan, dividen y que apoyan al gran capital", destacó Correa en alusión a Bolsonaro, a quien catalogó de nacionalista autoritario y comparó con el expresidente estadounidense Donald Trump y su visión política. En esa sintonía, la especialista remarcó que son valores ultraconservadores que tienen una raíz en el desencanto y desesperanza, que es utilizado por los políticos para poner ahí a un enemigo.
Lula, una esperanza para Latinoamérica
A su vez, el profesor de Política Latinoamericana por la Universidad de Buenos Aires y director del Observatorio del Sur Global, Federico Montero, expresó que el potencial regreso de Lula Da Silva representará que el campo popular está revirtiendo un proceso de golpe de Estado que comenzó con el quiebre del gobierno de Dilma Rousseff. "Las posibilidades de que Lula encabece un gobierno popular con políticas de transformación va a ser un señalamiento para los otros gobiernos de la región que están más estancados", expresó Montero.
En ese contexto, el director del observatorio indicó que se generaría un alineamiento de Gobiernos en México, Brasil y Argentina, un panorama político regional que, según Montero, no sería menor. "Lula dijo que va reflotar la Unasur, tiene la propuesta de relanzar el Banco del Sur, y puso sobre el debate público una moneda común del sur", enumeró Montero algunos puntos salientes de la campaña del candidato petista.
Pese a afirmar que el bolsonarismo fue subestimado en términos políticos, el profesor advirtió que la posible derrota de estas expresiones autoritarias tendrá consecuencias importantes en otros países latinoamericanos. "Estamos a un mes de que un grupo gatillara dos veces contra la vicepresidenta en un intento de atentado que claramente se vincula con expresiones neofascistas. Que sea derrotado el autoritarismo neofascista va a tener consecuencias en el resto de los países", completó Montero.