Pebbles, el perro más viejo del mundo, murió esta semana a los 22 años en la ciudad de Taylors, en el estado de Carolina del Norte (EE.UU.).
La noticia fue confirmada por el sitio del libro Guinness de los récords, que lo había nombrado como el can más longevo del mundo el 26 de mayo pasado.
Pebbles era una perra hembra de la raza Toy Fox Terrier, que normalmente tiene una esperanza de vida de entre 12 y 14 años. No obstante, según sus dueños, era alimentada desde 2012 con comida para gatos tras un consejo de su veterinario, lo que quizá haya contribuido a su longevidad.
"Pebbles, el perro más viejo del mundo, lamentablemente falleció de manera natural y en paz en su casa, rodeada de su familia. Ella pasaba sus días disfrutando de la música country y siendo amada; y no era solo otro perro, tenía su propia manera de ser y su propia personalidad", escribió la familia a través de un comunicado compartido en Instagram.
La perra nació el 28 de marzo del 2000 en Long Island, en el estado de Nueva York y vivió la mayoría de su vida en Carolina del Sur. A lo largo de su vida, la pequeña mascota dio a luz a 32 cachorros. Finalmente, su deceso ocurrió el 3 de octubre pasado.
Según su dueña, Julie Gregory, el secreto de la buena salud de Pebbles residía en el aseo de la perra, que realizaba "con la mayor atención".
"Fue una compañera única en la vida, y nunca hubo nadie que conociera a Pebbles que no la amara. Ella será profundamente extrañada", finalizó su publicación Gregory.