Fue presidente y amaga con ir por un "segundo tiempo", pero considera que la sociedad argentina es una "fracasada". Como parte de su gira por España, Mauricio Macri participó de una actividad liderada por Mario Vargas Llosa en la que afirmó -en cámara- que la Argentina "debe ser la sociedad más fracasada de los últimos 70 años". En su juego de idas y vueltas respecto de una posible candidatura en 2023, el expresidente continúa extremando su discurso y, en esta ocasión, aprovechó para reversionar la muletilla de los "70 años de peronismo" y se refirió al "fracaso" de la misma sociedad que lo votó (y que, de ser candidato, aspira a que vuelva a hacerlo). A modo de respuesta, numerosos dirigentes de la política, los movimientos sociales, los sindicatos, las organizaciones sociales y el mundo científico le contestaron con las decenas de motivos por los cuales aquello no era cierto y que, en todo caso, el "verdadero fracaso" del país había comenzado con las políticas económicas que él mismo, en su momento, había implementado. "El problema acá es que quiere gobernar un país que detesta", repitieron varios.
"Mi querido país debe ser la sociedad más fracasada de los últimos 70 años, porque era la única que estaba entre los cinco más ricos y hoy estamos llegando a niveles de pobreza del 50 por ciento en muchas regiones del país. Eso es mucho dolor, mucha tristeza", sostuvo Mauricio Macri durante una reunión de la Fundación Internacional para la Libertad. Recién llegado a Madrid luego de haber dado una conferencia en la Universidad de Salamanca, el expresidente participó del encuentro organizado por el escritor Mario Vargas Llosa y el presidente de la Fundación Libertad, Gerardo Bongiovanni, en donde volvió a repetir varios de sus hits referidos a los estragos que había hecho el populismo peronista en el país. "Aquello que algo siempre se quejó Mario, cada vez que fue al país, era por qué siempre votábamos los argentinos a los que llevaron a este lugar de decadencia. Tal vez era un proceso largo y se está viviendo un verdadero aprendizaje", se entusiasmó Macri, que fantasea con un "segundo tiempo" pero no termina de definir si se postulará o si avalará la candidatura de alguno de sus hijos políticos del PRO, Horacio Rodríguez Larreta o Patricia Bullrich.
"Los americanos dicen ‘Learning by doing’, yo digo que los argentinos hacemos ‘Learning by suffering’", tiró, atento a las risas que generaría, y luego se quejó del "enorme daño" que le había traído aparejado a su familia haberse dedicado a la política: "El kirchnerismo, que como todos los populismos es salvaje, nos atacó sistemáticamente hasta demolerlos económicamente. Eso me llevó hasta enfrentamientos muy grandes con mi padre", aseguró el heredero de uno de los grupos empresarios más importantes del país. En tono electoral, Macri prometió a sus anfitriones españoles que la Argentina "está empezando a tomar otro color": "El año que viene, el país que inventó el populismo con Evita y Perón tal vez sea el primero en sacárselo de encima y lo exporte al mundo, que está abrazando al populismo con mucho entusiasmo", sostuvo, quien supo llevar como su candidato a vice un histórico peronista como Miguel Ángel Pichetto.
Las respuestas
Las respuestas no tardaron en hacerse escuchar. "Macri tiene la mirada de un sector de la burguesía parasitaria que permanentemente vivió de los recursos del Estado", disparó el secretario general de la CTA, Hugo Yasky, quien, como muches otres dirigentes que conversaron con Página12, recordaron el recorrido histórico de la relación de la familia Macri con el Estado: primero la estatización de la deuda privada durante la última dictadura cívico militar, las privatizaciones de los 90', el negocio de la obra pública y, finalmente, la toma de la deuda más grande de la historia del FMI. "Si este país tuvo alguna desgracia en estos últimos años es justamente este sector que a sí mismo se autopercibe como empresariado exitoso de la Argentina y no son otra cosa que parásitos sociales que han hecho que un país rico lleno de recursos y posibilidad tuviera que vivir sucesivas crisis de las que emergió justamente por el valor de su gente", afirmó Yasky.
"Lo que fracasó en los últimos 70 años es el modelo neoliberal que, a través de dictaduras como gobiernos elegidos, sometieron las políticas públicas a los intereses del mercado. Quizás el mayor ejemplo de su fracaso es el gobierno que encabezó: cayó el PBI, aumentó la pobreza, la indigencia y la desocupación. Endeudó al país y lo sometió a los designios del FMI. Los únicos que no fracasaron en su gestión fueron los especuladores financieros", respondió, desde la Antártida, el ministro de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus. A modo de contrapartida, el ministro aprovechó para destacar los avances del campo científico de los últimos años: "Argentina es el único país de la región que desarrolla satélites de imágenes y planes espaciales. Tenemos desarrollo de programas nucleares, biotecnología como la semilla HB4, se crearon empresas como el INVAP que exportan tecnología nuclear", destacó.
No fue el único, el físico Jorge Aliaga también cuestionó los dichos por Macri y destacó los aportes de la ciencia argentina en los últimos años, fundamentalmente durante la pandemia: "Los barbijos del Conicet salieron de un grupo de la UNSAM y de otro grupo del UBA. Se realizaron test diagnósticos, se desarrollaron vacunas. Nosotros en la Universidad de Hurlingam hicimos los medidores de dióxidos carbono", enumeró.
Otro de los sectores que salieron a desmentir tajantemente la idea del "fracaso" de la sociedad argentina fueron las organizaciones de derechos humanos, las cuales fueron señaladas por casi todos los entrevistados como el mayor símbolo de orgullo nacional. "Que sea tan caradura de hablar que es un país fracasado cuando, por lo visto, no recuerda su lamentable presidencia, esos cuatro años que fue la primer pandemia", sostuvo, con ímpetu, Taty Almeida y agregó: "Nosotros no somos ningún país fracasado, hemos demostrado que jamás bajamos los brazos y hacemos y decimos lo que las Madres hace 45 años: que la única lucha que se pierda es la que se abandona. Y acá jamas hemos dejado de luchar y exigir lo que es justo. Siempre hemos exigido justicia legal, nunca por mano propia. Porque nosotras no sembramos odio, nosotras sembramos amor".
Charly Pisoni, referente de HIJOS, agregó: "Los dichos del expresidente demuestran un odio hacia el sector mayoritario de la sociedad como lo es el campo nacional y popular. Pero no es cierto, estamos muy lejos de ser una sociedad fracasada, somos una sociedad que ha dado batallas en distintos ámbitos y uno de ellos es la ampliación de derechos".
En la dirigencia política, mientras tanto, fueron muches les que salieron a pegarle a Macri por sus declaraciones. "Desprecia al pueblo, desprecia la Argentina y que encima vaya y lo diga desde otro país es una muestra de ello. El problema es que quiere gobernar un país que detesta", afirmó Mariano Recalde, senador de La Cámpora y presidente del PJ porteño. "Macri desprecia a las mayorías y su negocio es ser claro al respecto. En la primera campaña mintieron con todo, pero en está pasaron a decir la verdad: que son fracasados, que van a sacar las indemnizaciones. Y va a conseguir un mayor volumen tal como lo hizo Bolsonaro en Brasil", analizó Juliana Di Tullio, senadora muy cercana a Cristina Fernández de Kirchner. "Esas declaraciones son propias de alguien que se siente extranjero en su propia Patria, y que odia la tierra que recibió a su familia con los brazos abiertos, lo vio nacer y le dio todo", cuestionó, a su vez, el diputado y dirigente del Movimiento Evita, Eduardo Toniolli.
Las críticas no vinieron, sin embargo, solo de parte del Frente de Todos. La diputada de izquierda, Myriam Bregman, remató: "Macri se quiere poner como víctima de la política argentina, cuando él es uno de los grandes responsables de la situación que estamos viviendo. Por haber hundido a la miseria a millones y habernos endeudando por generaciones, pero también por el sector empresario al que representa, que vivió siempre a costa de los negociados con el Estado, que se enriqueció con la dictadura y que la Justicia siempre encubrió. No puedo ubicarse como comentarista y menos como víctima".