El Nobel de la Paz reconoció este viernes a al activista bielorruso Ales Bialiatski y las organizaciones rusa Memorial y la ucraniana Centro para las Libertades Civiles. Mientras Bielorrusia criticó la decisión, organizaciones y países occidentales felicitaron a los ganadores.
El gobierno bielorruso de Alexandr Lukashenko criticó la concesión del Premio Nobel de la Paz al encarcelado activista Ales Bialiatski y afirmó que su fundador, Alfred Nobel, se hubiera revuelto en su tumba. "En los últimos años una serie de decisiones fundamentales (y estamos hablando del Premio de la Paz) del Comité Nobel han sido tan politizadas que, lo siento, Alfred Nobel se hubiera hartado de revolcarse en la tumba", tuiteó el portavoz del Ministerio de Exteriores de Bielorrusia, Anatoly Glaz.
Por su parte, el presidente del Consejo de Derechos Humanos de Rusia, Valeri Fadeev, recomendó a la otra ganadora, la organización Memorial, que rechace el galardón que ha quedado desprestigiado al distinguir a ONGs de Rusia, Ucrania y Bielorrusia. "Me gustaría aconsejar a Memorial que rechace este premio para preservar al menos una partícula de buena memoria sobre sí mismo", indicó Fadeev
Con una elección altamente simbólica a favor de la "coexistencia pacífica", el galardón fue atribuido al activista bielorruso encarcelado Ales Bialiatski, a la ONG rusa Memorial, cuya disolución ordenaron las autoridades rusas, y al Centro por las Libertades Civiles de Ucrania. "El comité Nobel noruego desea honrar a tres destacados estandartes de los derechos humanos, de la democracia y de la coexistencia pacífica en los tres países vecinos que son Bielorrusia, Rusia y Ucrania", declaró su presidenta, Berit Reiss-Andersen.
Como esperaban los expertos, el comité Nobel quiso enviar un mensaje frente a la guerra en Ucrania, que llevó a Europa a la crisis de seguridad más grave desde la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, los cinco miembros del comité Nobel evitaron criticar directamente al presidente ruso, Vladimir Putin, que inició la invasión de Ucrania el pasado 24 de febrero y este mismo viernes celebra su 70º cumpleaños.
Reiss-Andersen, no obstante, afirmó que las distinciones otorgadas en esta edición no están dirigidas contra el presidente ruso, Vladimir Putin, pero lo instó a dejar de reprimir a los militantes de derechos. "Este premio no va dirigido contra Vladimir Putin, ni por su cumpleaños ni en ningún otro sentido, excepto por el hecho de que su gobierno, como el gobierno de Bielorrusia, representan un gobierno autoritario que reprime a los activistas por los DDHH", añadió Reiss-Andersen.
Además, instó a Bielorrusia a liberar a Ales Bialiatski, presidente fundador del Centro de defensa de los Derechos Humanos Viasna, encarcelado tras las manifestaciones masivas de 2020 contra la reelección del presidente Alexander Lukashenko, considerada fraudulenta por los países occidentales.
El ganador encarcelado
Ales Bialiatski, de sesenta años de edad y director del grupo bielorruso de derechos humanos Viasna fue detenido en julio de 2021 por evasión fiscal. Un caso percibido como una venganza del presidente Alexander Lukashenko, en el poder desde 1994. Durante semanas, decenas de miles de bielorrusos tomaron las calles para protestar contra la reelección para un sexto mandato del jefe de Estado, que consideraban fraudulenta. Junto a ellos, Viasna registraba las detenciones, las acusaciones de torturas y los heridos.
No es el primer paso por prisión para Ales Bialiatski. Su precedente arresto, de 2011 a 2014, se debió también oficialmente a motivos fiscales. Su detención se produjo entonces meses después de otra elección presidencial que suscitó manifestaciones de la oposición, igualmente reprimidas.
"En sus 25 años de militantismo, Bialiatski ha sufrido represiones en serie", destacó el año pasado la ONG Human Rights Watch, cuando su nombre ya era citado como posible Nobel de la Paz. "La brutal represión de Viasna es solo una parte de la purga de la sociedad civil decidida por el presidente Lukashenko", aseguraba entonces la ONG.
Fundada en 1996, durante las masivas manifestaciones prodemocracia en Bielorrusia, entonces dirigida ya de forma autocrática por Lukashenko, Viasna arrancó aportando una ayuda a las personas encarceladas y a sus familiares. Su trabajo se extendió luego a la defensa de los derechos humanos en general.
Miembro de la Federación Internacional para los Derechos Humanos (FIDH), Viasna se convirtió rápidamente en un observador esencial de los ataques a los derechos, que se trate del recuento de detenidos, de la defensa de los presos o de la vigilancia de las elecciones.
Un Nobel para Memorial
La ONG rusa Memorial fue creada en 1987 por activistas de derechos humanos de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), que buscaban documentar las víctimas de la represión, bajo la consigna de que confrontar los crímenes pasados es esencial para prevenir los futuros.
Ilegalizada en Rusia, la organización también encabezó esfuerzos para combatir el militarismo, la promoción de los derechos humanos y de Gobiernos basados en el Estado de derecho, explica la organización. Memorial se convirtió con los años en una constelación de ONG regionales que se abocaron al trabajo de abrir los archivos del KGB, la policía secreta del Gobierno soviético y llegaron a investigar crímenes más recientes como los ocurridos en Chechenia. El premio recuerda que durante las guerras en Chechenia la organización Memorial reunió y verificó información sobre abusos y crímenes de guerra perpetrados contra la población civil por las fuerzas rusas.
La justicia rusa ordenó el cierre de Memorial el 28 de diciembre de 2021 invocando la ley de agentes extranjeros, por lo que muchos de sus miembros debieron abandonar el país. Por esta decisión del Kremlin fueron bloqueadas sus cuentas, y sus sedes, incluida la histórica del centro de Moscú, que podrían acabar en manos del Estado. "En el mismo momento en que el mundo entero nos felicita por el premio Nobel, se celebra un juicio en el tribunal Tverskoi (de Moscú) para apoderarse de los locales de Memorial", denunció la organización este viernes.
Una ONG que pide por democracia en Ucrania
El Centro para las Libertades Civiles de Ucrania (CCL por sus cifras en inglés), es una organización de derechos humanos dirigida por la abogada ucraniana Oleksandra Matviichuk que fue fundada con el objetivo de promover la defensa de la democracia y la plena vigencia de los derechos en Ucrania. Su labor, según el Comité Nobel, reforzó a la sociedad civil ucraniana y presionó a las autoridades para hacer de Ucrania una democracia completa.
Tras ser notificada del premio, Matviichuk escribió en sus redes sociales: "Los ejércitos hablan ahora, porque antes las voces de los defensores de derechos humanos no fueron escuchadas en nuestra región" escribió la ganadora en sus redes sociales después de ser notificada del premio. Además, le pidió a la ONU reformar la paz y la seguridad internacionales para crear garantías para todos los países y sus ciudadanos.
La invasión rusa empujó al CCL a centrarse en identificar y documentar los crímenes de guerra contra la población ucraniana y a jugar un rol pionero en responsabilizar a las partes de sus crímenes. El CCL se estableció en la capital de Ucrania, Kiev, el 30 de mayo de 2007 y en la actualidad realiza un esfuerzo extraordinario para documentar el abuso de poder y demostrar la importancia de la sociedad civil para la paz y la democracia, según el informe del comité Nobel.
La organización es uno de los principales actores en Ucrania, que influye en la formación de la opinión pública y las políticas públicas, apoya el desarrollo del activismo cívico y participa activamente en redes internacionales y acciones de solidaridad para promover los derechos humanos en la región de la OSCE, señala el CCL en su página web.
La ganadora del Nobel por la CCL pidió la creación de un tribunal internacional para juzgar al presidente ruso Vladimir Putin. "Es necesario crear un tribunal internacional y llevar ante la justicia a Putin, (al presidente bielorruso, Alexandr) Lukashenko y a otros criminales de guerra", declaró Matviichuk en Facebook.
El apoyo de occidente
El secretario general de la ONU, António Guterres, felicitó este viernes a los activistas de Bielorrusia, Rusia y Ucrania distinguidos con el Nobel de la Paz y aplaudió que este galardón reconozca la labor de los movimientos civiles. "Los grupos de la sociedad civil son el oxígeno de la democracia y catalizadores para la paz, el progreso social y el crecimiento económico. Ayudan a que los Gobiernos rindan cuentas y llevan las voces de los vulnerables a las estancias del poder", destacó Guterres en un comunicado.
La Unión Europea (UE) celebró que los defensores de los derechos humanos en Ucrania, Rusia y Bielorrusia hayan sido galardonados con el Premio Nobel de la Paz por su “oposición a la autocracia”. “El Comité del Premio Nobel ha reconocido la extraordinaria valentía de las mujeres y los hombres que se oponen a la autocracia”, afirmó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a través de la red social Twitter. Mientras que el presidente francés, Emmanuel Macron, expresó su apoyo a los ganadores y los calificó como artesanos de la paz.
Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, felicitó a los defensores de derechos humanos ucranianos, rusos y bielorruso galardonados con el Premio Nobel de la Paz, y valoró su derecho a decir la verdad al poder.