Así como sucedió el año pasado con Charly García y León Gieco, David Lebón celebró este jueves su cumpleaños 70 en el Centro Cultural Kirchner. Esta vez el formato del festejo, titulado “Lebón cumple” y que hizo justicia a uno de los mejores cancioneros de la historia del rock argentino, se pareció más al del autor de “Sólo le pido a Dios” que al de su excompañero en Seru Giran. Poco después de las 20, el músico, que en realidad había cumplido años el día anterior, entró por una de las puertas de la parte inferior del Auditorio Nacional acompañado por Ricardo Mollo. Entonces, luego de ovacionarlo, el público le cantó el feliz cumpleaños. Lebón se sentó en una de las butacas ubicadas frente al escenario, rodeado por su familia y amigos, para disfrutar de un recorrido por su obra, de la misma forma que lo hizo el resto de una sala colmada no sólo de gente, sino también de amor y emociones.

“Laura va”, de Luis Alberto Spinetta, otrora compañero de banda en Pescado Rabioso, inauguró las dos horas de homenaje. Si bien inicialmente se había pensado en Jairo para interpretar el tema, los problemas de salud que padeció esta semana lamentablemente no le permitieron ser parte del festejo. Por eso, Dhani Ferrón, integrante del grupo de David Lebón, prestó su voz, y lo hizo de forma impécable, apoyado por otro miembro de su grupo, el tecladista Leandro Bulacio, y un conjunto de cuerdas digirido por Guillermo Cardozo Ocampo. “Estamos acá para celebrar los 70 años del King David”, presentó Ferrón, devenido esa noche en el maestro de ceremonias de la gala, a la que inmediatamente se sumaron los demás músicos de Lebón: Daniel Colombres (batería), Tavo Lozano (guitarra) y Robert Seit (bajo). Juntos hicieron “El mendigo del andén”.

Ya en “Fecuencia modulada”, la ansiedad pudo más y el cumpleañero se levantó de su silla para colgarse la guitarra. Una vez que terminó, se tomó su tiempo para hablarle al público. “Qué lindo. Un año más en la vida. Un día más en la vida”, dijo. “Esperé esto un montón de tiempo. No daba más”. Ahí volvieron a salir al frente con uno de los temas del disco Siempre estaré (1983): el poderoso Bonzo. Eso dio pie para que luego apareciera en escena la primera cantante invitada de la celebración: Hilda Lizarazu. Luego de que el aforo la recibiera con otra ovación, la artista, tras abrazarlo y desarle feliz cumpleaños, confesó que se encontraba nerviosa porque nunca había cantado ese tema. Se trataba de “El tiempo es veloz”, en la que “el Ruso” y su expareja se encagaron de bajar la intensidad con la que arrancó el show para coronar una versión fabulosa del tema.

Lebón volvió a su asiento y Dhani Ferrón tomó nuevamente el puesto de frontman. Aunque en este caso lo hizo para presentar a otro “amigo” invitado a la celebración: Emmanuel Horvilleur. Al Kuryaki le encomendaron una de las canciones que el agasajado legó en su paso por Pescado Rabioso: “Hola dulce viento” (es parte del disco Pecado 2). Es el primer tema compuesto por David y dice la leyenda urbana que al momento de esbozarlo prestó atención a la forma que tenía el Flaco para hacer sus temas. Así que resultó lógico que el "Ruso" no aguantara las ganas de subir al escenario para tocarla con su guitarra, estableciendo una mirada cómplice con Emmanuel, quien ya cantó este tema en el primer volumen de Lebón & Co. Luego llegaron  Juanchi Bailerón en “Tiempo sin sueños”, Palmo en “Suéltate rock and roll”, y Javier Malosetti y Leo Sujatovich en “Noche de perros”.

El tema de Serú Giran (del álbum La grasa de las capitales) ya lo habían tocado Malosetti, Sujatovich y Lebón el año pasado en el programa televisivo de Lito Vitale en la TV Pública. Si esa tríada le volvió a prender la mecha a la volatilidad de la circunstancia, la performace de Eruca Sativa fue uno de los momentos memorables del homenaje. La banda de David había salido de escena, en tanto él se quedó y espero al grupo originario de Córdoba. En ese formato llevaron adelante una fabulosa interpretación de “Despiértate nena”, en la que Lula Bertoldi se vistió de heroina. El dato de esta reunión es que el baterista del trío, Gabriel Pedernera, fue el productor de los dos volúmenes de Lebón & Co. Si la noche había llegado en ese instante a un nivel de no retorno, lo que estaba por acontecer inmediatemente le colgó la chapa de inolvidable al evento.

Pese a que “Despiértate nena” es habitué en los shows de Divididos, Ricardo Mollo tomó la guitarra para hacer con Lebón una de las canciones del disco Serú ‘92: “Mundo agradable”. Sin embargo, al igual que sucedió con Horvilleur, el frontman de la “Aplanadora del rock” cantó este tema en la parte uno de Lebón & Co. Si a Mollo lo introdujo como “mi hermanito”, el “King” David presentó seguidamente a Pedro Aznar como “un amigazo”. Y este (re) encuentro cumbre mereció otra ovación del Auditorio Nacional, esta vez de pie. El tándem evocó algo más de Serú ‘92, “Nos veremos otra vez”, lo que allanó el terreno para que el cumpleañero cerrara su festejo con broche de oro. O más bien con algo mejor: “Seminare”, respaldado por el grupo de cuerdas dirigido por Cardozo Ocampo. Eso sí, antes Lebón había avisado: “Se terminó. Me tengo que ir a dormir. Es lo que hacemos los que tenemos 70 años”.