Las alertas de deforestación en la Amazonia de Brasil alcanzaron en septiembre un nuevo récord con 1.455 kilómetros cuadrados de área devastada, según informaron este viernes fuentes oficiales. Al mismo tiempo, científicos hallaron el árbol más alto de la selva, que mide 88,5 metros de alto y 9,9 metros de diámetro.
El Observatorio del Clima, que reúne a varias organizaciones no gubernamentales ecologistas, afirmó que la devastación de septiembre "representa la emisión de 70 millones de toneladas" de gases carbónicos.
Los 1.455 kilómetros cuadrados de área devastada representa el dato más alto registrado desde 2015, cuando el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE), vinculado al Gobierno de Brasil, comenzó a contabilizar la pérdida de cobertura vegetal amazónica a partir de imágenes por satélite.
El anterior récord fue en 2019, con 1.454 kilómetros cuadrados, ya con el presidente Jair Bolsonaro en el poder.
A su vez, las alertas de deforestación de septiembre pasado representan un aumento del 47,7 % con respecto al mismo mes de 2021, cuando alcanzaron los 985 kilómetros cuadrados de selva destruida.
El árbol más alto de la Amazonia
Luego de tres años de planificación, cinco expediciones y una caminata de dos semanas a través de la jungla, un equipo de científicos alcanzó el árbol más alto jamás encontrado en la selva amazónica, un ejemplar del tamaño de un edificio de 25 pisos.
El árbol gigante, cuya copa sobresale por encima del dosel en la Reserva Natural del Río Iratapuru, en el norte de Brasil, es un angelim vermelho (dinizia excelsa) que mide 88,5 metros de altura y 9,9 metros de diámetro.
Los investigadores lo vieron por primera vez en imágenes de satélite en 2019, como parte de un proyecto de mapeo en 3D. Un equipo de académicos, ambientalistas y guías locales montaron una expedición para intentar llegar a él ese mismo año.
Después de una caminata de 10 días a través de terrenos difíciles, exhaustos, con pocos suministros y con un miembro del equipo que se enfermó, tuvieron que regresar.
Tres expediciones más a la remota región del Valle de Jari de la reserva, ubicada en la frontera entre los estados de Amapá y Pará, llegaron a varios otros árboles gigantes, pero el enorme angelim vermelho permaneció escurridizo hasta la expedición del 12 al 25 de septiembre.
En el transcurso del acampe bajo el enorme árbol, el grupo recolectó hojas, tierra y otras muestras, que ahora serán analizadas para estudiar cuestiones como la edad del árbol (al menos entre 400 y 600 años) y saber por qué la región tiene tantos árboles gigantes y cuánto carbono almacenan.
Cerca de la mitad del peso de los árboles gigantes es carbono absorbido de la atmósfera, algo fundamental para ayudar a frenar el cambio climático.