La Iglesia Católica brasileña repudió este sábado el uso político del presidente Jair Bolsonaro en la procesión del Cirio de Nazareth, la mayor celebración del culto católico en América Latina, al participar de la peregrinación que reunirá este fin de semana a 2,5 millones de personas en Belém, capital del estado amazónico de Pará.
"No permitimos cualquier utilización de carácter político o partidario de las actividades del Cirio", dijo en un comunicado el Obispado de Belém, organizador de la festividad, que incluye 13 procesiones fluviales y terrestres en la ciudad amazónica.
Bolsonaro se embarcó en una lancha de la Marina brasileña para participar al lado de otras embarcaciones llevando flores por los ríos amazónicos que bañan Belém. La Iglesia Católica aclaró que "no hubo ninguna invitación a autoridades" para evitar el uso político de la festividad.
El presidente llegó a Pará este viernes por la noche para hacer campaña en un estado en el cual el expresidente Lula obtuvo más votos en la primera vuelta del domingo pasado.
La religión está siendo eje de la campaña de Bolsonaro, que según las encuestas es el preferido entre los evangelistas, mientras que entre los católicos el favorito es Lula.
Precisamente, Luiz Inácio "Lula" da Silva, que se enfrentará el 30 de este mes en el balotaje con Bolsonaro, había sido invitado por el gobernador de Pará, Helder Barbalho, pero desistió de ir para "no mezclar religión con política".
"Ningún político puede apropiarse del Cirio, que es propiedad de los paraenses y de los creyentes del mundo", dijo el gobernador Barbalho, del Movimiento de la Democracia Brasileña (MDB), reelecto el domingo pasado y aliado de Lula.
Desde la Presidencia brasileña aclaró que la visita de Bolsonaro no forma parte de su campaña, sino que asistió por su condición de mandatario.
Los bolsonaristas lanzaron esta semana acusaciones de "satanismo" vinculadas a Lula, que debió oficialmente desmentir ese tipo de prácticas y ratificar que es "cristiano".