“La lluvia borra la maldad y lava todas las heridas de tu alma”, canta Lisandro Aristimuño en el teatro Ópera Orbis. Afuera caen algunas gotas y la primavera está fría. Pero las palabras de Luis Alberto Spinetta alumbran y abrigan este presente: “De ti saldrá la luz/ tan solo así serás feliz/ Y deberás luchar/ si quieres descubrir la fe”, sigue la letra de “Quedándote o yéndote”, en la voz de Aristimuño y el piano de Lito Vitale. La canción cobra un nuevo sentido en la décimo sexta edición del recital 8 de Octubre por el Día Nacional del Estudiante Solidario, organizado por la asociación Conduciendo a Conciencia. Si de lavar las heridas y luchar se trata, la ONG viene realizando desde 2007 de manera sostenida una campaña de concientización para mejorar la seguridad vial de nuestro país y fortalecer el espíritu solidario.
Y desde el inicio, contaron con dos fieles aliados: Spinetta y León Gieco, quienes compusieron incluso la canción “8 de octubre”, en homenaje a los nueve alumnos y a la profesora del Colegio Ecos de Buenos Aires que murieron en una tragedia vial en 2006 en Santa Fe cuando regresaban de un viaje solidario. Desde entonces el 8 de octubre se celebra el Día del Estudiante Solidario con un concierto colectivo. La apertura de la velada sucedió con la aparición espontánea y fuera de programa de Gieco en el escenario. El cantautor santafesino se hizo presente con un carrito con libros -que regaló al público- y su guitarra en la mano. Hizo chistes, dijo que los músicos estaban demorados y que él estaba ahí para hacer un poco de tiempo, como si fuera un artista desconocido. Desde abajo, empezaron a llegar los “te amo” y las muestras de afecto.
Gieco se disculpó por tener un poco de afonía y se mandó a improvisar algunas canciones como en el patio de su casa. “Es un concierto muy especial. Porque el que quiere recaudar no hace esto. Hace un show largo de cada uno de los artistas. Pero acá estamos por una causa. Spinetta diría: ‘Si, mono, es una playlist de la solidaridad’”, introdujo Gieco antes de “Mensajes del alma”. Después, intercaló la armónica y la guitarra para cantar “Como un tren” y tocó una versión rápida en clave rock and roll de "El fantasma de Canterville". Como si fuera poco, contó una primicia: el 11 de noviembre saldrá su disco nuevo, que tendrá a Lila Downs y a Silvio Rodríguez entre los invitados. Y regaló una canción nueva de ese álbum: “Días peligrosos”.
"Todo el dinero que pagan ustedes se convierte en alimentos y útiles para escuelas necesitadas", explicó Gieco antes de irse de la escena y darle lugar al concierto formal. Es que lo recaudado se destinará a escuelas rurales, hospitales y establecimientos de Quitilipi, Tres Isletas, Miraflores, General San Martín y Castelli (Paraje Cangaye) en Chaco; Bananal, en Salta; Real de Toros, Palma Sola y Paraje El Bananal en Jujuy, entre otras localidades. "Como cada año compartimos un grato momento y una oportunidad para reflexionar sobre el cuidado de la vida. Son 16 años sin justicia. Pero celebramos este reencuentro presencial y los abrazos", presentó Carla Ruiz, integrante de la asociación Conduciendo a Conciencia, que apunta a reducir las muertes evitables.
El programa oficial comenzó con la presentación de Raúl Porchetto. Solo en el escenario, el músico interpretó en el piano su clásica canción “Sentado en el umbral de Dios”. Luego la velada transcurrió bajo el comando de Lito Vitale –encargado de la dirección musical- y una banda versátil y explosiva con vientos, bajo, guitarras y batería. La dinámica era simple y horizontal: una canción por artista. De este modo, el músico chaqueño Maxi Pachecoy le puso voz a “Merceditas”, la joven Maggie Cullen revitalizó “Canto versos”, de Jorge Fandermole; y Andrés Giménez entregó una enérgica versión de “Zamba del pañuelo”, del Cuchi Leguizamón.
Entre canción y canción, en la pantalla gigante se sucedían distintos mensajes orientados a la prevención en materia de seguridad vial: “Mientras estás conduciendo toda tu atención tiene que estar puesta en la calle o en la ruta". “Las luces delanteras y traseras del vehículo deben funcionar siempre”. “El casco salva vidas”. “Si tomaste no manejes”. “Bajemos la velocidad, cuidemos la vida". “No uses el celular al conducir”. “Construyamos un tránsito más amable y solidario”.
La línea del concierto dio un giro con la actuación de Miss Bolivia, que se corrió del folklore y aportó su impronta rapera en “Menos mierda”. "A la mierda la transformo en poema, por eso estamos aquí", dijó. A Leo García le tocó una canción con un estribillo definitivamente popular: “Canción con todos”, de Armando Tejada Gómez y César Isella. El “canta conmigo, canta, hermano americano” funcionó perfecto para encender al público y convocar a “todas las voces, todas”. Después de la calidez de Ligia Piro (“Barro tal vez”) y la soltura lúdica de Emmanuel Horvilleur (“Abismo”), llegó el turno de Juan Carlos Baglietto, quien emocionó con su potente versión con guitarra eléctrica de “Piedra y camino”, de Atahualpa Yupanqui. "Nuestro mejor referente del folklore criollo”, dijo Baglietto.
La energía rockera continuó con la presentación de Eruca Sativa. Al power trío cordobés le tocó “Como el viento voy a ver”, de Pescado Rabioso. "Gracias a esos pibes por su empatía y gracias a esos padres y madres por todo lo que hacen", dijo la cantante Lula Bertoldi. Más tarde, Silvana Sosto se ocupó de “Será que la canción llegó hasta el sol”, Benito Cerati de “Buenos días amor”, Silvina Moreno de “Cuidame” y Javier Malosetti sorprendió con una de Eduardo Mateo y Jorge Trasante, “Y hoy te vi”.
Después de una hora y media de show, Gieco volvería a escena pero esta vez no estaría solo. Primero hizo un duelo de armónicas con Sandra Vázquez en “Pensar en nada” y luego hizo poner de pie a todo el teatro con “La cultura es la sonrisa”. En “8 de octubre”, todos los artistas se repartieron un verso de la canción. "Sabernos juntos nos hace más fuertes", se leía en una bandera que desplegaron los familiares de los chicos y chicas fallecidas en la tragedia. "Vamos a hacer un rezo muy bajito y susurrado, una canción que nos dejó Luis Alberto Spinetta", propuso Vitale. Entonces, sonó “Durazno sangrando”. Todos juntos, sin micrófonos. Y la sanación del reencuentro.