Según reza la sinopsis de La Pathétique, "todo es relato". ¿Qué herramienta más adecuada que el teatro para instalar una verdad emotiva, si parte de su génesis y su objetivo “entretener” ha sido a lo largo de los años una de las tareas fundamentales del mundo del espectáculo?, se pregunta.
La Pathétique se cuestiona todo lo que hasta este momento se ha aceptado como verdadero. Desde esta óptica, espectáculo y política se acercan peligrosamente al mismo e interesado objetivo: engañar a un público ávido con fines interesados.
EL espectáculo está creado por la triada del músico Diego Vila y el director, escenógrafo y vestuarista Fabián Luca junto a la actriz Alejandra Radano. Precisamente estos dos últimos, hablaron sobre el espectáculo crítico en La Siesta con Paredero.
En principio, Alejandra Radano recordó que con sus coequipers se conocen desde hace 30 años, "desde el primer Drácula", dijo entre risas refiriéndose a la obra histórica de Pepito Cibrián Campoy en la que ella era "Ninette" y luego pasó a interpetar a "Lucy", mientras que Luca era vestuarista.
"Ahí empezamos a charlar y nos dimos cuenta de que había un montón de coincidencias, de gustos y empezamos a hablar de obras. Y bueno, una cosa fue dando la otra y surge el primer espectáculo que fue Tango Review", contó la actriz.
Asimismo, reflexionando acerca de los espectáculos que se sucedieron luego de esa ópera prima, Radano sostuvo que "todo estuvo en Tango Review, porque uno siempre de alguna manera hace lo mismo, dice lo mismo, pero iluminando desde un lugar distinto".
En este marco, Fabián Luca señaló la importancia de los vínculos más allá de lo laboral: "Para conformar una compañía los intereses comunes tienen que ver no solo con lo estrictamente musical y lo que hacemos arriba del escenario. Entonces, también festejamos cumpleaños y vivimos cosas familiares", dijo.
Al respecto de La Pathétique, expresó que "hay muchos años de trabajo, de maduración del espectáculo. No creemos que el artista tenga que estar cómodo, y me parece que este espectáculo a nosotros nos sitúa en un lugar ciertamente incómodo, porque estamos haciendo un material que es un poco áspero", remarcó.
"También nos colocó en un lugar de obligarnos a ver cómo hacíamos con ese material y qué hacíamos para que ese material fuera digerible por el público, lo que nos llevó a lugares que no son los comunes en nuestros espectáculos", agregó el director.
Por último, destacaron como "el espectáculo habla como del punto de vista y de la manipulación y de la utilización que uno puede hacer de los recursos expresivos".
"No confíes en una melodía después de los 30 años es una canción que fue haciéndose lugar central y, a partir de ella, desde esa desconfianza, nosotros organizamos todo el espectáculo a través de diferentes desconfianzas: en el hombre, en la palabra, en el lenguaje", explicaron.