Una familia tipo de cuatro integrantes. La casa idílica y el sueño suburbano que se vuelve pesadilla. La sensación de estar siendo observados por un desconocido. Un vecindario con doble cara y una vivienda con tantas habitaciones como secretos. Esas son las claves de The Watcher (estreno el próximo jueves por Netflix), la producción que lleva la firma de Ryan Murphy e Ian Brennan. Al igual que en Dahmer, la dupla le de realizadores le dan una vuelta al horror cotidiano inspirándose en un hecho real. Ambas historias, por otro lado, funcionan como un anexo de American Horror Story y American Crime Story, dos de las obras más reconocidas de Murphy. Naomi Watts y Bobby Cannavale encabezan el elenco de esta miniserie de siete episodios.
Tras mudarse a su residencia en un pequeño poblado de Nueva Jersey, la familia Brannock comienza a recibir cartas con mensajes inquietantes por parte del hombre del título. El acosador no sólo conoce detalles de su intimidad, exige “sangre fresca” como ofrenda para su antigua morada. ¿Cuartos escondidos? ¿Un culto operando a sus espaldas? ¿O producto de la paranoia social? La presencia de Mia Farrow como Pearl -una de las bizarras habitantes de Westfield- genera un efecto extraño pero indiscutible. The Watcher es una familiar lejana de El bebé de Rosemary (Roman Polanski; 1968). Aunque aquí no haya embarazos satánicos, sino el más mundano y escalofriante terror inmobiliario.