Desde Lima
El Congreso, presidido por un general retirado juzgado por el asesinato de 69 campesinos y absuelto en un controvertido fallo judicial, pretende censurar al canciller César Landa entre otras razones por el apoyo del gobierno peruano al reclamo argentino de soberanía sobre las islas Malvinas expresado por el presidente Pedro Castillo en su reciente mensaje ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. Un respaldo que es una ratificación de la postura histórica del Perú.
La insólita moción para interpelar al canciller, que puede terminar en una censura que lo obligue a dejar el cargo, ha sido presentada por el partido ultraderechista Renovación Popular, con apoyo de otros legisladores de la derecha. En paralelo, como parte de su arremetida contra Castillo, la mayoría parlamentaria le ha negado al presidente el permiso para viajar a reunirse con el papa Francisco, la Unión Europea y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Apoyo al reclamo argentino
"Perú reconoce plenamente los derechos de soberanía de la República Argentina en las islas Malvinas y demandamos a las partes el inicio de consultas y negociaciones para concretar este objetivo imperativo", señaló Castillo en su discurso ante la ONU. Insólitamente, voceros de la derecha reaccionaron criticando esta afirmación que ratifica la política de gobiernos anteriores y calificando el respaldo en foros internacionales a la soberanía argentina en las Malvinas como “innecesario” e “inconveniente”, quejándose de que eso afecta las relaciones con el Reino Unido.
En la Guerra de Malvinas el gobierno del ya fallecido expresidente Fernando Belaunde, un político de centro derecha, apoyó con aviones militares y armamento a la Argentina, y desde entonces todos los gobiernos y todos los sectores políticos y de opinión del país, desde la derecha hasta la izquierda, han coincidido sin fisuras en su respaldo incondicional a la Argentina en sus reclamos de soberanía en las Malvinas. Una sólida postura histórica, que coincide con el sentimiento nacional, pero que la oposición de derecha, que en su afán de atacar a Castillo parece dispuesta a cualquier cosa, ahora cuestiona. El gobierno peruano ha respondido a las críticas de la derecha reiterando con firmeza el apoyo a la Argentina en el tema de las Malvinas y ha asegurado que eso no cambiará.
La oposición parlamentaria también critica a Castillo por haber calificado en la ONU como “ilegítima” la invasión de Rusia a Ucrania, haber rechazado la ocupación de territorios palestinos por parte de Israel y anunciado la apertura de una delegación diplomática en Palestina, y por respaldar los reclamos de autodeterminación de la República Árabe Saharaui Democrática. En ese mensaje en la ONU, por el cual se quiere censurar al canciller, Castillo también se expresó en contra de los golpes de Estado, vengan de los cuarteles o de otros poderes como el Congreso, lo que la derecha que maniobra para destituirlo desde el Congreso ha tomado, en involuntario reconocimiento de afanes golpistas, como una alusión directa a ellos, lo que dicen no estar dispuestos a aceptar.
“Es francamente absurdo desconocer, como hace un sector del Congreso, la posición histórica del Perú de apoyo a la Argentina en el tema de las Malvinas, que es la que han tenido todos los gobiernos. El apoyo a la Argentina en este tema no afecta las relaciones con el Reino Unido como ahora se dice. En los casos de Palestina y la República Saharaui lo que se está cuestionando en el Congreso es que la política exterior peruana defienda causas justas. Me parece increíble que se quiera exigir al gobierno que no critique a Rusia por algo que va contra el derecho internacional como la invasión a Ucrania. La política exterior peruana tiene que ser autónoma. En el Congreso hay un profundo desconocimiento de lo que es la política internacional. Esta interpelación al canciller se explica como parte de una dinámica para cercar y querer aplastar al presidente Castillo”, le señaló a PáginaI12 el internacionalista y profesor universitario Ramiro Escobar.
En un doble ataque simultáneo al gobierno y a su política exterior, el último jueves, el mismo día que se presentaba la moción para interpelar al canciller, el Congreso le negó al presidente el permiso para un viaje de Estado que debía realizar entre el 12 y 18 de este mes. La oposición más radical, con el fujimorismo en un rol clave, logró impedir el viaje de Castillo por un voto. Fueron 55 votos contra 54 y seis abstenciones con los que se aprobó la negativa del permiso para el viaje presidencial.
En este viaje bloqueado por el Congreso, Castillo se iba a reunir en El Vaticano con el papa Francisco, en Roma hablaría como uno de los oradores principales en el Foro Mundial de Alimentación organizado por la FAO y en Bruselas se iba a reunir con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y otros altos funcionarios de la Unión Europea.
Castillo ha expresado su “preocupación” por la decisión del Congreso de impedirle viajar, la que ha calificado de “no coherente”. Ha señalado que se trata de un importante viaje de Estado en el cual se esperaba captar recursos para el país. Este domingo el presidente anunció que volverá a pedir permiso al Congreso para que se autorice su viaje.
Esta es la segunda vez que el Congreso le niega a Castillo la autorización para viajar. En agosto pasado le impidió asistir a la toma de mando del presidente de Colombia Gustavo Petro. Después de esa decisión que fue muy criticada el Congreso autorizó al presidente viajar a Estados Unidos para la Asamblea de la ONU, pero ahora la derecha vuelve a repetir la insólita decisión de impedir un viaje oficial del jefe de Estado. Castillo es el primer presidente en la historia del país al cual el Congreso le niega el permiso para viajar.
“Castillo tiene una actitud errática en su gobierno y tiene investigaciones por corrupción que deben continuar, pero es el presidente y representa al Perú, y cuando se le impide un viaje tan importante se daña no solo al presidente, sino la imagen del país. Se está poniendo el propósito de aplastar a Castillo por encima de las líneas importantes de la política exterior. Una visita de Estado tan importante no puede ser maltratada como han hecho los congresistas por una cuestión de oponerse cada vez más duramente al presidente”, dice Escobar.
Con decisiones como prohibirle viajar al presidente e interpelar sin justificación al canciller yendo en contra de la histórica política exterior del país, además de desacatar en los últimos días un fallo judicial que le impedía al Legislativo continuar con el proceso para elegir al Defensor del Pueblo por las irregularidades existentes y el estar presidido por un militar retirado acusado de violaciones a los derechos humanos y que ha nombrado como jefe de seguridad del Parlamento a otro militar en retiro que está siendo juzgado por el asesinato de 123 campesinos, el Congreso, que tiene un rechazo ciudadano que supera el 80 por ciento, refuerza su imagen autoritaria y golpista.