Cada verano, los flamencos más raros del mundo se congregan en salares y lagunas de los Andes de Argentina, Bolivia y Chile para alimentarse y nidificar. El paisaje, compuesto de enormes salares rodeadas de altos picos nevados, parece ser de otro mundo. Aquí, el flamenco andino, de color rosa brillante, confiere una presencia surrealista.
Pero incluso a más de 4000 metros sobre el nivel del mar, estas aves, cuya población total no supera 80.000, enfrentan amenazas producto del cambio climático y un mundo industrializado. Un estudio reciente realizado en Chile ha revelado que las poblaciones de estas aves son afectadas por las actividades asociadas a la extracción de litio, lo cual puede modificar drásticamente el frágil ecosistema del salar.
Para entender mejor estas aves maravillosas y cómo protegerlas, científicos de Argentina y EEUU están documentando los movimientos de estas aves.
"Los flamencos son nómadas. Nadie sabe dónde un determinado flamenco andino pasa distintas partes del año", explica el doctor Alex Jahn, uno de los investigadores. "Los flamencos andinos pasan el breve verano andino nidificando en las lagunas de la Puna, y luego la mayoría desaparece hasta el próximo verano. Pueden ir al este un año y al oeste el próximo año, desplazándose cientos de kilómetros entre lagunas. Necesitan agua poco profunda para encontrar su comida microbiana, su principal fuente de alimento. Lo que tratamos de hacer es comprender mejor sus rutas migratorias, dónde pasan el invierno y sus necesidades ecológicas".
Para marcar las aves, Jahn está colaborando con el doctor Enrique Derlindati, profesor de la Universidad Nacional de Salta, y con Joaquín Cereghetti, quien tiene experiencia con la captura de aves. El pasado mes de febrero, ellos pasaron varios días en las orillas de la Laguna de Vilama, un gran lago en el noroeste de Argentina que requiere dos días de viaje desde Salta, lo mismo hicieron en febrero de 2020 en el Salar del Lullaillaco.
Capturan a los flamencos mediante unas trampas especiales puestas debajo del agua. Antes de devolverlos a la naturaleza, la pesan y le colocan una mochila con un diapositivo GPS. Este manda una señal a diferentes satélites durante cuatro años, tiempo suficiente para estudiar dónde van las aves y la frecuencia con la que se mueven entre diferentes lugares. Cuando estos datos se complementan con datos ambientales, como la temperatura, la altitud y el clima, se obtiene un conocimiento detallado de las necesidades ecológicas de estas aves amenazadas.
Los datos son especialmente importantes para asegurar la conservación de las poblaciones de estas aves. Debido a la falta de información sobre el tamaño de su población y de las amenazas que enfrentan, los flamencos andinos no están actualmente reconocidos como en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
"Actualmente, no hay ningún acuerdo internacional para proteger a los flamencos andinos", afirma Derlindati. "Aunque hay varias reservas protegidas en la región, los primeros datos indican que los flamencos pasan la mayor parte del año en lugares que no están protegidos. Las leyes internacionales de conservación son especialmente importantes, porque los flamencos cruzan regularmente las fronteras de Chile, Argentina y Bolivia."
Los impactos del cambio climático en los flamencos andinos son otro factor que los investigadores están estudiando. Cuando Jahn y sus colaboradores realizaron el último viaje a Argentina, la Laguna de Vilama estaba con niveles de agua inusualmente profundos, debido a las fuertes lluvias. Como consecuencia, la profundidad del agua dificultaba la búsqueda de comida por parte de los flamencos. En cambio, otras lagunas de la región han disminuido su tamaño en los últimos años o se han secado por completo. Como resultado, es posible que actualmente haya menos lugares donde estas aves puedan comer y nidificar.
Irónicamente, gran parte del crecimiento de la minería de litio en la región está impulsada por el aumento en la demanda de una tecnología considerada como una solución al cambio climático: las baterías de litio, que son usadas en varias tecnologías, como teléfonos móviles y autos eléctricos. La mayor cantidad de litio del planeta se encuentra en el llamado "Triángulo del Litio", que abarca gran parte de la distribución del flamenco andino.
En un viaje anterior, en 2020, Jahn marcó dos flamencos andinos en uno de sus pocos lugares de cría conocidos en Argentina. Para acceder a la ubicación de los flamencos, tuvo que obtener el permiso de la empresa minera de litio que tenía la concesión del lugar.
"Se trata de lugares muy remotos en los que aparecen equipos pesados y mucha gente para llevar a cabo una explotación minera a gran escala, prácticamente de la noche a la mañana", explica Jahn. "Necesitamos baterías recargables para hacer frente al cambio climático, pero también necesitamos tener cuidado en la forma en que hacemos esta transición de petróleo a otras fuentes de energía.”
*Este artículo fue originalmente publicado por el Environmental Resilience Institute-Indiana University.
Traducción Alex Jahn y Enrique Derlindati.