El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció este lunes que en caso de ser electo en ballotage retomará la construcción de viviendas populares y la industria de petróleo y gas con eje en el desarrollo de la estatal Petrobras para reactivar a la economía de Río de Janeiro. Rumbo al 30 de octubre, Lula busca sumar votos en este estado clave en el que en primera vuelta venció la extrema derecha vinculada al evangelismo y el discurso de la mano dura.
En diálogo con Radio Tupí de Río de Janeiro, Lula anunció una visita de dos días al tercer estado más importante en caudal de votos del país, que se convirtió en un bastión para su rival en la segunda vuelta, el presidente Jair Bolsonaro. "Vamos a volver a hacer de Río de Janeiro uno de los motores de la economía de Brasil como hice en mi anterior gobierno", afirmó el líder del Partido de los Trabajadores (PT).
Lula estará esta semana en el municipio de Belford Roxo, en la populosa Baixada Fluminense, sector suburbano que es considerado clave para recortar distancias con Bolsonaro en ese estado. Lula visitará también las favelas del Complexo do Alemão, en la zona norte, y la de Rocinha, considerada la mayor del país, en el barrio de Gávea, en el sur de la ciudad.
Es por eso que Lula logró un apoyo importante en la Baixada Fluminense, el de Waguinho, el intendente de Belford Roxo, cuya esposa fue la diputada más votada del estado de Río de Janeiro en las elecciones legislativas del dos de octubre, que coincidieron con la primera vuelta presidencial. Ambos son activistas evangélicos y del derechista Unión Brasil y decidieron apoyar a Lula en una de las decisiones más sorpresivas de cara a la segunda vuelta.
La Baixada Fluminense tiene una decena de municipios vecinos a Río que son los que más han sufrido el desempleo y la violencia en los últimos años, sobre todo con el fin de la industria petroquímica atribuida a la decisión de la Operación Lava Jato de impedir la continuación de las obras en las que hubo sobreprecios o corrupción. "Vamos a retomar la industria naval y la construcción de sondas y plataformas con contenido nacional para el desarrollo de Petrobras", afirmó Lula, quien también fustigó el cese de la política de construcción de viviendas desde que fue derrocada la presidenta Dilma Rousseff en 2016.
Según Lula, "será importante para la generación de empleo y aumento de la calidad de vida la construcción de casas y el subsidio del Estado para que los más pobres tengan vivienda". El exlíder sindical subrayó que "nuestro programa de cuatro millones de casas fue el más importante de la historia de Brasil", al tiempo que prometió que su gestión, en caso de vencer a Bolsonaro, "sacará a Río de Janeiro de las páginas policiales y lo colocará en economía como un polo de atracción de inversiones".