Hoy tendrá lugar la primera proyección del documental "Zapla y los hijos del óxido", del director Hernán Paganini, que cuenta el proceso de explotación del yacimiento de hierro encontrado en la provincia de Jujuy en 1939 y que se convirtió en el primer centro siderúrgico de Argentina. El proyecto se denominó Altos Hornos Zapla, y su puesta en marcha significó un impacto social y económico para la localidad de Palpalá y el país.
No obstante, en 1989, el entonces presidente Carlos Menem logró la aprobación legislativa del programa de privatizaciones, dentro del cual se incluyó la de la siderúrgica Altos Hornos Zapla. "Luego del esplendor, el metal transmutó en herrumbre y de sus ruinas nacieron los hijos del óxido", expresó Paganini.
Esp cuenta el documental. El director conoce la experiencia de primera mano, dado que su propio padre trabajó en el proyecto minero. "Al poco tiempo de que nací comenzó el proceso de privatización de la fábrica", contó el joven, nacido en 1988, en Palpalá, pueblo que dista 13 kilómetros de San Salvador de Jujuy. Durante sus primeros años de vida, Paganini tuvo que ver como su padre se convirtió en uno de los miles de despedidos que tuvo el proyecto.
De acuerdo a las reseñas históricas, de 1991 a 1999 se redujo el personal de 8.000 obreros a 2.560, ya que la siderúrgica estaba entre las empresa públicas cuya privatización era impulsada por el gobierno nacional. En ese marco, bajo la figura de "retiros voluntarios", miles de personas tuvieron que dejar sus puestos de trabajo.
Mientras se producían las cesantías, el 31 de enero de 1992, y tras serias denuncias de corrupción e ilegitimidad de ofertas, se conoció al único oferente: un consorcio formado por capitales argentinos, franceses y estadounidenses cuyo nombre es Aceros Zapla. Así cerró la histórica siderúrgica de Palpalá, un motor económico y social que aportó al crecimiento del país.
"Algo que me impactó de chico es ver cómo algunos empleados siderúrgicos desocupados comenzaron con un trabajo que creo que condensa la historia del proceso", "se volvieron artistas de la chatarra", manifestó Paganini. Aquello que el joven observó en sus primeros años de vida, hoy permanece latente en el pueblo, cuyas plazas tienen "numerosas esculturas realizadas con el hierro oxidado, con ese metal anacrónico que quedó desechado".
Para el director, todo ello significa "una metáfora y una resignificación histórica de lo que sucedió, de esos sueños y ese devenir truncado". Esa consideración fue la que lo impulsó a trabajar durante años en el proyecto audiovisual junto a Dalmiro Zabala, quien estuvo a cargo del guión, y a Pablo Aramayo, en la producción.
Paganini dijo a Salta/12 que contar la experiencia de Altos Hornos Zapla es mostrar "una historia que nos atraviesa a toda la sociedad de Palpalá, por ser la industria que dio vida al pueblo", que está "muy marcado por esa historia", y eso lo llevó a interesarse en el tema y a reconocerse como un "hijo del óxido", dado que no vivió la etapa de auge de la siderúrgica.
"Zapla y los hijos del óxido" podrá verse hoy a las 20 en el Cine Zapla de Palpalá, con entrada libre y gratuita. Se trata de la tercera producción que el director realizó en el pueblo. Anteriormente filmó "San José de los Humildes" (2019), en el barrio Alto Palpalá, y "Del Fuego de los Hornos" (2019), también sobre Zapla.
"Esta película es un intento personal (y generacional) por entender qué pasó con el proceso de privatización, e indagar en cómo fuimos reconstruyendo nuestra identidad", indicó.
En febrero de 1942 se declaró zona de reserva al yacimiento, mediante decretos del Ejecutivo Nacional y del gobierno de Jujuy. Y el 23 de enero de 1943, con el decreto nacional N° 141.462, se creó el Establecimiento "Altos Hornos Zapla". La empresa pasó a depender de la Dirección General de Fabricaciones Militares, hasta que fue privatizada.
Estos primeros hechos históricos, que hacen al descubrimiento y su momento de gloria, están presentes en la pieza audiovisual a partir de imágenes de laboratorio, collages audiovisuales, entrevistas y observación de espacios públicos. No obstante, también se indagó en su momento de debacle, ya que el equipo se propuso profundizar en la construcción del "ser nacional", desde el impulso de la soberanía productiva que se instaló a mediados del siglo XX.
En ese sentido, el equipo declaró que la pieza de 70 minutos de duración, "no es en un relato romántico que se agota en la nostalgia de presuntos momentos de gloria, sino que se pregunta por nuestra identidad actual, por cómo vamos resignificándonos permanentemente, cómo la vida encuentra nuevos cauces y qué hacemos con esa montaña de ruinas que es el pasado".
El proyecto se pudo realizar porque fue seleccionado entre las 500 iniciativas que se presentaron para el programa Renacer Audiovisual, del Ministerio de Cultura de la Nación, siendo el único representante de Jujuy. Además, la pieza se convirtió en la primera película producida por egresados de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica de la sede NOA.
También fue declarada de interés municipal por el Concejo Deliberante de Palpalá.