La exministra de Economía Felisa Miceli ponderó este martes los cambios en el Ministerio de Trabajo, en el que asumirá esta semana Raquel “Kelly” Olmos en reemplazo de Claudio Moroni, quien renunció por motivos personales. Miceli afirmó que la nueva funcionaria “puede jugar en sintonía con una política que ayude a los gremios”.
“Esperamos que los cambios en Trabajo permitan discutir un bono de suma fija. Creo que Olmos puede jugar en sintonía con una política que ayude a los gremios. Creo que puede llevar adelante lo que se necesita, que es colaborar para que los que hoy están trabajando por debajo de la línea de pobreza puedan pasar a una posición más holgada”, precisó Miceli.
Sin embargo, advirtió que el futuro del poder adquisitivo no cae sobre Olmos, sino que depende de una profundización de la política económica: “No podés tener una inflación del 100 por ciento, porque siempre los salarios van a correr por atrás. Tiene que seguir profundizando un plan económico. Sobre todo ahora que se planteó un nuevo esquema para monitorear las importaciones”.
“Montar este sistema nuevo de control era necesario. Ahora falta un plan antiinflacionario. Más allá de lo macroeconómico que se está encaminando a niveles altísimos, hace falta que se trabaje con las grandes empresas de alimentos para poner coto a los aumentos desmedidos que nos van quitando poder de compra”, puntualizó.
El viaje de Massa a Washington
Miceli además se refirió al nuevo viaje del ministro de Economía, Sergio Massa, a Estados Unidos. El funcionario tendrá tres jornadas intensas, entre miércoles y viernes, donde participará de la asamblea anual conjunta del Fondo Monetario (FMI) y el Banco Mundial.
La agenda también incluye actividades en el marco del G20, entre los que está previsto un encuentro ministerial. Dentro de las actividades previstas en la Asamblea anual del FMI y el Banco Mundial, la delegación argentina participará en las reuniones de trabajo del Comité Monetario y Financiero Internacional y en las previstas dentro del Comité de Desarrollo.
“Todos los ministros de Economía del mundo se juntan en Washington. La deuda nos somete a las revisiones de todos los trimestres por este acuerdo que se tuvo que firmar. Un acuerdo perjudicial. En ese contexto, el ministro de Economía no tiene más remedio que acudir ahí y hacer todas las negociaciones para que Argentina salga lo mejor parada posible”, analizó.
Y lanzó: “El margen se está agrandando un poquito de lo mal que estábamos el último mes de Guzmán. Se está alejando el momento más crítico. No es que estamos bien. El dólar soja permitió conseguir reservas que se acumularon en el Central. Cuando hay reservas se alejan las presiones devaluatorias. Pero todavía no impactó positivamente en aquello que tendremos que solucionar como algo prioritario, que es la inflación de los alimentos”.