“No soy kichnerista ni albertista. Soy albertista pero de nuestro Alberto”, dijo la designada ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Ayelén Mazzina, al Canal 13 de San Luis en referencia al gobernador puntano Alberto Rodríguez Saá. El próximo jueves jurará como integrante del Gabinete nacional. Es militante feminista y de la diversidad sexual, profesora de Ciencia Política tiene 33 años y se reivindica como lesbiana.
“Vamos a ver las cosas que funcionaron a nivel nacional para darle continuidad y lo que no funcionó, mejorarlo. Y también enaltecer las políticas públicas de San Luis”, adelantó.
Fue concejal en la ciudad de San Luis, candidata a diputada nacional en 2019 y ese año asumió al frente de la secretaria de Mujer, Diversidad e Igualdad del gobierno de Rodríguez Saá. Viene de un hogar humilde, donde se cenaba mate cocido y galletitas con mortadela y sopa. Cuenta que en su familia son conservadores, van a misa y rezan el rosario y su abuela hasta le sigue pidiendo a Dios que “la cure” del lesbianismo. Ella se ríe. Y le dice que así es muy feliz.
La entrevisté en varias oportunidades por su gestión. La última, en julio cuando estuve en San Luis para presentar mi documental Cuerpos Juzgados y me llevó a conocer la experiencia de Weye, la casa trans, abierta en la capital puntana como parte de sus políticas de inclusión y promoción de derechos para ese colectivo: en donde antes había calabozos y la policía encerraba arbitrariamente a travestis y mujeres trans por “dudosa identidad”, funciona este espacio integral, de encuentro y contención, que les ofrece desde un consultorio médico para niñeces y adolescencias trans hasta la posibilidad de terminar los estudios secundarios, participar de talleres, tener consejería para casos de violencia de género, una asesoría integral con enfoque de diversidad y una biblioteca y un archivo disidente. Weye se creó a partir de una propuesta de organizaciones LGBT, en una mesa que comparten con referentes del Estado, del gobierno y el INADI. Esta iniciativa me sorprendió por su integralidad y el impacto que tiene en la comunidad trans.
Como parte de sus propuestas, Mazzina ha implementado un programa de Reparación Histórica para adulteces trans, por el cual reciben una pensión, como forma de reparar las violencias institucionales que vivieron. La Reparación Histórica es un reclamo del colectivo trans en el Congreso.
También entrevisté a “La Aye”, como la llaman en San Luis, sobre la política de gestión menstrual que puso en marcha en 2021 y la convirtió en una de las provincias pioneras con una iniciativa de ese tipo: el Programa de Gestión Menstrual Sustentable #YoMenstrúo, apunta a llegar a 50 mil niñas, adolescentes y personas menstruantes de entre 11 y 15 años. Implementó un programa de asistencia a víctimas de violencia de género, y otro, llamado “Pabellón Violeta”, con actividades y talleres de formación para mujeres y población LGBT privada de su libertad en la cárcel puntana. Además promovió la sanción en 2020 de una ley de paridad de género en los cargos legislativos y para los cargos públicos electivos de órganos colegiados, como los partidos políticos, que tuvo apoyo unánime entre las fuerzas políticas locales.
“Nos caracterizamos por construir de manera colectiva, interministerial”, definió su política en San Luis. “Empecé desde muy piba a militar, nunca lo entendí como política partidaria, sino como militancia social”, aclaró en diálogo con el canal provincial.
Se le cuestiona su silencio luego de la muerte de Florencia Magalí Morales a manos de la policía local, tras ser detenida presuntamente por haber violado la cuarentena en 2020. La policía intentó encubrir el crimen haciéndolo pasar por un suicidio.
Algunos medios construyeron el perfil de Mazzina por su forma de vestirse “con pantalones rotos” y “borceguíes”, o remarcando que “le gustan las chicas”; algún periodista hizo énfasis en su edad poniendo en duda por su juventud la capacidad para estar al frente de un ministerio nacional, aspectos que no se suelen mencionar o tener en cuenta cuando se trata del nombramiento de un varón.
Mazzina además llega al Ministerio luego de haber garantizado, (con fondos del Estado para viandas, alojamiento en escuelas y transporte público), la realización del 35° Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Intersexuales, Bisexuales y No Binaries, con unas 130 mil participantes; el primero luego de la imposibilidad de encontrarse de forma presencial por la pandemia.
Frente a los comentarios que circularon en los últimos días de referentes de la oposición para eliminar el Ministerio luego de la renuncia de Elizabeth Gómez Alcorta –en rechazo al violento operativo de desalojo llevado adelante por fuerzas de seguridad federales contra la comunidad Lafken Winkul Mapu, en Villa Mascardi, Río Negro, donde resultaron detenidas siete mujeres mapuches -- en el Encuentro se planteó defender la institucionalidad, porque “el ministerio es nuestro”.
Veremos cómo resulta el salto en escala que significa para Mazzina pasar de una provincia como San Luis con una población de algo más de medio millón de habitantes a estar a cargo de un ministerio a nivel nacional, con la militancia para su cierre de sectores conservadores y una problemática central –y muy compleja-- de su agenda como son las violencias machistas y sus consecuencias –con un número de femicidios que cuesta tanto que baje— en un contexto de ajuste económico, con todo lo que eso significa.
Además, la llegada de la nueva funcionaria se da
a pocas semanas de que la Argentina sea sede –por invitación del Gobierno, en la
que trabajó Gómez Alcorta— de la XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe,
el principal foro intergubernamental con foco en la agenda de género,
organizada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de la ONU
(CEPAL) con apoyo de ONU Mujeres y otros organismos de Naciones Unidas. Se
realizará del 7 al 11 de noviembre en Buenos Aires. Reúne a gobiernos de toda
la región y en los días previos se hace un foro de la sociedad civil. El tema
de este año, acordado por los gobiernos que participan tiene a las políticas de
cuidados en su centro. El presidente Alberto Fernández mandó al Congreso hace cinco meses un
proyecto para crear un sistema nacional de cuidados, que no se trató todavía en
ninguna comisión. Este es el contexto también en el que asumirá Mazzina.