A días del ballotage entre "Lula" da Silva y Jair Bolsonaro, la principal central obrera de Brasil advirtió que se multiplicaron las denuncias en redes sociales contra jefes que presionan a trabajadores para votar por el candidato del Partido Liberal.
El pasado 2 de octubre, se celebró la primera vuelta de las elecciones generales en el gigante sudamericano. El expresidente y candidato del Partido dos Trabalhadores ganó con el 48,43 por ciento de los votos, frente al 43,20 de Bolsonaro.
La Central Unitaria de Trabajadores de Brasil (CUT) puso a disposición su página web para que los afectados puedan contar su caso. Según el gremio, en la primera semana recibieron más de 50 denuncias.
Si bien se puede realizar de forma anónima, es obligatorio señalar a los empleadores, las empresas, la ciudad y el estado. Hasta ahora, se recolectaron 172 testimonios de asedio electoral en 21 estados que fueron presentadas en el Ministerio Público de Trabajo y también se elevarán a la Organización Mundial del Trabajo (OIT).
La práctica intimidatoria está penada por la ley brasileña. La Constitución Federal de 1988 establece hasta cuatro años de cárcel y pago de multa a quienes intenten coaccionar el voto mediante amenazas o violencia.
El Ministerio Público del Trabajo ya penalizó a algunas empresas. El más emblemático fue en el estado amazónico de Pará, donde un empresario prometió pagar 200 reales a sus empleados si no votaban a "Lula".